TEXTO LEIDO POR EDUARDO DELGADO
MONTELONGO EN LA PRESENTACIÓN DE SU LIBRO.-
“…como
autor de El Centro del Gran Desconocido
reconozco en ella a una novela corta escrita bajo los efectos de una profunda
decepción con el entrono. Y cuando digo entorno me refiero a casi todo lo que
nos rodea, a nivel social, estético y político, hasta urbanístico. De las páginas
de esta novela se desprende una visión nihilista que, al menos durante el
tiempo en que la escribí, decidí explorar a conciencia (aunque suene casi
contradictorio, las palabras nihilista y conciencia juntas, pero así fue). El tema
de la obra es una búsqueda, como el de casi todas las obras, por otro lado,
pero en este caso esta búsqueda deriva en una pérdida, en una corrupción. Esa
es la palabra clave, corrupción. Esta novela es una radiografía de la
corrupción humana, en esencia. Pero una radiografía que pretende ser lírica
también, y narrativa. De hecho, intenta fundar su lirismo sin concesiones
estéticas clásicas, sin metáforas de una sola frase sino más bien con esas microhistorias
que plagan el relato (porque todas esas microhistorias pretenden ser, en
realidad, poemas narrativos a la globalidad de la trama; de hecho, mi idea de
tensión narrativa se basa en eso, en la sucesión exitosa de destellos). En
definitiva, esta novela lo que intenta es sacar oro de la perversión, de la
falta de fines que nos rodean, eso que son las señas de identidad de la
sociedad del espectáculo: la pura representación y la conquista definitiva del
capital sobre todas las parcelas humanas.
La trama en sí misma, de lo que va el libro, es muy
sencillo. Se trata de la historia de un hombre que se vuelve loco. Un hombre
que se enfrasca en sus pesquisas e investigaciones de detective privado
posmoderno y acaba con una etiqueta psiquiátrica y tomando pastillas.
Estudiando por cuestiones profesionales la historia de la
enfermedad mental (concretamente la de los trastornos psicóticos, las esquizofrenias)
me topé con una evidencia que me resultó brillantísima y que fue quizás el
inicio de la gestación de este Centro del
Gran Desconocido que hoy tenemos con nosotros: grandes personajes de la
Historia que fueron esquizofrénicos, que fundaban su realidad paralela, una
realidad fuerte y sin fisuras, que escuchaban voces divinas en su cerebro con
señales celestiales y luego se recluían apáticos largas temporadas de tiempo…
No diré nombres para no ofender a nadie. Solo diré uno que es más de ficción
que los otros, por decirlo de alguna manera, El Quijote. El Quijote podría
haber sido perfectamente un esquizofrénico, enfrascado en su mundo de voces, en
su sobredosis de caballerías, con su doncella inventada y sus pausas de duda e
incertidumbre. Pues bien, esta novela lo que intenta es adaptar esas posibilidades
al mundo que nos rodea.
Así, el protagonista de El Centro del Gran Desconocido es un hombre que vive la crisis actual
(económica y de valores, esta especie de letargo interminable donde no acaban
de darnos la puntilla ni tampoco la resurrección). El protagonista, como digo,
es un hombre que no sabe para dónde ir y lo que hace es inventar un lugar al
que ir, una doncella, una Dulcinea a la que buscar. Un hombre que en lugar de
novelas de caballerías ha leído novelas negras y que en lugar de grandes
descampados por descubrir a lomos de un caballo lo que tiene ante sí es la
jungla de internet, que es el far west
de nuestros tiempos.
A nivel formal, procuré ser consecuente con el perfil de
lo que quería contar, una historia posmoderna, de la actualidad. Por eso mezclé
géneros y niveles culturales, por eso internet aparece por todas partes y es la
fuente de inspiración de casi todo el sustrato esencial del libro, empezando
por el título, que es una cita de un blog. Hace nada leí en alguna parte que en
español se escribe Literatura como si no se hubiese inventado la tele. Pues yo
añadiría que se escribe como si no se hubiese inventado internet tampoco. Y no
lo digo a nivel formal, que probablemente haya novelas con mails y sms y demás,
sino a nivel de fondo, conceptual, sobre la velocidad, sobre la fragmentación,
sobre la forma de relacionarnos con los demás y con el entorno… Y fue siguiendo
esta línea como elegí el porno como ambientación paradigmática para esta
historia (por eso la Dulcinea del protagonista es una actriz porno y no una
dama romántica con enaguas que no enseña el rostro, porque vivimos una época
desnuda, sin pudor ni moral).
En cualquier caso, el porno en esta novela no es más que
una ambientación, no un fin en sí mismo. No es una novela sobre el porno sino
ambientada en él.
Para acabar, y resumiendo: esta novela de lo que trata es
de un hombre de aquí y de ahora que se vuelve loco, tan simple como eso. Y ese
es El Centro del Gran Desconocido, la
locura. Y ya no digo más, porque si no ya nos les dejo nada por leer a ustedes,
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