martes, 9 de julio de 2019

TROGLODITAS


TROGLODITAS
JM AIZPURUA
¡Qué poco le gusta al señorito Risco Cáido (así lo llaman allí)! El mundo se percata que los habitantes canarios primitivos, desde un par de siglos antes que naciera Cristo, no eran españoles-castellanos. Esta evidencia que los godos y godistas llevan siglos disimulando se abre al mundo sin ambages, pura y cristalina: los actuales canarios descienden de esos ancestros del risco y de la genocida actuación de mestizaje que desde el siglo XVI realizaron los europeos y mayoritariamente los castellanos peninsulares. Y como la paleogenética está ya dictando cátedra: yo me callo.

Como el tema no les hace gracia, los llaman “trogloditas” buscando en ese concepto la carga negativa que contiene de barbarismo y atraso.
Pero la bendita cueva los desarma: aquel pueblo era de gran inteligencia y conocimiento matemático y astronómico, muy superior a la preparación de la banda de conquistadores que posiblemente fueran incultos y analfabetos. Después de masacrarlos, plumillas de poco pelo se encargaron durante siglos de ocultar las huellas de su cultura e idioma, y para más seguridad los cambiaron de nombre para ponerles identidad castellana, hasta llegar a un presente en que muchos de ellos hoy ignoran su estirpe y asumen como propio el relato del invasor.

¡Gracias! Risco Cáido que das luz de la cueva hacia dentro y hacia fuera. Recinto de conocimiento canario antiguo, que da al nuevo canario rayos de autoestima, de comprensión a sus raíces y esperanza de un futuro canario y no castellano, dentro o fuera (lo dirán los votos) de donde haga falta; pero siempre canario puro.
Los patriotas canarios que en la represión, la persecución, el ostracismo, han llevado su pensamiento con una dignidad guanche, se ven al fin ratificados por la ciencia y los organismos mundiales para poder exponer sus principios vitales dentro de un relato en el que su derrota ante Castilla no es el fin de nada, si no la etapa genocida que todo pueblo padeció bajo el imperio de la monarquía castellana, y hoy ya en época democrática vuelve el esplendor de aquel pueblo, hoy desconocido, pero que devuelve la esperanza y la dignidad al conjunto de los canarios del siglo XXI.
La luz del risco daba las señales climáticas para cosechar y hoy debe dar las señales para que la sociedad canaria encuentre su camino en el concurso de los pueblos mundiales en los que deberá concurrir con su carácter macaronésico que aporta ventajas e inconvenientes que deberá gestionar. Creo que estamos ante el nacimiento de una nueva nación, Nación Canaria que el precursor Anghel defendió, que miles de paisanos defendían de forma aislada, pero que en adelante esta nacionalidad deberá ser reconocida por el Estado y la UE y tratada de forma diferente a la colonial del pasado.
Desde el Risco las cosas se ven claras, pero desde el valle, desde las urbes es más difícil hacerse con criterios de futuro que asimilen la realidad canaria a una evolución social buscando una mejora de las condiciones de vida y trabajo de la ciudadanía. Y para ello es muy importante el aprecio a su linaje, la consideración y el afecto a su condición canaria que ahora la UNESCO comenzará a comprender y de su tutela pueden obtenerse conquistas necesarias para la supervivencia de un pueblo que nunca fue “troglodita”, si no transformador de una dura realidad de ecosistema volcánico que supo utilizar para la supervivencia de su saga.
A nadie perjudica la divulgación del Risco Cáido, salvo al godo recalcitrante que ya acabó su relato tendencioso y colonizador pues la ciencia y el conocimiento basados en la realidad han arrinconado.
Vamos al Risco; canarios.

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