domingo, 3 de noviembre de 2013

Vienes y vas...

Vienes y vas...

DUNIA SÁNCHEZ PADRÓN
Vienes y  vas. Así como las ráfagas de viento que nos abandona en un mundo extraño. Un mundo donde las aves de los vergeles anidan en nuestras manos como eco sonoro de la paz. Ahora callas, no se lo que pasa por tu cabeza. Tal vez el anuncio de una nueva noche donde la lluvia trotara a ras de tu cuerpo desnudo. El viento se va. Y tu con el arriesgas palabras cuya senda alumbra la armonía.  Palabras cortas. Palabras que al fin al cabo se perecerán en las esferas de nuestra alma. Pero las dices. Las dices con el sentido de un grito que sueña en el hallazgo de una felicidad. Qué sueños son esos. Sueños donde la sed será arrebatada de aquellos de tierras indefinibles. Sueños donde el hambre será decapitada para ser semilla de una sonrisa. Sueños donde las minas serán juego de golosinas para los seres que pisan, que pisan con ansias de vivir. Sueños donde los náufragos se evaporaran ante la implacable marea, solo un terso océano de olas calladas. Sueños que no serán de traficantes ante nuestra debilidad, nuestra desesperanza. Sueños donde las guerras no animarán más campos refugiados donde el derrumbe del ser es inevitable, es desesperante. Sueños donde vienes y  vas. La lluvia se ha ido y el viento hace de las suyas otra vez. Soñar, soñar, soñar y soñar. Círculo vicioso en el que te mueves, en el que el llanto de rabia e impotencia te azota. Tu quejido. Tu quejido rasga tus manos y observas que las aves de los vergeles se han ido. No. Se han ido para no volver

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