EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
En las repugnantes
frases del capitán Jair Bolsonaro nada está ausente; en la enunciación de
suciedades y miserias, lanzadas desde las cloacas metafóricas que habitan en
este personero del odio y la discriminación… desde la ubicuidad de su ausencia,
este ridículo personaje, marca como ‘culpables’ de la decadencia del sistema
socio-político y cultural a quienes abogan por la igualdad, la solidaridad y la
fraternidad, devenidos en ‘chivos expiatorios’
de la simulada degradación de las denominadas ‘buenas costumbres’ de la
“sacra familia”, la hipocresía de la putrefacta burguesía, a la que se sumaron
millones de hambreados e indigentes, que hoy, han encontrado su candidato en
las urnas: Bolsonaro, quien con un discurso de corte netamente neofascista, fue
elegido por 57,7 millones de votos como presidente electo de Brasil.
No nos engañemos
más, la denominada y simulada izquierda ‘progre’, de la Patria Grande, jamás
cristalizada en acto, ha fracasado en su hipocresía, y simulado intento de
revolucionar nuestras comunidades, no han cumplido con las premisas
fundacionales que marcan la diferencia con el sistema neoliberal, promesas
incumplidas de campañas electorales mentirosas… el mundo para todos en libertad
y verdad, que tanto he mencionado en mis editoriales, es sólo un sueño… ¿y
ahora qué?
Saber es acordarse,
hacer no lo es menos. Siempre tuve el deseo, como tantos, de lograr llevar a
cabo un giro de 180º en “el estado de las cosas” en que se debate el mundo y
sus pueblos, un obstáculo gravoso, que devino en lograr renunciar, liberándome
de los “lazos parentales”, dando espacio a poder ser en acto, sobrevolando las
voces, como las de Bolsonaro, que se da el gusto de dar lugar a un crisol de
fascismo similar al que se ha experimentado en la Italia de Mussolini, con un
condimento del “Deutschalnduberalles” hitleriano.
La ultraderecha
gobierna ya, o bien, influye decisivamente sobre las políticas de Chile (país
al que Bolsonaro eleva a categoría de ejemplo único en Latinoamérica), de la
Argentina de Macri y otros países de la región que han caído en el pantano de
la xenofobia, la discriminación, la persecución del diferente, como también de
las organizaciones sociales, la muerte de la libertad de expresión… en países
europeos, los partidos neofascistas ocupan posiciones relevantes en instituciones
cercanas a la ciudadanía, todo se ha vuelto bestial.
No me agrada
convertirme en un profeta del desencanto, pero no puedo dejar de manifestar lo
que conozco y sé, lo que me ha costado, por no negociar y denunciar, ser
censurado, difamado y amenazado, hasta hoy…. el capitán Bolsonaro fue elegido
presidente, ¡espanto!, ¡horror! ¿Algo ha muerto?
Soy un portavoz
legítimo, de aquellos que no tienen derecho a réplica, aquellos que aún tienen
cojones, hartos de ser continuamente pisoteadas, humillados y explotados… mis
palabras pueden ser replicadas, actuar como el eco de cientos de miles de
personas que no soportan más tanta estafa, tanta mentira, tanto fraude, en fin,
no nos representa nadie… no sigan engañando con discursos “chatarra” de
funcionarios disfuncionales, que han pactado y pautado con las corporaciones
genocidas neoliberales. La elección de Bolsonaro, el neofascista, no es casual,
se ha cimentado en estos años por gobernantes “estrellas”, megalómanos que se
remitieron en función a ensalzar sus figuras, dejando de lado sus funciones
para los pueblos que los han votado. Estos pueblos entran en pánico cuando ven
sus vidas sumidas en el hambre acuden a los capitanes o coroneles, “el eterno
retorno…hora de verdades y épicas, no creo haya otra salida de esta atroz
instancia de sumo riesgo, que atenta a nuestra existencia.
Neutralizar a la
ultraderecha representada por Bolsonaro, es un desafío para quienes nos jugamos
por una Patria Grande, sin ambigüedades, ni especulaciones, ni infiltrados oportunistas, y, por lo tanto,
la respuesta debe ser latinoamericana a ultranza… Una respuesta coordenada y
política. No basta con solo recuperar los valores democráticos frente a esta
nueva barbarie, sino, elaborar materialmente propuestas sociales y políticas
para reinsertar a las capas excluidas o precarizadas en el sistema, con
igualdad de oportunidades para todos los que demuestren amor a esta tierra,
talento y ánimos revolucionarios dentro de una democracia real y concreta.
Sabemos que hay
“marginados” y “excluidos”, humillados, rechazados por la denominada opinión
pública, que no es ni más ni menos, que la opinión de los bocones de medios,
pagados con dinero del Estado, en manos de ricachones groseros y sus bandas
asesinas. Asistimos conscientemente a una catástrofe irreversible que precede
al derrumbe. No olvidemos que quienes han felicitado de inmediato al capitán de
la reserva Bolsonaro fueron Almagro y Macri. Que persista la memoria, no hay
espacio para juegos de alusiones…ya no.
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