Rajoy&Rubalcaba
Juan Henríquez
De fondo, los
acordes de la sinfonía nº 5, primer movimiento, de Bethoven, para escribir la
crónica de un debate, Estado de la Nación, del que de antemano teníamos el
veredicto. Reconozco que un pelín de masoquismo sí que hay que tener para
tragarse el rollo de estos dos personajes; diré en mi descarga, que está uno
casi obligado, al menos para hablar con conocimiento de causa. En cualquier
caso, para no andarme por las ramas, lo primero que tengo que decir, y para mi es
la clave de la grave situación, es que ninguno de los dos, Rajoy&Rubalcada,
están moral y éticamente legitimados para representar a la ciudadanía española;
por supuesto, por razones muy diferentes.
Me explicaré.
El señor Rajoy al reconocer públicamente que ha mentido a
los españoles, y no habiendo otro deber más importante que cumplir las promesas adquiridas ante los ciudadanos/as,
está ilegitimado para gobernar. Pero no sólo llega al poder por la vía de la
estafa electoral, sino que se ve envuelto en un caso de corrupción interna de
su partido, una especie de ramificación de la trama Gürtel, en la que el Luis Bárcenas
acumuló una fortuna de 22 millones de euros, y además, detalló ante notario los nombres de los donantes y perceptores de
los fondos ilegales. Y lo diré sin tapujos, y que me manden a la policía
judicial, porque no sólo tenemos a un presidente bajo sospecha de corrupción,
sino algo todavía más grave: el tal Bárcenas lo tiene cogido por los huevos,
hasta el punto, de que Rajoy evita acusarlo y señalarlo cómo corrupto; en otras
palabras, el Gobierno español está dirigido por un señor sujeto al chantaje de
un ratero.
En el supuesto de Rubalcaba, la ilegitimidad le viene por
razones distintas a las de Rajoy. Una
primera, y para mí muy importante, es que el pueblo español le retiró la
confianza, perdió toda credibilidad política. Y una segunda, es que se mantiene
al frente del partido gracias a las artimañas gestionadas por los próceres del
aparato. Rajoy&Rubalcaba, hágannos un favor: ¡DIMITAN!
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