‘EL JOVEN DE LA IKURRIÑA’ [PARA LA JORNADA DE REFLEXIÓN EN EUSKADI]
POR MAITÉ CAMPILLO
El
golpe de estado fue tomando tintes de muerte y una carnicería humana se impuso,
irá tomando forma de guerra de liberación, de resistencia, pero la dureza de la
realidad patente se impone a la lengua de las mariposas que exploran la
libertad, el nacimiento de una vida nueva frente a los horrores sufridos.
Sábado 14 de septiembre de 2002 en Bilbo-Bizkaia
Decenas de miles de
personas se habían dado cita a la convocatoria de Batasuna, el juez Garzón
acababa de ilegalizarla y por los mismos atributos declara ante los medios que
“la manifestación ni soñar”, por lo que lógicamente, fue prohibida.
Pero un
pueblo que es pueblo, ya se sabe, cuando se cometen injusticias no agacha la
cabeza la levanta mirando fijamente al portavoz del enemigo, como los
dirigentes que tuvieron, además de valor, decencia y dignidad en abundancia
como Argala, Idigoras, Santi Brouard, Txomin Ziluaga… Ese pueblo, esa
militancia, ese septiembre apenas unos días antes de la conmemoración de los
últimos fusilamientos por orden del dictador, ese día 14, ese sábado insumiso,
el conjunto del pueblo vasco no agachó la cabeza. Se trataba de una
manifestación pacífica notificada por particulares. Pero ese sábado, por los
mismos atributos, el gobierno vasco del PNV, presidido por el “adelantado
progresista” Ibarretxe (tan amigo de la “izquierda abertzale” en la
actualidad), envió un pelotón que pudo sobrepasar los 7.500 zipayos armados
como escuadrón de la muerte, y un camión de agua tóxica de colorines arcoiris a
presión, para detener y disolver la ‘Manifestación por la Libertad’, que
impidieron avanzar más allá de Zabalburu, ya que desde ahí empezaron a repartir
“leña” como maderos del Estado insaciable de victimas; mano dura a porrazo
desatando el odio contenido a diestro y siniestro, chorros como balas tóxicas a
presión contra la primera línea de manifestación, ahí nos pilló la maldición de
los apóstoles y la bestia desatada en traje de escudero: acoso, acorralamiento,
encerrona como propina democrática nazifascista estilo Atucha.
Se instala una
furgoneta de la Ertzaintza en el centro de la manifestación llena de esbirros
con ganas de demoler a todo el que pillaba en desafío de matar… se la empezó a
zarandear para poder tener mejor visión y lo que se vio fueron cipayos sacando
sus armas apuntando a la gente. Se vivieron momentos terroríficos de gran
tensión donde había niños y ancianos pero… ¡vaya si cargaron! Recuerdo por
cercanía que el primer porrazo se lo llevó el abogado Kepa Landa, que intentaba
mediar, y a partir de ahí, una lluvia de pelotazos e incontenible chorro de
agua a presión, golpes contra los que nos habíamos sentado en las primeras
filas gritando ¡NO PASARÁN! (y es que el, no pasarán, a los pibitos del PNV les
sigue sonando “terrorista”). De súbito avivando la esperanza colectiva de entre
las personas rodando por el asfalto por las ráfagas moliendo los cuerpos,
intentando protegerse de la ofensiva policial, surge la metáfora del poeta “la
juventud siempre empuja”, se levanta un chaval empapado de “xirimiri” tóxico
-al que nunca olvidaré- izando una ikurriña a forma de ¡NO NOS MOVERÁN!,
imponiendo su dignidad, sus derechos, los de todos… ¡AURRERA! Hubo decenas de
heridos. Perdidas de ojo por pelotazos, fractura de clavícula… mucha rabia e
impotencia hubo, y por supuesto odio sembrado por las fuerzas represivas
fascistas. No sirvió para el fin que pretendían. Que era acallar bocas contra
la libertad de expresión y manifestación prohibida por el torturador Juez
Garzón. La manifa se celebró “con escala en Zabalburu”, después de las cargas
continuamos hacia el Arenal, una victoria que costó víctimas como en época del
General.
