LA RECESIÓN CONTINÚA Y YA ESTAMOS AL BORDE DE LA DEFLACIÓN
ROBERTO
CENTENO
Mentirosos, irresponsables y desalmados han llevado a la miseria
a los más desfavorecidos y aplastado a
la clase media con impuestos confiscatorios. Estos son las calificaciones que
merecen Rajoy y sus secuaces mientras festejan hipócritamente el engaño a un
pueblo al que no sólo no han sacado de la recesión, sino que lo han llevado al
borde de una deflación que traerá más pobreza, dolor y lágrimas. Las cifras de
PIB y empleo del tercer trimestre de 2013 son manifiestamente incompatibles.
Una destrucción de empleo de 70.000 personas en términos desestacionalizados no
es compatible con una subida (aunque sea marginal) del PIB, subida que,
comparada con la caída del 98% de sus componentes, no es ya que sea
incompatible, sino que es un imposible metafísico, como explicaré después.
Como decía Jean Claude Trichet, anterior presidente del BCE,
“las estadísticas españolas son difíciles de creer”. Desde entonces se ha
sobrevalorado tanto el PIB que, a día de hoy, la cifra oficial supera a la real
en torno al 30%. Rajoy ha puesto en
marcha la misma operación de marketing que Zapatero con los brotes verdes de
2009, que todavía no han llegado. Decidió que el crecimiento del tercer
trimestre sería positivo y cursadas las órdenes oportunas, así ha sido. ¿Quién
hubiera dicho que el trío de ineptos históricos, responsables de nuestra mayor
depresión económica en dos siglos -Zapatero, Solbes y Salgado- podrían ser
superados por el nuevo (Rajoy, Montoro y Guindos)?
Pero es lo que hay, la nueva terna ha batido todos los récords
de endeudamiento. En sólo 18 meses, la deuda ha crecido en 333.000 millones de
euros -deuda pública total, no solo la computable-, es decir, el 32,6 % del
PIB, que es la cifra más alta jamás conocida. Y eso a pesar de que han elevado
los impuestos a un nivel confiscatorio, han recortado salarios, pensiones, paro
y todo tipo de ayudas llevando a la miseria a más de 3 millones de personas. Y
van a seguir recortando: no tienen dinero para mantener el despilfarro y la
corrupción del modelo de Estado que los mantiene en el poder, por lo que el
endeudamiento seguirá subiendo sin pausa.
La destrucción de empleo después de 66 meses de caídas
continuadas sigue a un ritmo inasumible: 500.000 personas hasta septiembre y
más de un millón desde que Rajoy es presidente, que coincide con la pérdida de
cotizantes de la Seguridad Social: un millón cien mil. Y si entramos en la
letra pequeña, el tema es aún peor: el trabajo se está precarizando a toda
velocidad. El número de contratos indefinidos en el tercer trimestre se redujo
en 146.300 personas y aumentó en 169.500 el de contratos temporales. Dicen que
el número de hogares con todos los miembros en paro se reduce en 13.400, pero
resulta que la cifra total de hogares ha
caído en 48.800, es decir, que hay un incremento de 35.400.
Las mentiras de Rajoy & Banqueros S.L.
Un ejemplo de cómo manipulan
la realidad Rajoy & Banqueros S.L., ha sido la publicación de
resultados del Banco de Santander, una entidad que, a pesar de su enorme
expansión internacional, no ha creado -sino destruido- valor para sus
accionistas en los últimos diez años, no así para sus consejeros y ejecutivos,
que, literalmente, se han forrado. Los resultados a septiembre han sido
espectaculares: “Hemos incrementado el beneficio neto en un 77%”.
Pero en cuanto uno analiza las cuentas, se da cuenta de que el
Santander no va a mejor, sino a peor. Como señalaba aquí el viernes Eduardo
Segovia “el beneficio del negocio puramente financiero -en España- cae un 51%,
y los márgenes del tercer trimestre vuelven a caer de la mejoría experimentada
en el segundo trimestre”.
El negocio bancario en España es “un p… desastre, la morosidad
se los va a comer por los pies, si Bruselas no traga con el camelo de los
créditos fiscales (1), ni un solo banco español aprueba los stress test”, me
confesó un conocido analista. El Santander ha camuflado la realidad con la
reducción de 1.000 millones para insolvencias justo cuando la morosidad oficial
no para de subir, hasta el 6,4% frente al 3,6% hace un año; la real es más del
doble. El resultado final es que las principales casas de análisis han rebajado
el precio de la acción, con la recomendación de vender.
