Poeta en Nueva York.
Graciliana Montelongo
Amador.
Corría el año 1929 cuando Federico García Lorca viaja a Nueva York. Él es testigo de la deshumanización de la ciudad, que se precipita en el abismo de la contradicción. La pérdida total del paraíso del hombre. El hombre abandona la naturaleza y se arroja al progreso industrial y esto, trae sus consecuencias. El poeta afectado por esta situación en un nuevo poema (La aurora) escribe:
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Si Federico viajara
hoy a canarias, a Tenerife, lloraría sin duda por la desolación de las
familias de Cho Vito, al ver como destruyeron sus casas, su vida. Una vida levantada bloque a bloque, luchando por tener un techo donde cobijar sus
ilusiones, donde formar una familia. Ayudados
siempre por el hermano o el vecino. Es una costumbre muy nuestra. Yo creo que si
Lorca nos hubiera conocido, volvería a escribir lo mismo al contemplar cómo se aplican
las leyes, sin pensar en las
consecuencias. Devoran sin ningún
sentimiento, a hombres, mujeres y niños.
Lo extraño (por decirlo de alguna manera) es
que los vecinos de Cho Vito pagaban el
agua, la basura, la luz, la contribución y tenían escrituras de las casas.
Entonces ¿por qué a unos la ley de costas
se le aplica y a otros no? Si hacen esto quiere decir que todos los chalets
urbanizaciones, hoteles y diversos lugares repartidos por toda nuestra geografía
insular ¿desaparecen? ¿Ustedes señores, a los que les corresponde mediar y
cuidar del bienestar del pueblo, son conscientes de este dolor, de esta
injusticia, de esta pena? A la que se
somete sin total impunidad a la población
¿De dónde viene esta ley y quién
la aprobó? Ahora más que nunca y como
está la actual situación ¿por qué se
permite esto?
Coraje tenemos los canarios para levantarnos día a día y salir a la
calle, para afrontar todo lo que se nos viene encima. Coraje tuvo Lorca para
regresar aún sabiendo que iba a morir…Pero todo antes de seguir permitiendo
estos abusos de la autoridad. Que convoquen al pueblo y le pregunten si está
contento con lo que hacen, con lo que nos hacen, a cada segundo, a cada minuto.
Incluso cuando estamos dormidos
aprovechan para robarnos la alegría de vivir. Pero a pesar de todo tenemos que
seguir adelante, tenemos que luchar, dando ejemplo con nuestra conducta (Buenos
sí, tontos No) y lo tenemos que hacer por nuestros hijos, por los jóvenes y sobre todo por los ancianos. No
debemos dormirnos bajo el susurro de una nana
envenenada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario