¿HACIA UN GOBIERNO ORWELLIANO EN EE.UU
GERMÁN
GORRAIZ LÓPEZ
Según la Oficina del Censo de Estados Unidos (EE.UU.), hacia el 2043 los blancos dejarán de ser la mayoría de la población estadounidense y serán desplazados por la suma de la población hispana, que aumentaría de 53.3 millones en la actualidad a 128.8 millones en 2060, y la afroamericana, que pasaría de los 41.2 millones actuales a los 61.8 millones previstos por las proyecciones. Por su parte, según el Pew Research Center, la clase media (con unos ingresos anuales de 73.400 $) ya no sería el segmento poblacional dominante en la sociedad estadounidense actual al sufrir una lenta pero progresiva caída en las últimas cuatro décadas. De acuerdo con el Pew, en 1971 la clase media representaba el 61 por ciento de la población (unos 80 millones de habitantes), mientras que en la actualidad no alcanzaría el listón del 50 por ciento (49,9 por ciento
Conviene resaltar
que entre los “perdedores de la crisis” además de afroamericanos y latinos
aparecen por primera vez jóvenes universitarios endeudados y adultos blancos de
más de 45 años sin estudios universitarios y con empleos de bajo valor añadido
que, tras quedar enrolados en las filas del paro, habrían terminado sumidos en
un círculo explosivo de depresión, alcoholismo, drogadición y suicidio tras ver
esfumarse el mirlo del “sueño americano”, lo que habría tenido como efecto
colateral la desafección de dichos segmentos de población blanca respecto del
establishment tradicional y su enrolamiento en partidos de extrema derecha. Las
cifras de perdedores blancos se podrían incrementar tras la entrada en recesión
de la economía estadounidense en el 2022 debido al recalentamiento de la
economía, la desbocada inflación y el recrudecimiento de la pandemia sanitaria.
El agravamiento de
la pandemia sanitaria motivada por la existencia de importantes segmentos de
población sin vacunar y la herencia trumpiana, estaría agudizando la fractura
social estadounidense que estaría ya conformada por dos mitades cuasi
simétricas e irreconciliables y de lo que sería paradigma el Estado de Texas,
devenido en altavoz del White Power. Dado el desgaste del presidente Joe Biden
tras el fiasco de Afganistán y la posible entrada en recesión de la economía el
año venidero, no sería descartable el triunfo republicano en las elecciones
intermedias del 2022, que anticiparía un retorno triunfal de Trump en las
presidenciales del 2024 y de lo que sería paradigma el reciente triunfo
republicano en el Estado de Virginia.
El retorno de Trump
Tras ser
defenestrado Trump de las principales redes sociales como Twitter, Facebook,
Instagram y Youtube, acaba de anunciar el lanzamiento de Truth Social, nueva
red social nacida “para combatir a las grandes tecnológicas”, llamado a ser el
altavoz mediático del ideario trumpista con vistas a las elecciones presidenciales
del 2024 y que sería el primer producto de su empresa Trump Media Technology
Group (TMTG). La estrategia electoral de Trump se basará en la técnica de la
manipulación de las masas expuesta por Edward L. Bernays en su libro
“Cristalizando la opinión pública”, en el que desentraña los mecanismos
cerebrales del grupo y la influencia de la propaganda como método para unificar
su pensamiento.
Según L. Bernays,
“la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar
de pensamientos tiene impulsos, hábitos y emociones. A la hora de decidir su
primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía”.
Así, su propaganda estará dirigida no al sujeto individual sino al grupo en el
que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en
retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustentan
(retorno del White Power), para lo que utilizará los puntos esenciales del
ideario populista: mensajes cortos y xenófobos en las redes sociales, culto al
líder, utilización de las fake news para sumir a la población en la duda
existencial y asunción de la Teoría del Gran Reemplazo.
¿Hacia un Gobierno orwelliano en EE.UU.?
La teoría
conspirativa del Gran Reemplazo se remonta a la novela de 1973 “Le camps des
Saints”, de Jean Raspall, donde se describe el “colapso de la cultura
occidental a causa de un tsunami migratorio procedente del Tercer Mundo”. Dicha
teoría habría sido adoptada como propia por el movimiento supremacista blanco,
que denuncia que “la política de inmigración de Joe Biden busca sustituir a la
población blanca por inmigrantes no blancos con el objetivo inequívoco de
finiquitar la primacía blanca de EE.UU. (White Power)”. Los portavoces de dicha
teoría serían el presentador de la Fox News, Tucker Carlson, quien bautizó a la
política migratoria de Biden como “The Great Replacement” (el Gran Reemplazo),
así como el congresista republicano Brian Babin, quien afirmó que “los
demócratas están aprovechando la inmigración para reemplazar al electorado
estadounidense por un electorado del tercer mundo”, por lo que 40 Estados
republicanos estarían planeando proponer iniciativas legales para suprimir o
limitar el voto de minorías étnicas, raciales y religiosas limitando el voto
por ausencia y prohibiendo el voto por correo.
Caso de producirse
la victoria de Trump en el 2023, ello marcará un hito histórico pues
representará el final de la sui generis democracia formal estadounidense y el
comienzo de una forma de Gobierno orwelliano que beberá de las fuentes del
paternalismo de las dictaduras blandas y se caracterizará por el culto al
líder, la utilización de la desinformación y la vigilancia orwelliana de la
población no blanca y de la disidencia política, lo que de facto sería un
Gobierno autocrático o especie de dictadura invisible sustentada en sólidas
estrategias de cohesión (manipulación de masas y culto al líder).
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