viernes, 27 de noviembre de 2015

IMPERIO MEDIÁTICO

IMPERIO MEDIÁTICO

JUAN HENRÍQUEZ
Empezaré por aclarar que existen muchos periodistas decentes y con un fuerte compromiso con la libertad de expresión y la información veraz y contrastada. Sin embargo, permitidme que dude del uso que de la libertad de expresión ejercen los profesionales en los medios de comunicación de mayor relevancia canaria, y de corazón, apelo a vuestra inteligencia, para ahorrarme la mención expresa al medio y los personajes, es más, para evitar querellas a la que por mi insolvencia económica no podría hacer frente, y por descontado, por el poder que ostentan obre jueces y magistrados, seguro que acabaría con mis huesos en el silencio y la soledad de las rejas; y a fuer de ser sincero, es algo que no deseo.
En realidad la introducción no es más que una excusa, algo chulesca y petulante, para anunciar que el IMPERIO MEDIÁTICO acaba de alcanzar la mayoría de edad. Se viene gestando hace casi cinco lustros, y para lograrlo se han utilizado todos los artilugios (económicos, institucionales, financieros y tráfico de influencia) que la mafia valedora de la operación disponía a su alcance, que eran, y son, todos los centros de poder expuestos a la corruptela. Tampoco en éste caso concreto necesito ser más explícito apelando a la agudeza intelectual de los lectores y lectoras de NACIÓN CANARIA.
Todavía al día de hoy, no hay ninguna sentencia culpatoria de la docena y pico de delitos cometidos para tejer el IMPERIO MEDIÁTICO. Estamos, con toda seguridad, ante la gran estafa del siglo XX/XXI de Canarias, al menos, la más cuantiosa y mejor organizada. A estas alturas de la trama, de la instrucción realizada, y del informe elaborado por más de un centenar de agentes de la policía judicial, todo son conjeturas sin pruebas que demuestren el relato de la fechoría. Un expediente tan denso y dinámico, que perfectamente nos podría servir de guión y escenario para una película de gánsteres sicilianos.
Millones de las antiguas pesetas en la reserva casera por desconfianza tradicional con la banca oficial. Curioso es descubrir con el tiempo, que finalmente se decide formar parte de la clientela del banco nativo, y, ¡otra casualidad!, dos semanas después, en cuenta abierta con un paisano de licenciatura, cae del cielo, hasta ahora sin saber de qué santos provienen los kilos, aunque una vez más “supuestamente”, descienden de empresarios de reconocido prestigio, envueltos ambos en ciclones urbanísticos de compra-venta en parajes costeros.
Y eso que en mi pueblo se suele decir que las distancias son tan cortas que sí no es un día, será el siguiente, te cruzas con el cuatrero por cualquier calle. Además, el complot no nace ayer, llevan casi cinco lustros para alcanzar la cima del IMPERIO MEDIÁTICO. Y todo empezó dando unos escarceos por la carta de ajuste, del color del mar y el cielo, para emular a los santos inocentes. Y poco después con un bodrio para la gran pantalla, utilizando la figura de uno de nuestros más ilustres representantes del arte internacional; potingue al que le sacó saldo positivo por suerte y gracia del chantaje institucional, cuya maestría tiene bien acreditada el cabecilla oficioso del IMPERIO MEDIÁTICO.
Quiero decir, que mientras que la justicia, con personal y utensilios, sigue sin meter entre rejas a los protagonistas y hacedores del IMPERIO MEDIÁTICO, los ciudadanos/as de a pie los conocemos y les ponemos cara, nombre y apellidos, que es lo que un servidor se dispone a desenmascarar en próximas fechas. ¡Continuará!

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