Nuestros hijos se van…
Graciliana Montelongo
Amador.
Ayer se despedía de mí, una chica. A
la que vi jugar, a la que vi crecer y a
la que vi terminar sus estudios. Compartí su sonrisa, que poco a poco se fue
borrando de su rostro. Ayer dejó atrás su tierra, a sus vecinos y lo más
importante a su familia. Otra joven más,
que se marcha.
Para unos padres es triste escuchar a
tu hijo decir que se va. Escuchar a tu hijo decir que quiere conocer otros
lugares, otra gente. Es triste repito,
pero es ley de vida que los hijos no permanezcan siempre a nuestro lado. Pero
es demoledor cuando tu hijo llega a casa y te dice:
-
Hoy el profesor de sociología nos dijo
que somos una generación que no tiene futuro. Una generación perdida. Y creo
que tiene razón, por eso, yo quiero ir a
otro lugar. Donde tenga un futuro. Donde pueda estudiar lo que me gusta, donde
pueda trabajar y desarrollarme como persona. Aquí no hay nada. Nos quitan el
dinero de las becas, nos quitan profesores. No tenemos material. En las clases
faltan ordenadores, faltan tantas cosas, para poder aprender. Yo no veo mi
futuro aquí. Me gusta donde vivo, pero,
aquí no hay nada. Nos vamos a la huelga y no escuchan lo que pedimos. Han
destrozado todo.
Así se sienten los chicos. Así los tratan, abriéndoles las
puertas de par en par e invitándolos a irse ¿Cómo han cambiado las cosas? Hace unos años nuestros gobernantes abrían
las puertas a todos las personas del mundo, para que vinieran a trabajar a
nuestra tierra. Decían que la natalidad había descendido y que nuestro futuro
peligraba, porque no teníamos mano de obra para trabajar. Que la población en
poco tiempo sería de gente mayor (De la tercera edad, como dicen algunos) Esto provocó la mayor avalancha de inmigrantes
hacia nuestra tierra, Canarias, a estas islas frágiles. Pero ellos, los inmigrantes
y nosotros, fuimos utilizados. La jungla de cristal en la que nos
vimos envueltos, estalló en mil pedazos. El resultado:
La
herida es grave, profunda y está
infectada… Y lo peor no es eso. Lo peor es descubrir que todo ha sido provocado. Algunos miembros, de los que están en el
poder, son los responsables. Por más
vueltas que le doy, no encuentro una explicación mínimamente razonable a lo que han hecho. ¿Poseerán esta clase de
seres, sentimientos racionales?
No es lo mismo, que un chico o una chica,
decida que quiere viajar, que quiere conocer otras culturas, otras personas. Acceder
a un puesto de trabajo y establecerse en ese país por voluntad propia, a tener que hacerlo por
obligación. No es lo mismo.
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