EL
VUELO DE LA PARDELA.
Siente a
un pobre
a su mesa.
GRACILIANA MONTELONGO AMADOR.
Atrás queda 2013, atrás queda otro año
más, de la mal llamada crisis económica. Digo mal llamada, económica, porque en realidad es la crisis de falta de caridad,
de justicia y de amor. Pero seguimos recibiendo noticias sobre donde se gastaron, algunos, nuestro dinero. Nos hablan de
tramas, pero es que ya son tantas, que perdimos la cuenta. El caso es que entre
gastos superfluos, lujos, como el de comprar ramos de flores por valor de 500
euros, para obsequiar a las esposas de… Mientras tenemos niños pasando hambre. Noticias
que repito, hieren, bueno matan, la
sensibilidad, de nuestros oídos, y la
capacidad de aguante que tiene el
pueblo. Hace unos días cuando
estaba de compras en unos grandes almacenes, pude ver la cantidad de gente que deambulaba
de un lado al otro. Observé que muchos eran jóvenes, chicos
sin futuro, porque tal y como van las cosas, no sé, dónde van a
trabajar. Y si no tienen trabajo ¿qué
harán para salir adelante? Me preocupa
mucho el futuro de estos jóvenes y también el de las familias que ahora mismo están sin trabajo. Que sobreviven gracias a la ayuda de los abuelos, entre
otras. Comienza el 2014 y ni siquiera vemos la luz al final del famoso túnel. Y
ahora menos, porque con la subida irracional que han hecho, el pueblo
va derecho a la oscuridad.
Al ver y sentir esta cruda realidad, recordé una de las películas más famosas del
cine español. La dirigió Luis García Berlanga
y que tituló: Siente a un pobre a su mesa.
Pero la censura actuó (1961) alzó su
mano y la tituló: Plácido. El argumento
trata de la vida de un transportista, que reside con su familia, en unos
urinarios. Es Nochebuena y antes de que
acabe el día, Plácido, tiene que pagar una letra del motocarro, para que no se
lo embarguen. Ese mismo día lo contratan
para formar parte de una especie de cabalgata
navideña y es entonces cuando se topa con la alta sociedad (las damas de la
alta sociedad) que ese año han decidido, traer a cenar a casa por navidad, a un
pobre. Al final Plácido paga la dichosa letra, pero con intereses (como me suena esto) y regresa a
su casa. Los pobres, elegidos, también regresan, pero a la calle. Sin duda, Berlanga hizo esta
película como crítica a la sociedad de esa época. Yo sin embargo, la veo reflejada con la
situación actual. La que estamos viviendo aquí en Canarias, donde hace unos días se recogían
toneladas de alimentos y de juguetes para los pobres. Entonces la pregunta es: ¿Por qué en Canarias hay tantos pobres? ¿Buscarán una solución, a esta realidad aterradora, que estamos viviendo?
¿Recuperaremos nuestros derechos los trabajadores, para no ser despedidos
impunemente? Por todos lados se oye: ¡Feliz 2014! ¿Pero ante esta situación, para quién será feliz? Necesitamos más hombres y mujeres
justos. Necesitamos gente honrada, que trabaje por y para el pueblo. Llegó la hora de hacer las
cosas bien.
Es cierto esta refelxión muy buena, es verdad es urgente la necesidad de incorporarnos todos esa lucha para una justicia mejor pero mientras hagamos desde nuestra cotidianidad no queda de otra ojalá los responsables se sienten y ejecuten todo eso hermoso planes que nos veden un canto al sol , un abrazo fuerte desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Beatriz por tu comentario. Seguimos reclamando una sociedad y un mundo mejor. Un abrazo.
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