CORRUPCION Mas-Iva.
L. Soriano.
No sé que quisieran oír que no hayan oído ni
ver que no hayan visto. Esto tampoco es casualidad. Es fruto de planes bien
trazados durante años de poder impune, donde además se han ido protegiendo,
blindando, torciendo Leyes y violentando espíritus del Derecho. Y es asimismo
común, generalizado, y afecta de una manera u otra a todos los partidos
políticos que se benefician de los privilegios de los que gozan, y hacen lo que
hacen porque pueden hacerlo. Porque los reglamentos o las normas se lo
permiten. Todo con una ausencia de Ética y mucho menos de moral, que llama la
atención. Y además con un secretismo en cuanto a lo que se dotaban y a lo que
nadie y nunca ha renunciado, denunciado, ni si quiera advertido de lo “feo” que
es apuntarse privilegios groseros por el mero hecho de pertenecer a un grupo
social, casta o secta, diferenciado del resto de los ciudadanos que pagamos los
platos del festín. Ante todo, debe de quedar claro que la Corrupción es
Institucional. Esto para mi es poco discutible, ya que solo las Instituciones y
sus representantes pueden modificar Leyes, sentencias, normas, dar o negar
licencias, concesiones o mandatos. Que necesiten brazos armados empresariales o
profesionales para perpetrar los desmanes y consumar los latrocinios, no iguala
la responsabilidad. Si el ostentante del Poder no acepta la Coima, no ha lugar
a corrupción posible. Confundir además a socios ladrones en operaciones
privadas, con corrupciones de quienes nos detraen a la fuerza nuestras
ganancias vía impuestos para apropiárselas, es otra perversión de los medios.
La intoxicación nos invita a comparar los ladrones privados, que manejan fondos
privados, voluntariamente cedidos, con los
ladrones públicos que roban nuestro esfuerzo. Lo grave de esta
intoxicación es que llega a limites inauditos cuando se nos mandan señales de
las más altas instituciones con aquello de que “bueno si se consiguen contratos
para empresas españolas, no es reprochable que se queden con alguna parte del
negocio”. La perversidad del argumento hace que tengamos que aguantar con
arcadas que desde la Defensa del balonmanista, yerno y mandado, se esgrima “lo
que el ha hecho por España, la vela y el golf en Mallorca” y otras sandeces
mezquinas y malolientes. Y no se les esconda lo de “la injusticia de su
empobrecimiento”, no mencionando la injusticia del enriquecimiento. Llegados a
este punto de basura, debo también informarles, por si se les escapa que cada
“mordida” que se paga en cualquiera de los campos donde campa la corrupción,
incrementa el costo de las actuaciones que acometen los que se benefician. ¿No
creerán que las absorben disciplinadamente los paganinis? Así toda la obra
pública contaminada cuesta mucho más de lo que costaría la sana y limpia. Esto
en cuanto a las privadas o vinculadas a los gobiernos de turno. En cuanto a las públicas, esto nos lleva a
otra tremenda conclusión, y es que el dinero que se recorta cuando la
recaudación salvaje acaba cayendo, es siempre de gasto social. Muy dados a
confundirlo con el gasto publico o a confundirnos para parapetarse tras el.
Así, el dinero que se derrocha o malgasta, impide que discapacitados, enfermos,
dependientes, pensionistas, y necesitados en general, sufran, para que el
Mandatario, Asociacionista subvencionado o Sindicalista de turno, pueda
disfrutar de sus inmensos privilegios autoconcedidos. Esto divide al país y a
los grupos sociales, pero no tenemos por la inmunidad y la impunidad
construida, con la Justicia que los juzga manumitida, capacidad de desmontarlo.
Entonces necesitaríamos un suicidio desde dentro, y esto lógicamente es poco
viable. Quiero llegar a más. Los dramas que provoca la corrupción por el desvío
de fondos a bolsillos privados de pertenecientes a Instituciones públicas se
transforman en muchos casos en Tragedias, para lo que se requiere sangre o
muerte. Y no exagero. El aumento de la crispación, deviene en aumentos de
ansiedad por embargos, desahucios, quiebras, cierres, lo que incremente la
posibilidad de accidentes o cuadros clínicos con resultados de muerte. Además
de ser factor adicional a otros que llevan a algunos suicidios que aumentan con
las crisis económicas graves. Por todo lo expuesto creo que es muy lógico que
tratemos por todos los medios de acabar con la corrupción a todos los niveles y
por todos los medios. Una tangentopolis bien estructurada y con castigos y
penas ejemplares a los delincuentes que los disuada para siempre del asalto a
las cuentas públicas a la vez de una concienciación y selección de los que
acceden a los puestos desde donde se tenga poder y mando. Eliminemos a la clase
política de la gestión en todos los estamentos del estado. Es urgente, pues
causa daño y dolor.
A reflexionar.
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