Y en el caso del BBVA, misma historia: “Gana un 86% más”. La
realidad es exactamente la contraria y además ha defraudado incluso más que el
Santander al consenso del mercado. El beneficio neto ha crecido muy por debajo
de lo esperado, 195 millones frente 614, la mora ha subido al 6,7% (más de 120 puntos
básicos) y el ratio de cobertura ha bajado al 60% (menos de 860 puntos
básicos).
Otro ejemplo, el del Sabadell, que ya es de aurora boreal. “Hay
pocas cosas que decir cuando en el trimestre se han incrementado los impagados
en 2.100 millones y las provisiones son justo de 261 millones, la mora asciende
al 12,6% (más de 199 puntos básicos) y el ratio de cobertura baja al
42,4%(menos de 550 puntos básicos)”, afirma una prestigiosa casa de análisis.
¿Cómo es posible que la bolsa suba cuando los resultados de las
empresas del Ibex son los peores del mundo occidental? La razón es simple: la
entrada de dinero especulativo, por la enorme cantidad de liquidez existente,
pero sin trasladarse al mercado de deuda. Y eso sólo tiene una explicación: la
nula confianza en la recuperación de la economía española, algo que se observa
también en el mercado inmobiliario. En este sector, el interés inversor no se
traduce en el cierre de más operaciones (siguen al mismo ritmo que años
anteriores) por la sencilla razón de que los precios pedidos por los bancos
están muy lejos aún de lo que piensan los inversores, que esperan bajadas
importantes (2).
Y en esta misma línea, Rajoy y sus secuaces nos dicen que “la
recesión ha terminado, crecemos al 0,1%”. Pues si la recesión ha terminado, el
resultado de sus grandes bancos, principales responsables de la misma, debería
haber mejorado y no ser “un p…. desastre”. Su comodín estrella es la
exportación, pero si analizamos la situación hoy, la tasa de crecimiento de las
exportaciones es la tercera parte que con su predecesor. Además, en el tercer
trimestre de este año las tasas han caído a la mitad respecto del trimestre
anterior, y la aportación del sector exterior al PIB permanece estancada en 2
puntos. Pero lo más grave es la brutal caída de la inflación, que de junio a
septiembre ha pasado del 2,0% al 0,3% y que presentan como un éxito,
cuando es un auténtico desastre.
La deflación de deuda nos lleva a la depresión.
“España está al borde de la tumba de la deflación”, afirmaba el
Daily Telegraph la semana pasada. El pasado mes de agosto, Juan Laborda
señalaba que “España ha entrado en deflación por endeudamiento”. Ante impuestos
y subvenciones constantes, el IPC lleva ya varios meses en negativo, y eso es
una deflación en toda regla.
¿Qué es una deflación por deuda? Durante la Gran Depresión, el
conocido economista norteamericano Irving Fisher (1867-1947) desarrolló una
explicación de la misma según la cual la crisis económicas y financieras (la
nuestra), se originan por la explosión de una burbuja crediticia.
Todo comienza por una situación de sobreendeudamiento, que si es
acelerada por la acción del Gobierno –“Cuanto más se endeuden, más ricos serán,
porque los pisos nunca pueden bajar de precio”, decía el irresponsable de Solbes–
se convierte en el peor de los escenarios posibles. El dinero fácil provocado
por nuestra entrada en el euro y el comportamiento criminal del Gobierno y el
Banco de España fueron la causa de la crisis. Los eslabones son estos:
Estalla la burbuja y la liquidación de deuda da lugar a ventas
de urgencia. Caída del precio de los bienes. Reducción de la riqueza. Caída de
beneficios, incremento de las pérdidas. Se hunde la construcción y la
producción. Paro. Atesoramiento y movimientos especulativos. Los bancos
detienen los préstamos para protegerse. Los bancos venden inversiones de
urgencia. Quiebra de bancos, en nuestro caso, desgraciadamente, apuntalados
temporalmente con ríos de dinero público. La combinación de deuda y deflación
es la que provoca el mayor daño, porque una deflación causada por deuda
reacciona sobre la deuda.
