viernes, 15 de febrero de 2013

BELILLO PARLANCHIN = CHAFALMEJA ENVIADO POR ESPAÑA


BELILLO PARLANCHIN = CHAFALMEJA ENVIADO POR ESPAÑA
Articulos recordatorios de
 Miguel Angel Diaz Palarea

El “yo, yo, yo” y si falta algo, YO y, me pregunto “yo” ¿Es que el pollo no tiene abuela? Mis cuates, creía que con Segura, con una mente privilegiada como la suya, había acabado mi sorpresa sobre la petulancia; pero que va, mis amigos. Pepe Segura y su bombilla encendida de tanta inteligencia natural, y su “yoyoyoyo”, ha sido superado por paliza. Al oír la entrevista inteligente que le hizo Pepe Moreno en su “radio independentista El Día” comprendí que existen otros rebenques que se creen tan listo e importantísimos que los pobres desgraciados, como el que escribe, tendrían que besarles el culo para estar agradecidos de tanto talento natural; como diría mi ancestro Simeón es una “Eminencia” “u” “cráneo privilegiado”. Se autocalifican cuando se quitan el disfraz.

Utilizando la ironía de este pueblo, lo que con una mueca de desagrado te escupirían entre rones Arehucas: debe calificarse de“Belillo Parlanchín”. Según el diccionario de O’Shanahan: “chiquillo inquieto, dicharachero, escurridizo, listo”; pero cuando mete el dedo en el ojo, el nunca suficientemente apreciado Alfonso, al escribir a continuación: son “unos Chafalmejas enviados por España”. Y eso creo mis cuates del henchido Juan Fernando López Aguilar, lo que le sobra de barbilla de media luna le falta de humildad torera, por decir un epíteto españolero como él mismo.
El guaperas de mentón recio, después de perder las elecciones no pide perdón, no tiene ni pizca de humildad democrática. En la entrevista antes mencionada del medio “independentista”“El Día” quedó con el culo al aire. Debían guardarla para estudiarla en la facultad de periodismo, sobre lo que debe calificarse de “Belillo Parlanchín”, de petulante soberbia: yoyoyoyoyoyo…Empezó acusando a los canarios de envidiosos, que no apreciamos que ÉL era el más listo de la clase, que sin “padrinos” había triunfado en la vida; que era el más guapo, el que más éxito tenía entre las hembras; nos calificó de envidiosones, sólo le faltó decir que EL, personaje del Guinness de los triunfadores era quien la tenia más grande y gorda.
Este “cantamañanas” –según me cuentan, así le apodan en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria-; fue un cabronsón al olvidar a su padrino, padrino, padrino -dicho con toda las palabras del término: Saavedra que fue quien le aupó sobre sus regordetas espaldas- Momo, dicho con cariño, tiene buena memoria, pero no consideró que quien “se cría con serpientes termina siendo una bicha”. Su “Frankenstein” se avergüenza de su creador, es cojo y gordo, dicho también con cariño, y le humilló hasta el extremo de quitarle, incluso, un puestito honorífico en el PESOE ESPAÑOL CANARIÓN.
Desde la petulancia, pedantería de magomierda –esto lo pongo yo-, se jactó de haber estudiado en elitistas universidades extranjeras por la gorra; olvidó recordar, como hablan las malas lenguas envidiosonas- que era “un copión” incluso para lograr su cátedra de la que presume. Este belillo parlanchín desde que le dan la palabra, y prende su perorata no hace otra cosa que auto alabarse, olvidando a los “negros” que le hacen el trabajo sucio aquí en estas islas africanas de las que se avergüenza el gallardo mozalbete.
“Coños, coños, coños”, me dijo un amigo del alma “al canarión se le ensalivó la boca de hablar tan bien de su propia persona, parecía su abuela hablando tantas maravillas, bellezas, de su “bella” persona”; solo le faltó besarse, muá, muá, muá y más mua, a sí mismo; nos escupió al hocico una retahíla, de autobombo arrogante, que lo desacredita como persona; parecía un “belillo parlanchín” al querer culpabilizar a los otros, a nuestro pueblo por no valorar sus grandes méritos; nos calificó de envidiosones con tan tremendo personaje importantón, se cree ya un Benito Pérez Galdos, por nombrar un insigne personaje del que orgullecernos los canaritos de tierra.
Me avergonzó, como canario que me hubiera gustado lo contrario, cuando un facha, facha entre los fachas, desde dentro de los gayumbos del genocida Generalísimo de los ejércitos españoleros: Franco; el pepero le dejó grogui en una paliza memorable, cuando aquel era fácil de derrotar. Con recordar lo derechón que es y su falta de memoria histórica con los que perdieron, en defensa de la legalidad republicana, su propia vida. Este personajillo franquista lo noqueó para vergüenza de los demócratas que aguantábamos el insufrible programa 59 segundos; pero es que el egregio figurín pretendió ser la flor dentro del florero y por petulante, repitiéndose hasta el vómito, hizo el “ridícalo” y con él los demócratas que queríamos denunciar al candidato de la derechona fascistoide. Fue derrotado estrepitosamente por quien no le llega a la suela del zapato y esto lo sé y lo digo sin venganzas. Se cascó una perorata insulsa de legulello de chaquetita de Armani; quedó como un “comemierda”.Esto me comento un rebenque, pero rebenque engreído y presuntuoso, hijo de la padrina soberbia que ralla lo ridículo.
El velillo parlanchín llegó a Canarias en olor de multitudes, con una autofama, fanfarria de autobombo que ha demostrado no merecer; vino con tez morena a lo Obama; llegó a las islas para ser Presidente y “trompicó” de bruces con lo que los pesoistas han creado y engordado –una burguesía pueblerina de caciques de cemento e intereses oscuros. No pudo, tenía prisa por trepar; tuvo un gatillazo ante la diosa de la fama, hizo el ridículo al no levantarla. Quedó “enterregado” aseando su melena de pantera negra, tumbado chupando polvo.
El guapo entre los guapos, presumido entre los presumidos, gallo en el gallinero de Jerónimo, olió el estiércol que se estila en Canarias y “se mandó a mudar”, “no lo merecíamos” –dijo a sus próximos. Fue jefe de jefes entre los pesoistas canarios, fue padrino de filas y ahora se manda a mudar cobrándolo bien. Solo me resta despedirlo para que disfrute los 18.000 € que se meterá en el bolsillo todos los meses, presumiendo de ser un cráneo privilegiado. Personaje “belillo parlanchín” del que las juventudes canarias deben tomar ejemplo de ascenso sobre las espaldas de otro al que luego humilla y deja lamiéndose las heridas.
¿Verdad, que digo la verdad verdadera, Jerónimo Saavedra Acebedo? ¿Verdad, viejo profesor, que quien cría cuervos le terminan sacando los ojos?



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