miércoles, 28 de noviembre de 2018

SEGUID


SEGUID
JM AIZPURUA
Seguid, malditos, seguid. Seguid con vuestras elecciones, con vuestro Gibraltar, con vuestro lugar en las Listas, con vuestro macabro juego de la democracia de la señorita Pepis. No pasa nada. Solo que Hoy se tiró por el balcón una señora de 65 años cuando la iban a desahuciar.
No es la primera vez, ni será la última, pero vosotros seguid, seguid a lo vuestro que este pueblo es tonto y manso y se olvida pronto.
En plena crisis, un enterrador me dijo que muchos de los muertos que le llegaban no eran por lo natural, y él pensaba que los suicidios eran muy probables en los que se ven sin salida y como el alacrán, prefieren morir con dignidad. Y lo peor es que vosotros, siempre bien informados con esa información privilegiada que manejáis, lo sabéis, lo sabéis todo, pero miráis para otro lado, al lado donde el pesebre os saluda cariñoso. Malditos seáis.
Para vuestra desgracia, algunos no nos tiraremos por el balcón aunque la desgracia nos rodee, y apretando los dientes seguiremos caminando, por el camino que habéis minado con leyes y precariado, sorteando el mísero horizonte que nos dejáis con las pensiones de la vergüenza, las que día a día nos ahogan con lo poco que se actualizan y lo mucho que nos subís los precios y hasta nos robáis cobrando las medicinas en un repago miserable. Encima os sentís orgullosos de lo que sois y de lo que hacéis. ¡Viva España y viva el Rey!
Estamos tocando el fondo.
Cuando no queda humanidad en la sociedad, el humano se transforma en bestia, en elemento insensible que solo piensa en no pasar por debajo de los balcones no sea que a una vieja pobre se le ocurra tirarse y te desgracie. No existe la empatía ni la responsabilidad, y con ello las causas de la desesperación de esa mujer no cambiarán y mientras esto escribo otros muchos verán la soga del desahucio apretar en sus cuellos sin que ya nada puedan hacer.
No aceptamos el silencio de los corderos, y gritaremos. Gritaremos alto y fuerte para que revienten vuestros tímpanos, malditos avaros insensibles que hace tiempo salisteis del Género Humano.


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