LOS UNOS Y LOS OTROS.
GRACILIANA MONTELONGO AMADOR.
Sometidos al engaño de los unos y los otros vemos pasar el tiempo
(que es lo único que pasa de verdad) y
no vemos ni un atisbo de soluciones para poner fin a esta grave crisis de
principios que atraviesa la humanidad. Mientras la naturaleza y los animales cumplen con su misión en la
tierra, el ser humano anda perdido. El mundo entero está dando los últimos
coletazos de lo irracional, o por lo menos yo lo veo y lo siento así,
porque entonces no sé cómo entender o
dar una explicación a lo que estamos
viviendo día a día. La
desinformación de la información se convierte en la verborrea que parece ser la
protagonista de casi todos los medios de comunicación. La objetividad y lo más grave aún, la ética, ha sido secuestrada. Los símbolos, las
banderas, son utilizados para desunir y crear conflictos pero menos mal que
aquí en Canarias, nuestra querida Valentina hizo la patria sin banderas… por
eso Taburiente y Mestisay la andan buscando. Sin duda es una ardua tarea mantenerse
despierto para no caer en las redes del
poder, es difícil, pero no
imposible. El conocimiento de la
historia es necesario para saber de dónde vienen y qué es lo que quieren conseguir
los unos y los otros a costa de lo que sea. Sin impórtales, lo más mínimo, el sufrimiento
del pueblo al que se supone representan
y por lo que se les paga muy bien, más
de lo que nosotros creemos. Sí,
nosotros, los padres de familia que vemos como nuestros hijos no tienen
oportunidades para labrarse un porvenir
y los vemos día a día con la
mirada perdida en un horizonte incierto creado por ellos. Los que soportan las colas del paro, los
que no pueden llegar a fin de mes, los
trabajadores esclavizados porque no cobran lo que les corresponde o cuando les
corresponde. Muchos empresarios, más de los que quisiéramos, mantienen así su
empresa. Con los sueldos más bajos, la cesta de la compra más cara y
dependiendo casi del exterior, nos tienen acorralados. Llega la navidad y llega
la falsa solidaridad. La gente no quiere limosna, no permitamos que eso suceda.
Reclamemos lo que nos pertenece y que no se cumple en esa tan nombrada y
defendida Constitución. Se llenan la
boca hablando de ella y de una tal
Democracia… La que esos, los unos y los
otros, se saltan y no cumplen al tener a nuestros jóvenes , a nuestros mayores
y a nuestros seres más indefensos , los niños, en peligro de extrema
pobreza. Pero
regresando al ejemplo de Valentina,
todos, el pueblo, podemos ir en busca de esa mujer que hizo la patria
sin fronteras y su voz, nuestra voz,
cruzará el mar con las pardelas y en
libertad reclamar justicia.
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