Y aquí aparece lo más grave: la liquidación de deuda no puede
mantenerse a la vez que la caída de precios, y entonces se produce la clave de
la depresión: cuanto más pagan los deudores, más deben. “Mientras más se
incline el barco de la economía, su tendencia será a inclinarse más. La
tendencia no es a enderezarse a sí mismo, sino a volcarse.” La deuda actual
pública y privada en España es la más grande jamás conocida, tanto nominalmente
como en la realidad, y a menos que se evite la caída del nivel de precios –y la
política de estos insensatos es justo la contraria, mas deflación salarial y de
todo tipo– la recesión tiende a profundizarse en una espiral viciosa que acaba
en la quiebra, en desempleo y en hambre.
Por qué no estamos saliendo de la recesión
No estamos saliendo de la recesión ni vamos a salir porque, en
primer lugar, lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible. ¿Por
qué no puede ser? Porque ningún país puede salir de una recesión con un
despilfarro anual equivalente al 10% del PIB oficial por un Estado que no se
puede financiar y que es corrupto, y con un sistema financiero que nos ha
costado ya más de 40.000 millones e inmovilizado recursos y avales por 280.000,
y aun así es inviable en una buena parte.
Porque es imposible sin financiación a familias y pymes, o con
tipos de interés de 12 al 16% a los clientes solventes; porque es imposible
hacerlo a fuerza de aplastar a la mayor parte de su población a impuestos y
tasas y reduciendo los salarios, teniendo en cuenta que el 60% de la población
ocupada es ya mileurista o menos, con la mediana o valor más frecuente en 800
euros (tenemos ya los salarios más bajos de Europa); o con la electricidad, el
gas y las telecomunicaciones al doble de sus principales competidores, etc.
Muchos analistas aplauden las medidas del Gobierno de más
impuestos, menores salarios y recortes drásticos a los más débiles. Que estos
seudoexpertos pasen por alto que la política fiscal confiscatoria, el déficit
de las Administraciones Públicas y la ausencia de crédito hacen imposible
cualquier salida de la crisis no sólo es impresentable, además es canallesco.
Y, en segundo lugar, no estamos saliendo de la recesión porque
las cifras independientes así lo demuestran. Para empezar, en un escenario
macro, la discrepancia entre los datos de los resultados económicos de las
empresas de todos los sectores (industria, servicios, exportación, es decir,
una muestra del 20% del PIB) obtenidos por la Central de Balances del Banco de
España, por un lado, y el excedente de explotación publicado por el INE, por
otro, tienen que discurrir en forma paralela porque miden básicamente lo mismo;
sin embargo, han seguido caminos diferentes desde 2008. Y como eso es
imposible, la cuestión es: ¿de quién se fían más ustedes? En el primer
trimestre de este año, la encuesta de la Central de Balances dio una caída de
la economía en tasa interanual del -5,6%, la Contabilidad Nacional del -2%. En
el segundo trimestre, las cifras fueron -3,8% y -1,8%, respectivamente.
Y respecto al 0,1 positivo del tercer trimestre, no coincide con
ningún indicador de actividad y demanda. La demanda privada ha sido del 59% del
PIB, las ventas de grandes empresas en el tercer trimestre cayeron un 4,7%
frente a la caída del 3,6% del trimestre anterior, y el índice del comercio al
por menor ha descendido un 3,7%. La formación bruta de capital fijo, un 20%
PIB.
Las disponibilidades de bienes de equipo en el tercer trimestre
ha caído un 3% frente a la subida del 3,0% del segundo trimestre. Las
exportaciones de bienes han aumentado un 2,5% frente a 11,9% del trimestre
anterior; las importaciones han descendido un 3,3%.
Otros indicadores: el consumo de energía eléctrica del tercer
trimestre ha caído un 2,2%, que se suma al descenso del 1,5% del periodo
anterior; la financiación al sector privado ha bajado un 9,6%. No hace falta
ser economista para darse cuenta de que o estas cifras son falsas o lo son las
del Banco de España a las órdenes del Gobierno. Los indicadores independientes
dan una caída trimestral del PIB del orden del 2,5%. Ustedes deciden cuál se
creen.
1. Deducción de impuestos sobre beneficios futuros a cuenta de
sus pérdidas pasadas y de los gastos adelantados de provisiones. La legislación
bancaria Basilea III obliga a quitarlos del capital desde 2014. Si se hace, la
solvencia de la banca española se desplomaría.
2. Borja Mateo, el mayor
experto independiente afirma que “en términos reales, los pisos bajarán el
75-80% desde máximos en las grandes zonas urbanas y el 80-85 % en las zonas de
segunda residencia. El año 2013 es uno de los peores momentos para adquirir
vivienda: lo que hoy parezca un “chollo” será
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