PROSTITUCIÓN A CIELO
ABIERTO
EDUARDO SANGUINETTI
Javier
Moya, español, ex cura y dueño con su mujer de un hotel en La Barra de
Maldonado, La Posta del Cangrejo, donde han pernoctado muchos “famosos” y
“famosas”, ha marchado preso, pues días pasados se descubrió que era un
pedófilo consumado.
Se
desató el escándalo al descubrirse una red de prostitucion y pedofilia que
involucraba a chicas menores de edad obligadas a prostituirse en Punta del Este
y que eran traídas de una ciudad del interior del Uruguay.
El
poder macroempresarial tiene sus vasos comunicantes con los “proxenetas”,
habilitados al comercio de prostitutas, “trata de blancas” o como se prefiera
denominarlo, con total impunidad, desde sus simuladas empresas de contratar
mujeres menores de edad, con la promesa de un futuro de éxito y trascendencia
mediática.
En
el último y atroz gobierno del Partido Colorado, hace una década, un promotor
de modelos de apellido Dotto recibió una distinción de manos del presidente en
ejercicio, una exageración megalómana y delirante.
Este
acontecimiento llevado a cabo marca una bisagra, un punto de inflexión de un
sistema decadente y disfuncional, en fin, un llamado de atención, pues queda un
sedimento de memoria que nos lleva a meditar con huellas.
En
el núcleo de este tema, la prostitución está asimilada al modo de vida de una
nación y del mundo, devenida en una enorme organización con ramificaciones
internacionales, que imponen códigos de comportamiento.
Es
la única ley no escrita, que las prostitutas, sus explotadores, la clientela,
conformada por todos los integrantes que conforman una sociedad hipócrita, que
acepta y es cómplice en silencio, de todo el infecto negocio de mujeres,
sujetos-objetos, comercializadas a “cielo abierto”.
Como
“Indignado de la Cruz del Sur”, denuncio la ausencia de políticas puntuales y
severísimas, para intentar terminar con la prostitución de nuestras niñas y
jóvenes, del mercadeo de estas mujeres y de la aplicación de una ley penal
especial y sin apelación posible, para quienes de una manera u otra estén
ligados a la red, ya sea como consumidores o vendedores de estas esclavas, que
pierden todo destino de vida, devenidas en convertirse en objeto de uso y
abuso, en las prácticas sexuales de bestias que habitan en nuestro mundo, que
pareciera ya no tiene límites en instancias escatológicas, como lo es la
prostitución, con la indudable anuencia del poder empresarial, político y
cultural, sin los cuales no podrían prosperar estas tendencias degradantes
hacia nuestra especie.
Contra
la bestialidad de un sistema enfermo…con sumo placer y deseo, reivindico al
amor y la pasión hacia la mujer, denunciando a este sistema como cómplice de un
holocausto en las sombras, donde se manipulan a sus antojo las existencias de
miles de niñas y mujeres, tal el caso que nos ocupa hoy, de este señor de tercera
edad, dueño de la que podríamos llamar la “Posta del Pedófilo”
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