He asistido a
muchas manifestaciones unas con aval gobernativo y otras prohibidas, o
ilegales, algunas de las pacificas se convirtieron en violentas por la acción
provocativa-represiva-gubernamental de las fuerzas policiales, y las ilegales,
sabías a lo que ibas y lo que te jugabas, pero se organizaban previamente con
grupos de choque anti-represivo. Sabiendo lo que podía pasar en la
‘Manifestación por la Libertad’, entre sesenta a ochenta mil personas que
asistimos, el servicio de seguridad, fue meramente testimonial. Decía el Gara,
de entonces: “Para cuando estas líneas vean la luz, si Juan José Ibarretxe
tuviera un mínimo de dignidad tendría que haber presentado ya su dimisión por
ordenar a su policía que partiera la cara por las calles a sus propios
conciudadanos, por haber conculcado el elemental derecho de manifestación y por
haberlo hecho además poniéndose a las órdenes de quienes no tienen otro
objetivo que la destrucción de este pueblo. Si el portavoz del Ejecutivo
autonómico Josu Jon Imaz, el consejero de justicia Joseba Azkarraga, y el
consejero de Vivienda y Asuntos Sociales Javier Madrazo, tuvieran algún ápice
de honradez y principios, que antepusieran a sus carteras, para esta hora
debieran haber dejado sus cargos, después de ver cómo la Ertzaintza cargaba
contra decenas de miles de vascxs que acudían a una protesta con ‘legitimidad
social’ (Imaz), que perseguía ‘defender las libertades’ (Azkarraga), y que sólo
se podía ‘cercenar desde una concepción política y social de carácter
totalitario’ (Madrazo)”.
Por supuesto,
ninguno dimitió, haría falta una gran carga de dignidad para llegar a ello. Los
sillones estaban apegados a sus posaderas con aitite y a sus carteras anchas y
elásticas como su estómago y bolsillos. El tal Josu Jon Imaz, desde hace años
es Consejero delegado de Repsol. El Sr. Azkarraga, desde junio de 2014 ejerce
como responsable de Sare ‘Plataforma Ciudadana’ en favor de los derechos de los
presos, huidos y deportados vascos de ETA (¿?). Madrazo, en 2017 fue uno de los
promotores de la nueva formación política Actúa, junto con Gaspar Llamazares,
Baltasar Garzón el que prohibiera la manifestación del sábado 14 histórico de
2002, Cristina Almeida y Federico Mayor Zaragoza entre otrxs perfiles de misma
catadura. Ibarretxe, ahora se dedica a hacer deporte va de “buen rollo” dando
charlas sobre el derecho a decidir codeándose con dirigentes actuales de la
actual “izquierda abertzale”. Estuvo tres legislaturas como Lehendakari,
durante esos años colaboró como virrey de la corona en todos los aspectos
sociales y políticos. Años de infinita represión. Cientos de detenidos,
torturados y asesinatos con total impunidad a la población en general y a
miembros de ETA en particular, como la militante Igna Ceberio Arruabarrena, a
la que el neonazi Atucha calificó su asesinato “como una muerte limpia”. El
psicópata disfrutaba en cada operación de su policía, como gran jefe daba
ruedas de prensa que le preparaban equipos informáticos con dibujos animados
para distorsionar las actuaciones de los cipayos y presentarlos como los buenos
contra el terror de ETA.
No ha habido personaje
más siniestro, nefasto, y más colaborador de los gobiernos fascistas españoles,
que Atucha, Consejero de Interior de Ibarretxe desde 1991 al 1998. El juez
Garzón fue un peón caro, muy bien pagado por el Estado español, para reprimir
con todas las consecuencias al pueblo vasco y sus ansias de libertad e
independencia, cerrando periódicos, revistas, emisoras de radio, ilegalizando
partidos y asociaciones, y encarcelando a cientos de políticos y militantes,
además fue un gran torturador al permitir a las fuerzas policiales el uso de la
tortura que fue denunciada en múltiples ocasiones por organismos
internacionales como la “democrática” ONU. Cuando ya había cumplido su misión,
el Estado, le dio “vacaciones” porque es el capitalismo quien fomenta sus pantomimas
y, alimenta a quienes limpian la baba del podium capitalista, impulsando un
populismo que les aplaude; buscó otros sustitutos menos quemados como el juez
Marlaska -para hacer esas mismas labores- actual ministro de Interior del
Gobierno de coalición PSOE-UP. Garzón -como Ibarretxe y Atutxa- ahora va de
progre “colaborando” con las víctimas del franquismo (¿?) ¿Dónde van las
palabras a parar, acaso no las oímos, quizá su cauce ya no es el nuestro?.
PD.
En la presentación
del libro Ibarretxe (2002), el periodista Javier Ortiz describe a Ibarretxe,
como alguien bastante despegado del poder, considerado con sus semejantes,
extremadamente trabajador, sencillo y honrado (¿?). Respecto a sus ideas
políticas, Ortiz afirma que Ibarretxe pertenece a una categoría de
nacionalistas que, a diferencia de los nacionalistas mesiánicos, se preocupa
por su pueblo como un ente concreto y realmente existente (¿?), azuquita… fíate
de la virgen y no corras!! Sólo está en nosotros descubrir la diferencia
sustancial entre lo auténtico y lo mediocre. Sólo está en nosotros el brote de
las artes impregnadas de naturaleza viva. Sólo esta en nosotros imponer la
tierra sobre el asfalto para que no triunfen los desfalcos de lo estéril por
inteligencia. Sólo está en nosotros lidiar el recorrido del derecho llamado
libertad. Sólo está en nosotros, decir basta, y actuar.
Maité Campillo
(actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)
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