ME PREGUNTO
QUICO PURRIÑOS
Oyendo las noticias que ves o lees a diario, me pregunto, en qué lugar del camino tiramos a la cuneta el sentido común.
Desde la aparición del Covi19, que no
hace tanto, nuestra vida ha dado un giro terrible. No se trata de tomar medidas
para evitar la expansión de la pandemia, las sanitarias. Lo que me preocupa es
que, con la excusa del virus, se restringen día a día derechos individuales.
Todo es prohibición, a base de decretos de dudosa legalidad, y dictados
curiosamente por un gobierno que se dice de izquierdas. Se limitan los derechos
individuales, y nos tratan como a borregos, enfrentan a la ciudadanía y nos
convierten a todos en policías de unos contra otros. Divide y vencerás. Señor
que no se puede fumar, o póngase la mascarilla, te espeta cualquiera en la
calle. Ahora ya no hay noticias, ni interesa, no hay dialogo ni se razona, se
ha perdido el espíritu crítico. Ahora solo toca obedecer. Cojan un periódico, o
enciendan la televisión en cualquier cadena y tres son los temas recurrentes:
El Covi19, su expansión, el número de infectados y muertos por países, regiones
o provincias, las aventuras y desventuras de Juan Carlos Primero y los ocupas,
que no okupas, me niego a utilizar la k, popularizado por los que se meten en
casa ajena. Pero lo que no es de recibo, es que, se extienda la idea, y se
propague en los medios de comunicación, que a los ocupas los desalojen los
vecinos, a base de caceroladas, brigadas ciudadanas, pedradas, enfrentamientos
o acudiendo a platós de televisión donde, tertulianos sin formación alguna
hablan de derechos, obligaciones, de que hay que reformar la ley.
Indocumentados de mierda que cuestionan resoluciones judiciales sin saber
distinguir lo que es un ocupa de lo que es un inquilino. El estado de derecho
desde marzo, desde el confinamiento, quedó eso confinado, metido en una gaveta,
olvidado. La vuelta a la normalidad, una quimera. Estamos viviendo otra
realidad, la realidad de la falta de motivación, de la ausencia de esperanza,
de la desmotivación. Eso sí, con mascarilla, esa que te impide respirar, y al
no poder respirar profundamente, más controlado estás.
Por fortuna, una noticia que da un
cierto aire de esperanza que se sale de esa rutina informativa que nos oprime. Leo Messi que dice que se va del Barcelona. Pues
ya era hora algo diferente, hablemos ahora, para tomar respiro todos de Messi,
del porqué, del que hay detrás de su anuncio, si quiere más dinero o intenta
derrocar al presidente de su club. Hablemos de Messi aunque, como yo seas del
Madrid, y así olvidamos un poco las tres únicas noticias de las que se habla
desde marzo en este país, y quizá con ello encontraremos en qué lugar del
camino dejamos tirado en la cuneta el sentido común.
Quico Purriños Corbella.
Agosto
2020
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