sábado, 23 de diciembre de 2017

LA FALACIA

LA FALACIA
J.M. Aizpurua
La reyna Isabel solo pensaba en ganar territorios para su corona y oro para sus arcas reales, esta es la realidad: nunca pensó en Unidad de Destino en lo Universal.
El error, mental y logístico de Colón, potenció el saqueo de América, la esclavitud de África, y la marca  ”Imperio Español” que tras siglos de mala gestión y derrotas militares se hundió ante el nuevo Imperio, EE.UU. que en última instancia le arrebató su perla colonial; Cuba.
Emprendieron el siglo XX los ¿españoles? sin su motor económico americano colonial, y con un problema territorial, que trataron de llenar con nuevas fórmulas, republicanas, monárquicas, fascistas, hasta que en 1978 arrancaron de nuevo con otro proyecto: un reino constitucional llamado España Autonómica. Este, Mariano, es el origen de tu España, y no los 500 años que pregonas aún a sabiendas que son mentira. La España de hoy tiene 40 años y los otros 460 años son Historia de territorios distintos al actual, con presupuestos ideológicos distintos y sin ningún protagonismo popular o ciudadano. Son tiempos de riqueza material elitista y miseria espiritual y ética. Los primeros habitantes peninsulares no eran “españoles”, ni tampoco los siguientes migrantes sucesivos. El concepto nacional-estatal es moderno y en el Estado español arranca en el fin de siglo XIX entre las angustias de la generación del 98, ante la muerte de su concepto nacional-imperial.
Los eternamente sojuzgados pueblos peninsulares y la colonia canaria son metidos en el proyecto 78 que como es refrendado sin alternativa, siempre sale ganador. El verdadero y democrático referendo, sería el voto a (monarquía o república), (unidad, federación, confederación o independencias), (capitalismo o socialismo) y el resto se iría rellenando al votar las preferencias ciudadanas. Todavía esperan con su D.N.I. en la cartera los saharauis, que se preguntan porqué a ellos no se les metió en el nuevo proyecto ni se les dio la independencia.
Pero Mariano no quiere reconocer esta joven España (Estado español autonómico), para evitar que se hable de su nefasta gestión inmovilista, que arruinó a la Seguridad Social, y dejó sin futuro a su juventud.
Prefiere glorias pasadas, difuso origen, utopía épica, banderismo rojigualda en el que enmascararse y justificar el saqueo e incapacidad de desarrollar la potencia económica que la dimensión territorial estatal le concede ubicada en la potente UE.
Este nuevo proyecto 78 se tambalea, carece de solvencia “nacional”, y solo sirve a los eternos señoritos del cortijo, que Alemania sostiene tutelando y avalando, una democracia sospechosa, una economía ladrillera acabada y sin recambio, y una población acobardada que sabe que todo esto sucede, pero ha perdido su dignidad reverdeciendo con su antiguo grito: “vivan las caenas” (1814).
La juventud del mayo 68 dio un golpe en la mesa, y los viejos rebeldes esperamos que pronto se oiga la voz potente de los jóvenes desposeídos del 2018.
Ante ellos la eterna cuestión:
¿Qué hacer con las patrias; española, canaria, gallega, vasca y catalana?
Y la nueva cuestión:
¿Cómo sobrevivir en la UE? ¿De camareros?

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