CALLADOS...
DUNIA SÁNCHEZ
Callados. Espacio intangible donde
espejos reflejan el eco interior. Nos arrugamos al ritmo de los días, de las
horas, de las estaciones permaneciendo intacto el beso que toma vuelo en los
sueños. Sí, estamos callados. Heridas en la vertiente de nuestro vientre, no se
irán, mientras alzamos nuestros cuerpos en la algidez de un sol que viene, nos
entregamos a su pasión por la calidez de nuestros miradas. No sabemos a veces
si llorar o reír, un vago recuerdo ensucia nuestras singladuras a través del
tiempo. Nos desnudamos. Nos miramos y en galopantes girones nos desquitamos de
todo mal. Callados, seguimos aquí. Se abre una ventana y las palomas vienen a
observar todo quehacer de nuestras manos. Manos abiertas, manos agrietadas,
manos envejecidas, manos que giran y giran en la tibiez de sus alas. Callados.
Sí, callados alargamos un túnel al encuentro de una lumbre que nos erija como
humanos que somos. No la hallamos, pero hay tiempo, un tiempo que se retuerce
en el derivar de azules cometas sonrientes en el aire.
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