OLEADA DE LLAMAS
DUNIA SANCHEZ
Oleada de llamas.
El eco de la agonía
Baila al compás del
error,
De la amenaza
perfecta de la oscuridad,
De las tinieblas.
La atmósfera se me
hace irrespirable, aprieta con su gatillo fulminante de la muerte de una
naturaleza paradisiaca de los montes. Voy tras ella, tras las llamas que
vertiginosas ahondan en la miseria, en la existencia esfumada en un pequeño
instante de tiempo. Un si saber me hace odiarme, castigarme a medida que camino
sudoroso, delirante tras ella. Bosques donde un pinzón azul se ahuyenta hasta
la nada. Vacío rueda en mi pecho y mis lágrimas torpes, cautelosas aclaman al
Dios madre tierra. Me miro las manos, me miro y me miro y grotescas formas
fantasmagóricas crujen, danza a medida que todo se eclipsa eternamente. Yerto
mis ojos, me detengo y un puñal en mi vientre
busca la repuesta. Sopla un viento infernal, sopla un quemar rajante y
caigo. Medito y en mi alejamiento de las
llamas descontroladas, alocadas, sendero de funerales y sigo en este mundo. No
hay salida ¡No¡ no tenemos escapatoria, un planeta que orbita en grotescas, en
aberrantes puñetazos a su corazón. Todo preñado de borbandeantes charcos de desahucio
¡Ven a mi madre tierra¡ Se grito de lluvias, de un viento estático antes que la
derrota , que los ojos blancos borren la vida. Y de nuevo voy tras ella, tras
las llamas que se infiltran para dejar un vista ceniza, melancólica,
irremediable en el paso de las horas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario