lunes, 10 de mayo de 2021

BIDEN: MISMA RECETA PARA EL MUNDO

 

BIDEN: MISMA RECETA PARA EL MUNDO

IVAN IPIAKSUA IPIAKSUA

Hace dos meses se realizó en Estados Unidos -EEUU- las elecciones presidenciales; se sabía que independientemente de quién ganará no cambiaria nada, su política exterior contra los pueblos del mundo continuará. Sabiendo que Baiden – Candidato Demócrata – es el ganador; se podría asegurar que habrá un cambio matiz, pero nada estructural. Tapar huecos viejos y abrir nuevos en el mismo jardín; será la política del nuevo presidente y su partido.

Algunos aún se preguntan si en EEUU se realizaran cambios sustanciales; la respuesta a ellos es ¡no!, la visión de mundo construida obedece a preceptos profundamente instalados en la sociedad. Preceptos representados por los mandatarios, donde prima la supremacía y la creencia de ser los que deciden sobre el destino del mundo.

 

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Recordemos que su fundación como estado nacional, se realizó bajo el objetivo de construirse como imperio apartándose de la corona inglesa; en el que se mantuvo los preceptos de esclavitud, explotación, subyugación y exterminio de los pueblos amerindios y africanos. Su interés económico y político era el de expandir su modelo de comercio, independiente originado desde Europa.

 

Otro elemento a considerar en el ámbito cultural para el establecimiento de Estados Unidos fue el auge del protestantismo. El cual sostiene que: “El individuo es el desarrollador único del bienestar social”; doctrina religiosa que niega el mutualismo y eleva el individualismo a su máximo esplendor.  Ello junto al “Destino Manifiesto”, supuestamente los inviste de ser los designados por Dios para obligar a cambiar a quien va por el mal camino.

 

Recordemos que el expresidente William Taft (1909-1913) en 1912 dijo “somos el nuevo estado de Israel”, o sea, los nuevos elegidos por Dios.

 

Una combinación peligrosa:  Estado – Religión

En una sociedad creyente, donde la separación del Estado y la iglesia es invisible; a pesar, de que se afirmen lo contrario. El dogma protestante rige cada espacio de la vida en sociedad. Esa combinación ha sido peligrosa para el mundo, aunque como se dijo antes, son de doble moral, son más las mentiras que verdades.

 

Recordemos que el expresidente William Taft (1909-1913) en 1912 dijo “Somos el nuevo estado de Israel”, o sea, los nuevos elegidos por Dios. Esta declaración trajo a la humanidad dolor y despojo, por cuanto cada intervención de ese país en los asuntos de otros países por medio de la acción bélica, adujeron los presidentes que “se los había ordenado Dios”.

 

¿Libre mercado?

Aunque son un país capitalista, subvencionan la producción. En los primeros años, el Estado intervino la economía, buscando desarrollar su industria, grandes empresas y comercio propio, evitando comprar a Inglaterra productos de consumo así fueran baratos. Lo lograron. Ese modelo económico va muy en contra de lo que predican habitualmente sobre el deber ser del libre mercado.

 

Recordemos que el TLCAM, ALCA, y los TLC son una extensión de este principio en el cual se priman los intereses de EEUU, mientras se golpea económicamente a los países. También, se evidencia contradicción en sus acciones al bloquear las economías de Cuba y Venezuela. Países que realizan procesos sociales de transformación y de construcción del socialismo en donde el Estado es un promotor fuerte del desarrollo económico nacional; tal cual los yankees lo hicieron al inicio de su naciente nación.

 

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Aunque su macroeconomía se muestra pujante, con un crecimiento que beneficia a los magnates, lo cierto es que al pueblo no. Cincuenta millones de estadounidenses viven en la pobreza, sin un plan de salud que garantice la vida y proteja a los más desfavorecidos, con niveles de control que evitan y reprimen cualquier rebelión popular, lo cual es lo que le interesa al partido demócrata, a pesar de las críticas que le ha hecho a Trump por el manejo sin límites de la violencia policial, la cual asesinó a varias personas de color y generando la furia popular en estos últimos años.

 

La mezcla de religión y economía  -Delegados de Dios para vigilar y castigar al mundo  y llevar a cada rincón su modelo económico en su fase neoliberal -, es la característica que llevarán al mundo y reproducirán sin importar cual sea su presidente; pues el partido republicano y el demócrata, obedecen a esta misma y única realidad mesiánica despojadora, catalogada de imperialista, en la cual la supremacía se debe imponer por orden divina.

 

¿Democracia?

Desde sus inicios, Alexander Hamilton (1757-1804), padre fundador, propuso “un gobierno de un presidente y congreso vitalicio”.  Aunque, oficialmente no se aprobó esta propuesta, ella de desarrollo al crear un sistema de gobierno colegiado y no de democracia directa. No son los votos los que eligen presidentes, es el interés corporativo representado en los colegios electorales.

 

Biden: misma receta para el mundo

En sus declaraciones de victoria la dupla Biden-Kamala -pro sionista profunda- se mantuvo, a su manera, la frase de Trump “hacer grande a USA”.  Evidenciando que el complejo militarista, corporativista y el lobby sionista y árabe no van a cambiar durante su mandato. Serán otros cuatro años de la misma receta para el mundo.

 

A los pueblos del mundo les queda la resistencia, la defensa de la soberanía y la construcción de una nueva sociedad. Atentos deben estar Venezuela, Nicaragua y Cuba anta la arremetida económica y política, aun con sus aciertos y errores son esperanza y luz del mundo para empoderar a las mayorías con en la visión antiimperialista, descolonial y por la Liberación.


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