El vuelo de la pardela
MUJERES GUERRERAS, MADRES LUCHADORAS.
Graciliana Montelongo Amador.
No aguantamos más, nuestras neveras
están vacías. Con esta frase demoledora iniciaron las mujeres de la Aldea, en
la provincia de Las Palmas, una huelga de hambre. Ocho trabajadoras, valientes,
guerreas, dispuestas a todo, por alimentar a sus hijos. Sin duda son un ejemplo
a seguir. La situación para el sector tomatero (y más sectores en las islas) no
está nada bien. Ellas hace tiempo, invirtieron dinero para mejorar, pero los
créditos se las están comiendo y aun así, les dice el director del gabinete de
la presidencia, Nicolás Ojeda, que tienen que esperar. Ya llevan dos años y
medio esperando ¿A dónde quieren llegar
los responsables directos e indirectos de esta situación? ¿Podemos seguir sobreviviendo en Canarias de
esta manera? Ya una de ellas tuvo que ser trasladada al hospital por
encontrarse muy mal, casi en estado de coma. Las otras siete, aguantan, con
toda su fuerza ¿Pero hasta cuándo podrán
soportarlo? Muchas mujeres a lo largo de
la historia han muerto por defender sus derechos. Gracias a ellas, a su valentía, hoy nosotras,
tenemos derechos. Derecho a trabajar y a cobrar un salario digno, derecho a
votar, derecho a decidir que queremos ser, o estudiar. Esta tarde, desde mi
ventana, puedo ver el arcoíris, hermoso y perfecto. Simboliza una alianza muy
antigua entre los hombres y Dios, simboliza
la buena voluntad, el respeto
ante la palabra dada. Pero respeto, es una palabra mayor. Cuando se
pierde el respeto, se pierde todo. Es un hilo muy fino, que une a los seres que habitamos este hermoso
planeta. Muchos, no lo ven, o no quieren verlo.
A veces este hilo está lleno de nudos, enredado, pero siempre hay
gente dispuesta a quitarlos. Por eso
debemos de luchar para no volver a sufrir, para no volver a perder los derechos
que tantos años y vidas ha costado conseguir. Los canarios están la mayoría parados. Muchos
viven ya en la calle, otros, están
pidiendo ayuda, comida. Ayer, como otras veces, en un supermercado, un hombre
de unos cuarenta años, le pidió a un empleado algo de comida para sus hijos,
cuando lo miré a los ojos (yo estaba presente) lloraba. Lagrimas de dolor bajaban
silenciosas por el rostro de un padre desesperado, cansado ... Cuando contemplamos, estas
realidades , cuando vemos y
escuchamos a tantos, personajes,
hablando disparates, sandeces, cuando Europa exige más
recortes, entonces uno se pregunta:
¿Harán algo nuestros políticos?
¿Esperarán a que ocurran más desgracias? ¿Ayudarán a estas mujeres de la Aldea, o les quitarán
más todavía, para Europa? ¿Darán trabajo
a este pobre hombre, para alimentar a sus hijos, o le quitaran más para Europa? ¿Cuánto más, tenemos que sufrir? Todos los afectados, todos los canarios, las 8
islas, que somos mayoría, tenemos que
unirnos a ellas, a estas madres, a él y a todo el que sufre, para decir: ¡Basta ya! Estas 8 guerreras ya lo están diciendo, ya lo están padeciendo.
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