jueves, 6 de diciembre de 2012

Poeta en Nueva York. Graciliana Montelongo Amador.


EL VUELO DE LA PARDELA

Poeta en Nueva York.
Graciliana Montelongo
 Amador.



Corría el año 1929 cuando Federico García Lorca viaja a Nueva York. Él es testigo de la deshumanización de la ciudad, que se precipita en el abismo de la contradicción. La pérdida total del paraíso del hombre. El hombre abandona la naturaleza y se arroja al  progreso industrial  y esto, trae sus consecuencias. El poeta afectado por esta  situación  en  un nuevo poema (La aurora)  escribe:


La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Si  Federico  viajara  hoy a canarias, a Tenerife, lloraría sin duda por la desolación de las familias de Cho Vito, al ver como destruyeron  sus casas, su vida. Una  vida levantada bloque a bloque, luchando  por tener un techo donde cobijar sus ilusiones, donde formar una familia.  Ayudados  siempre por  el hermano o el vecino.  Es una costumbre muy nuestra. Yo creo que si Lorca nos hubiera conocido, volvería a escribir lo mismo al contemplar cómo se aplican las  leyes, sin pensar en las consecuencias. Devoran sin ningún sentimiento, a  hombres, mujeres y niños.    Lo extraño (por decirlo de alguna manera) es que los vecinos de Cho Vito  pagaban el agua, la basura, la luz, la contribución y tenían escrituras de las casas. Entonces ¿por qué a unos la ley de costas  se le  aplica  y a otros no? Si  hacen esto quiere decir que todos los chalets urbanizaciones, hoteles y diversos lugares repartidos por toda nuestra geografía insular ¿desaparecen? ¿Ustedes señores, a los que les corresponde mediar y cuidar del bienestar del pueblo, son conscientes de este dolor, de esta injusticia, de esta pena?  A la que se somete sin total impunidad a la población  ¿De dónde viene esta ley  y quién la aprobó?  Ahora más que nunca y como está  la actual situación ¿por qué se permite esto?
Coraje tenemos los canarios para levantarnos día a día y salir a la calle, para afrontar todo lo que se nos viene encima. Coraje tuvo Lorca para regresar aún sabiendo que iba a morir…Pero todo antes de seguir permitiendo estos abusos de la autoridad. Que convoquen al pueblo y le pregunten si está contento con lo que hacen, con lo que nos hacen, a cada segundo, a cada minuto. Incluso  cuando estamos dormidos aprovechan para robarnos la alegría de vivir. Pero a pesar de todo tenemos que seguir adelante, tenemos que luchar, dando ejemplo con nuestra conducta (Buenos sí, tontos No) y lo tenemos que hacer por nuestros hijos, por los  jóvenes y sobre todo por los ancianos. No debemos dormirnos bajo el susurro de una nana envenenada.


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