JM AIZPURUA
“La
monarquía ofrece seguridad y es representativa de los valores que deben regir
las sociedades.” Evidentemente esta boutade
nobiliaria, no la digo yo, la dice en un reportaje muy “de pago”, el sr. D.
Carlos Juan Fitz-James Stuart, con 37 títulos nobiliarios, de los que “Duque de
Alba”, es el más conocido.
Es libre de decir
lo que quiera, y más pagando, pero yo también lo soy en mi penuria de títulos
nobiliarios, y pienso que es la República la que en el siglo XXI debe regir las
sociedades democráticas, y así lo es en las tres potencias mundiales; EE. UU.,
China, Rusia, que libres de sus monarquías encontraron el camino a la cumbre.
Solamente en antiguas monarquías con méritos pasados, se mantiene la
institución monárquica, pero sin poderes y más como jarrón chino que como
representativa de valores, que, los que tuvo, hoy son impresentables en la
sociedad moderna.
La monarquía, su
orden jerárquico social, su utilización de Dios como coartada y un “Papa” como
autoridad, la esclavitud y genocidio del hereje, son las causas de la
desestructuración humana, y el impedimento para alcanzar una sociedad libre,
igualitaria, y con oportunidades para todos.
La familia del
noble señorito, lleva desde el siglo XV mangoneando en la política hispana en base
a los orígenes que todos los “nobles” mantienen de crueldad y responsabilidad
en unos tiempos de esclavitud y abuso. El antepasado que acumuló es tenido por
el “coco” en Flandes. De él se cuenta que amarraba a sus enemigos en el puerto
a los postes del muelle para que se ahogasen cuando subiera la marea.
Ingenioso.
Yo pienso que
callados están más guapos, pero en la democracia, aunque birriosa como la
nuestra, ellos tienen derechos, los mismos que negaban a la plebe cuando
mandaban, pero ahora la plebe le salemos respondones.
Ya tiran las
estatuas, pero aún no han abolido los títulos nobiliarios que son en sí mismo
negadores de la igualdad humana. La herencia entra en conflicto con el mérito.
Yo, no tendría
argumentos si el Ducado de Alba se obtuviera por un Máster en algo provechoso,
pero por ser “hijo de” recibirlo con mamandurrias incluidas, me parece
medieval, mal ejemplo a la juventud y algo inadecuado para el siglo XXI, en el
que habrá que rectificar mucho, y entre ello la Historia, sus reyes y sus nobles.
Solo me parece bien
el Marqués de Del Bosque.
El entramado
real-nobiliario es una treta más de la casta, para absorber la Transición
dentro de una línea “española” de 500 años, ignorando el corte monárquico de
Alfonso XIII, la asunción de la II República, la Dictadura fascista y el nuevo
Estado constitucional del 78. Felipe VI en vez del más real Felipe I, es una
argucia más en ese sentido. Alfonso XIII abdica de la corona española, y es
Franco el que coloca a un Borbón como “rey” sin legitimidad histórica, por lo
que es instauración y no reinstauración: 1 y no 6.
Pero ¿a quién le
importan estas chorradas nobiliarias cuando la supervivencia del Sistema 78
está en juego?
Se metió en un saco
a territorios, islas y colonias, con la pretensión de “comunidalizarlas” como
ayer las “provincializaron”, pero lo de las churras y merinas; viene al cuento.
Y lo peor es que no
hay empleos para todos, ni empresas punteras, ni líderes políticos o
empresariales o sindicales, con el carisma y eficacia necesarios en el siglo
XXI. Futuro, no se alcanza a ver, y nuestros nietos salen de cuna con una deuda
superior al PIB.
Y Canarias con el
Sultán en la chepa.
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