Y ZAS...
DUNIA SÁNCHEZ
Deja
los libros, así, solos en el aliento que penetra por la ventana y
entiéndeme. Ellos solo te dan una
especie de hechizo que te hace vagar en el ensueño. Ven aquí, si….en este sillón donde estoy
sentada ahora observándote con mis gafas gastadas. Deberíamos de charlar un
poco, alguna palabra que se hago en estas paredes grises. No, no quieres mirar
la realidad. Te despedaza, te quema. Pero date cuenta de que todo ya ha pasado. Somos eco del ayer, si…pero además murallones
para que no se repite, para que no vuelva a eclosionar y dejarnos tirados por
las alcantarillas de nuestros adentros. Te evades…sí que te evades. Haces como
si no me escucharas y ello me provoca cierta atracción, un amor intenso hacia
ti ¿Me comprendes?
Y zas, dejo el libro. Una historia amena donde
los mares se mueven en torno a la quema de los recuerdos. Ahora te miro, dime, te sigo escuchando.
Entiende que tengo que olvidar y crecer en las esferas de esta nueva vida. Pero
a veces…¡Ay ¡ a veces viene el, viene ella, viene quien quiera y arrebata la
risa esbozándome una amargura por no gritar cuando estaba a tiempo. Por ello me
aíslo. Supongo que me comprenderás. Me gusta estar aquí, a la luz de esta
ventana mientras tú en ese sillón espera mi abrazo. Ya iré, no te preocupes.
Necesito meditar, examinar desde aquí el bien y el mal pasado. Ahora es tarde. Bueno, salgamos. Está
lloviendo y la noche ya viene temprana. Mejor, calles vacía donde el susurro de
la llovizna pintará nuestros rostros de desconocidos. Desconocidos que van y
vienen. No te olvides el paraguas. Ese no que está roto, coge el verde.
No
hace falta cerrar con llave, vamos. Solo
daremos unos pasos de la mano. Y quizás, se la lluvia se va nos sentaremos en
algún parque cercano, próximo a ese techo que nos hace cabalgar en la pesadez
del pasado. No llevo móvil y ¿tu? De acuerdo, lo has dejado, has leído mis
pensamientos. Mira, la neblina azota la
cumbre en su sutilidad, hoy no veremos el roque pero da lo mismo, estoy contigo. Cuéntame algo de lo que los
estabas leyendo.
Ja,
nada. No estaba leyendo. Solo disimulaba mientras tus ojos se posaban en los
fotogramas de mente, intentando leerlos. Es imposible, solo yo sé del pasado.
Un pasado inmaduro, arrebatado, desquiciado de todo este presente. Ahora miro
al frente. Ahora te miro a ti y en este paseo bajo la lluvia me enamoro más aún
de tus formas de hacer las cosas, más aún
de esas estrellas que no puedo divisar ni ahora, ni nunca. Uf, ahora que
recuerdo, el telescopio esta polvoriento, las telas de arañas le caen.
Dejémoslo, algún día… estaremos ahí arriba. No te rías…sí, seremos energía que
se expande y contrae en el universo. Ahora toca vivir como podamos ¡Qué
impertinente es este mundo¡ Peleas voraces, aberrantes contra la humanidad y al
fin y al cabo seremos pieza de una fosa, no más ¡Mira que somos de mala
sangre¡
Parece
que llueve más fuerte, las sombras nos persiguen como fantasmas de nuestras
pisadas. Volvamos a casa. Tú con tu libro, yo en mi sillón.
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