lunes, 6 de enero de 2014

"AH... LA VANIDAD... DEFINITIVAMENTE, MI PECADO FAVORITO"

VARGAS LLOSA: UN APOYO DEMONÍACO

ENRIQUE ORTEGA SALINAS
Escritor de primera y político de cuarta, ha prostituido su pluma con vergonzosa genuflexión ante los poderosos del mundo.

Embriagado de ambición, Vargas Llosa abandonó la poco lucrativa lucha por los humildes para engrosar las filas de los intelectuales neoliberales, sumándose a los mercenarios cuya misión es denostar a líderes progresistas como Hugo Chávez y Rafael Correa.

Ante su capacidad literaria, me inclino con humildad; pero no sin recordar que aunque el Premio Nobel lo mereciera desde mucho tiempo atrás por sus brillantes obras, la fundamentación que se hizo en la ceremonia de entrega poca alusión hizo a las mismas y mucha a sus ideas políticas, las mismas ideas a las cuales su propio pueblo les dio la espalda en las urnas cuando aspiró a la Presidencia del Perú.

Sus elogios al gobierno uruguayo, proferidos desde el diario derechista EL PAÍS, de España, ofenden a cualquier frenteamplista que se precie de luchar por los principios que llevaron a la fundación de esta fuerza que lucha contra la oligarquía, la explotación, el imperialismo y todo lo que los dos Vargas Llosa, padre e hijo, representan.

Julio María Sanguinetti no es santo de mi devoción, lo cual no implica que deba rechazar todo lo que exprese; detalle que menciono porque, justamente, comparto plenamente una frase suya: “No todas las ideologías son respetables”. Sostengo lo mismo porque el neoliberalismo no es una ideología más, sino un modus operandi, inmoral y egoísta per se, promovida y sostenida por las grandes multinacionales que han refinado los métodos del imperialismo. No puedo respetar las ideas políticas de Vargas Llosa porque si triunfaran en el mundo, el mundo se degradaría moralmente más allá de lo imaginable.

Obviamente, es una buena noticia que coincida con nosotros en temas como el derecho de las personas del mismo sexo a contraer matrimonio o la regularización del comercio del cannabis. Sobre este último punto, varios ex gobernantes de derecha están apoyando la iniciativa, ya que tiene que ver más con sentido común y práctico que con ideologías políticas. Claro que cuando tuvieron la oportunidad, carecieron del coraje de Mujica para hacerlo; pero es positivo que apoyen lo que hicimos.

En definitiva, es bueno que un adversario nos aplauda tal como lo hizo The Economist, al declarar a Uruguay “el país del año”; pero no sea que la vanidad nos enceguezca e impida ver lo esencial: Vargas Llosa no es un amigo de Uruguay. Vargas Llosa trabaja para los enemigos más irreconciliables del progresismo mundial; es el Paul Joseph Goebbels de la derecha, aunque quienes han promovido su nombramiento como ciudadano ilustre de Montevideo y Doctor Honoris Causa en la Universidad de la República pretendan que lo obviemos.

No hay que olvidar a Al Pacino, cuando interpretando a Satanás en “El abogado del diablo”, no fracasa, sino que termina triunfando al hacer caer nuevamente en sus garras a Keanu Reeves, que acepta una entrevista para resaltar sus virtudes éticas. El diablo, antes de la carcajada final, dice algo memorable: “Ah… la vanidad… Definitivamente, mi pecado favorito”.


2 comentarios:

  1. Estimado compañero: Muy buena la presentación de la nota en tu blog. Gracias y cuenta conmigo en lo que pueda ser útil.

    ENRIQUE ORTEGA SALINAS

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    1. darte las gracias a ti por tu buen comentario, quiero decir que este articulo me lo envio Eduardo Sanguinetti, espero no haberte molestado por su reproduccion.Gracias

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