viernes, 14 de septiembre de 2018

LIBERTAD


LIBERTAD
JM AIZPURUA
Ahora que ya los dioses y las brujas medievales vinieron a menos, el hombre del siglo XXI tiene sólo un horizonte: La Libertad.
Yo en ella ando militando desde mis 15 años, y en ella pienso morir, pese a que sufrí mucho por su causa a manos de los cavernícolas del orden, ¡el suyo, claro! que no pudieron superar el medioevo y siguen zombis por la historia predicando su catecismo y haciéndolo tragar; venciendo a lomos de su brunete mediática, pero no convenciendo.
No es política; la Libertad es DDHH. Es el compendio de la sabiduría social, el eje que vertebra al Humano del s. XXI y le permite la convivencia en territorio, con diversa  religión, orientación sexual y forma de vida, protegido por una coraza social en la que poder desarrollar su libertad individual.

Un enemigo de la libertad es el dinero. La posesión de mayor o menor cantidad de él dota de diferentes grados de Libertad, y en nuestra sociedad isleña, los mil€, son una cifra mágica por debajo de la cual no es posible hablar de Libertad. Tenemos muchos esclavos modernos ¡demasiados! y lo más tétrico es que además muchos llevan generaciones en la sima, y hoy carecen de esperanza, por lo que son seres incompletos, mutilados sociales, que llegan a este Mundo con carencias desde el vientre de su madre.
El Precariado, el sistema económico que la casta dirigente les ofrece es el mejor caldo de cultivo para que su esencia humana desaparezca, al carecer de horizontes y vivir en el oportunismo sobreviviente. En nuestras islas más del 70% vive sin demostrarlo, por orgullo, en esa cruel franja de sociedad. Eso sí: tiene un 75% de descuento en vuelos que nunca realizarán.
No es cuestión de siglas; es una cuestión de Sistema.
Pero si es cuestión de personas, que no cumplen su función institucional, que mienten y disimulan, que miran para otro lado y que por su plato de lentejas condenan a sus vecinos a la miseria moral. Son los malditos siervos de la casta.
Y no me vengan con el cuento de mi Libertad empieza donde termina la tuya. ¡Qué va! Yo no tengo la culpa de la debilidad mental de mi vecino, de su incapacidad para entender el siglo XXI, de su miedo a vivir con diferentes, de su torpeza social. La Libertad es para todos y es tarea de todos procurar que esté disponible.
Las islas, nuestras ex afortunadas, es un lugar idóneo para disfrutar de la Libertad pues la naturaleza surgida del centro de la Tierra Madre así lo dispuso.
Los isleños y residentes deben recobrar su concepto autóctono de Libertad, para en primer lugar redimir ese 70% de convecinos a los que no les es posible disfrutar de su derecho a la vida digna. Hoy no hay nada tan urgente como ello. Nada justifica su permanencia y menos su planificación errada desde poltronas metropolitanas y consentida desde cercanas y míseras banquetas de sirviente caciquil.
Un día los sueños de Manrique comenzaron a tomar forma, pero, la bota imperialista los apagó con saña y mediocridad. Es el sino del isleño. Pero esa folía que traspasa de isla en isla el yugo del lejano legislador irá forjando en las mentes criollas y amantes de su tierra, de aquellos que no necesitan otra para ser felices, una manera de pensar, sentir, y convivir, digna para todos, canaria, y solidaria con todo aquel que venga con nosotros.
Y en esa tierra; la Libertad vencerá sobre las cruces y los yugos.

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