EL RÉGIMEN DEL 78 Y LA
CIA EN ESPAÑA
GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ
En
su libro “La CIA en España”(Editorial Debate), el periodista de investigación
Alfredo Grimaldos asegura que la llegada al poder del socialista Felipe
González como presidente del Gobierno español en 1982, fue en realidad la
alternativa “diseñada y controlada por la CIA para mantener la tutela sobre
España”, estrategia diseñada en el Congreso de Suresnes tras el que asistimos
al acta de defunción del camarada Isidoro y al nacimiento de un Felipe Gónzalez
convertido ya en Secretario General de un PSOE tutelado por la CIA .
La
deriva involucionista del Régimen del 78
La
deriva totalitaria del estado Español arranca con la implementación de la
doctrina de la alternancia en el Poder del bipartidismo PP-PSOE como defensa y
garante del citado establishment dominante, fruto del acuerdo tácito entre los
partidos políticos tras el simulacro de golpe de mano de Tejero (23-F del 1981)
y alcanzó su mayoría de edad con la llegada al poder del PSOE y el nombramiento
como Presidente del Gobierno de Felipe González ( 1.982), con quien asistimos
al finiquito de la idílica Transición y al inicio de la deriva totalitaria del
sistema mediante la implementación del llamado “terrorismo de Estado” o “guerra
sucia” contra ETA y su entorno, del que serían paradigma los Grupos Armados de
Liberación (GAL).
Un
hito fundamental en la espiral involucionista del régimen del 78 sería la
implantación por el Gobierno socialista de Felipe González de la Ley
Antiterrorista de 1.985, definida por José Manuel Bandrés en su artículo “La
Ley antiterrorista: un estado de excepción encubierto”, publicado en el diario
“El País”, como “la aplicación de facto del estado de excepción encubierto”.
Dicha Ley Anti-terrorista (todavía vigente a pesar de la ausencia de actividad
por parte de ETA), sería un anacronismo propio de la dictadura franquista, un
limbo jurídico que habría convertido los sótanos de cuartelillos y comisarías
en escenarios distópicos de naturaleza real (no ficitica) y en Guantánamos
virtuales refractarios al control de jueces, fiscales y abogados y que
facilitarían la labor de los Cuerpos de Seguridad del Estado para obtener evidencias
delictivas mediante prácticas inadecuadas (léase tortura), prácticas
confirmadas por las declaraciones de Luis Roldán, Director General de la
Guardia Civil con Felipe González.
La
deriva regresiva tendría su continuación con la Ley Orgánica 7/2000 del
Gobierno Aznar que incluyó como novedad la aparición del llamado “delito de
exaltación del terrorismo” y prosiguió su escalada con la firma por Aznar y
Zapatero del llamado “Pacto por la Justicia y las Libertades” de 2003 que
instauraba de facto “la cadena perpetua estratosférica” al elevar la pena
máxima de cárcel hasta cuarenta años, superando la “crueldad del régimen de
Franco “ que contemplaba los 30 años de cárcel como pena máxima).
Finalmente,
en el paroxismo de la involución, hemos asistido a la reciente modificación del
Código Penal para constriñir hasta su nimiedad los derechos de expresión (Ley
Mordaza) y a la firma entre Rajoy y Sánchez del llamado “pacto antiyihadista”
que bajo la falacia de combatir el terrorismo yihadista “convierte en delitos
terroristas infracciones menores o conductas lícitas y supone un ataque a la
línea de flotación del sistema constitucional” en palabras de Manuel Cancio
Meliá, con lo que el PSOE se convierte en garante de la estabilidad del
establishment dominante en el Estado español.
Reforma
vs. Ruptura
El
puzzle inconexo del caos ordenado puede esbozarse mediante la llamada “Teoría
de las Catástrofes” del científico francés René Thom y se basaría en dos
conceptos antinómicos para intentar “comprender el orden jerárquico de la
complejidad biológica”.Así, el concepto de estabilidad o equilibrio se refiere
a un sistema que permanece estable aunque registre un cambio, principio que
trasladado a la esfera política se traduciría en la Reforma del Régimen del 78
sin alterar sus principios esenciales (Monárquico, jacobino y neoliberal),
tesis que defenderían los partidos del establishment dominante del Estado
español (PP, PSOE y Ciudadanos).
En
la orilla antónima, encontramos el concepto de cambio cualitativo o discontinuidad
que se produce cuando simples cambios cuantitativos pasan a ser otra cosa
diferente y el sistema se transforma internamente de modo radical en una nueva
realidad que modifica su situación de equilibro interno y se crea una situación
nueva (Nuevo Régimen), tesis defendida tan sólo por Podemos y los grupos
independentistas periféricos (EH Bildu y CUP) y que es asociada por el aparato
mediático del sistema dominante (mass media) con el advenimiento del caos.
¿Hacia
la III República?
El
actual sistema dominante o establishment de las sociedades occidentales
utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes
materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en
un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente
las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante
las técnicas de manipulación de masas. En consecuencia, la estrategia electoral
del PP se basó en el mantra de la recuperación económica edulcorada con sibilinas
promesas de aumento del techo de gasto autonómico, subidas salariales a
funcionarios y jubilados así como reducciones fiscales al estar la sociedad
española integrada por individuos unidimensionales que no dudaron en primar el
“panem et circenses” frente al vértigo que suscitaba la utopía de un Nuevo
Régimen propugnada por Podemos (“El cielo no se toma por consenso sino por
asalto”).
En
consecuencia, la utopía deberá esperar a que un determinado número de personas
(Masa Crítica), alcance una conciencia más elevada , momento en que el
individuo es capaz ya de realizar un salto evolutivo y lograr un cambio de
mentalidad , tesis conocida como “Teoría del Centésimo Mono” y citada por el
biólogo Lyan Watson en su obra “Lifetide” (1.979) ,por lo que se antoja
inevitable un proceso de catarsis y posterior metanoia colectiva en el Estado
español. Dicho proceso tendrá como efectos benéficos la liberación de la parte
indómita del individuo primigenio ( el lobo estepario) que ha permanecido
agazapado en un recodo del corazón, sedado y oprimido por la tiranía del actual
sistema dominante, neoliberal y constrictor de las libertades democráticas.
Así, tras un un parto agónico en el que agonizará lo viejo sin que amanezca lo
nuevo, asistiremos al nacimiento del “Individuo Multidimensional” como
generador de un tsunami popular de denuncia del actual déficit democrático,
social y de valores e instaurador del caos constructivo que terminará por
diluir el opiáceo inhibidor de la conciencia crítica (consumismo compulsivo),
finiquitar las estructuras del obsoleto Régimen del 78 y proceder a la
instauración de la III República en el horizonte del 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario