domingo, 16 de junio de 2024

LA MEMORIA QUE HABITO (NARRATIVA)14


LA MEMORIA QUE HABITO (NARRATIVA)14

DUNIA SANCHEZ PADRON

Me llama los vientos alisios de estas islas. Me llama para decirme que he de prometer la continua danza con la vida. La noche, a veces, se atasca en una niebla que me hace temblar ante la insonoridad de mi yo, de alguien posando sus manos sobre mis manos. De repente toda calla. No se escuchan estallidos y el alarido de los muertos flotando con su olor en esta atmósfera. Me llama, un silbo preciso, un silbo sutil se inmiscuye en mis carnes, en mis ropas echa girones de vagar y vagar en lo incierto. Me cuelgo la esperanza y me entra ganas de gritar mientras este solemne silencio de la noche canta al fin. Y yo me prometo ser ese jardín donde las flores en invierno florecen. Un apartado paraíso que conserva la verticalidad de su aliento. Me llama…me llama los vientos para decirme que todo ha terminado, que solo queda una ciudad descolorida, en la penumbra, en la queja que se prolongará en cada crepúsculo del despertar. Y yo prometo…prometo vale la pena continuar existiendo, en esta dimensión donde los terrores parecen expandirse a otros lugares. Primero aquí, después…allá. Sí, las guerras no tienen fin, siempre habrá una excusa inentendible

 ininteligibles y tonta para rematar a tu vecino. Me llama, hoy ha aparecido los alisios una fina capa de humedad se va apoderando de mí. Me siento levantar del abismo y construyo mi corazón con mi alma elevada a esta isla que tanto…tanto a sufrido. Mientras escucho unas pisadas, rompiendo este silencio, naciendo de la obscuridad. Mientras miro a ver que quien es y un pájaro azul se cruza por mis ojos…un pájaro azul que canta algo. Hace tanto tiempo que no escucho el trinar de los pájaros. Extiendo mis manos, esas manos solas, gélidas, mojadas y se posa para beber de su concavidad. Y ese pájaro azul en su gesto desinquieto me mira y yo lo miro a él. En su mirada puedo descifrar la anciana de cumbre cuyo espíritu es libertad que viene a visitarme, que viene avisarme. La comprendo. Pasa el tiempo y todo sigue callado, converso con el pájaro azul como consejero de mi mañana. Y el con sus ojos tristes me asiente a medida que le pregunto. No entiendo de esa pena si todo había acabado. De un instante a otro se va y me deja con esta niebla que también va atenuándose en el tiempo. Y yo aquí sola, sin embargo, los años me ha castigado, me ha dado una canción donde solo soy sombras negras de ese caos filtrado en la ciudad de Nor. Nor ya está enfermo. Nor ya esta viejo. Nor ya está casi muerto. Nor ya está distraído de la existencia. Y yo aquí sola, con los esqueletos flotando en este aire que respiro. Y todo ha terminado para continuar en otras tierras.  Con cautela iré a Nor. Abrá quien me aprecie , habrá quien me odio, habrá quien me mirara , habrá quien quitará sus ojos de los míos y no me importa, todo ha finalizado. Prometo ir a Nor, llevar todo el ánimo para su nuevas venturas, sus singladuras a través de los años. Prometo ser mano de su nueva vida y ojalá que la acidez, que el amargor se desvanezca bajo la tierra. De nuevo reverdecerá y su follaje de edificios despertarán después de este delirio tórrido, maligno. Sí, iré a Nor cuando el crepúsculo y el pájaro azul se puse sobre mis hombros. Bajaremos y veré la miseria, el quejido, el disparo a la sonrisa, pero todo se ira bajo las nuevas ilusiones. La niebla se ha ido, corre una brisa fresca y la luna viene con su lluvia de blanca por el sendero que he de tomar. Y la sigo. Es una luna cuyo brío perfecto me estimula, me convierte en un disparo de esperanza en la desnudez de la noche y el silencio.

 

 

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