APOROFOBIA
ANGHEL
MORALES
Todos
los años nos eligen una nueva palabra y este año nos han elegido APOROFOBIA,
que es el miedo que parece extenderse a la pobreza, algo que en Canarias parece
muy normal cuando el 44% de la población está en el umbral de la pobreza.
APOROFOBIA es algo que se han convertido en una lacra, un instinto de rechazo
hacia los pobres, asco de ellos, temor a que se te acerquen. Mucho hablar de
solidaridad, de colaboración, de ayuda, pero la realidad es que gran parte de
la población tiene instinto de rechazo hacia los pobres, como si ellos fueran
culpables de sus miserias y no de una sociedad que los crea, pero que luego les
rechaza, porque tienen miedo de que puedan joderle sus putos privilegios. Se
llaman cristianos y rechazan a los pobres. La verdad es una vergüenza.
Ves
a la gente, que pasa ante un pobre pidiendo y no solo que no les ayuda, sino
que miran para otro lado con asco, como en otros tiempos se huía de los
leprosos o de los apestados. Estás en una terraza tomando algo con unos amigos
y cuando se acerca un pobre pidiendo, no tan solo son incapaces de darle una
misera moneda, sino que te reprochan el que tu se la des. ¡Es un borracho! ¡es
un drogadicto! No es ni lo uno ni lo otro, simplemente es un pobre. Alguien que
se quedó sin trabajo, que no tuvo oportunidades en la vida y ha caído en
picado. APOROFOBIA es una enfermedad grave que deshumaniza a los seres humanos
y los hace sentir rechazo por sus semejantes.
Hablando
con lideres de ONGs como Cruz Roja o Caritas me dicen que la situación es
caótica, que el número de pobres aumenta de forma alarmante, por lo tanto, la
APOROFOBIA aumenta al mismo ritmo. Me cuenta que gente que hace unos años
colaboraban con estas organizaciones, porque su situación social se lo
permitía, en pocos años se han venido abajo y hoy son usuarios de estas ONGs,
porque necesitan ayudas ya sea de ropa, de alimentos o de medicinas.
Son
muchos los que mueren en lugares inhóspitos, porque no gozan de una vivienda
digna, ni de alimentación, ni de medicación, hubo una racha de diez o doce de
golpe, otra vez fueron dieciséis, lo mas reciente en los últimos días han sido
tres de golpe, no eran alcohólicos, no eran drogados, solamente uno era mayor,
dos eran relativamente jóvenes, por lo tanto, no podemos hablar de muerte
natural, ni que les ha llegado su hora. El concejal de la ciudad que se ocupa
de temas sociales también creo que padece una clara APOROFOBIA dicen que han
muerto en su habita, claro si son pobres, si la sociedad no les brinda una
vivienda digna, pues tienen que irse a chabolas, casa abandonadas o lugares que
no están preparados para que vivan personas. Nos intentan vender que estás
personas están ahí porque quieren, pero eso no es cierto. Están ahí, porque la
sociedad no les ofrece nada mejor
y
lo peor es que la miseria va en aumento, por mas que la clase política nos
quiera seguir vendiendo humo. Las políticas sociales son muy malas. Estamos
recogiendo cadáveres de la calle y no estamos en guerra. Bueno, algunos si lo
están: en guerra continua por la supervivencia. La APOROFOBIA crece como una
lacra en nuestra sociedad, sobre todo en una clase política insensible ante los
pobres, que ellos mismos fabrican, con el paro, trabajos precarios, desahucios
y demás tropelías que se cometen diariamente.
Los
albergues no son suficientes, los que existen funcionan muy mal. Es cierto que
la mayoría de los municipios no tienen una política social adecuada y la
capital es la que recibe a la mayoría de los pobres, pero ya vemos en todos los
pueblos de la isla, la gente acude a los Ayuntamientos a buscar ayudas, porque
no tienen para sobrevivir. La APOROFOBIA también se da en el funcionariado que
trata muchas veces con desprecio a este tipo de personas. Me cuenta una señora
que recibe ayuda en un Ayuntamiento del Norte, que le dice a la funcionaria que
ciertas cosas no se las de, porque es diabética y no las puede comer. Las
respuesta de la funcionaria es que si creía que estaba en un supermercado.
Una
noche después de ir al auditorio, contamos camino de casa a 17 personas
durmiendo en portales, bancos... en la calle y eso solo en la ruta que yo
seguía. Es normal que la gente muera en las calles, porque la sociedad, los
organismos competentes no les buscan lugares mas dignos, no solo para morir,
sino para vivir. APOROFOBIA, instinto de rechazo, asco, hacia la pobreza y los
pobres. Mierda de sociedad. Vamos de puto culo.
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