lunes, 24 de junio de 2024

GOL AL FASCISMO

 

GOL AL FASCISMO

ANITA BOTWIN 

Manifestación contra la visita de Milei a España. Mayo de 2024. Madrid — Matias Chiofalo / Europa Press

Me sorprendieron gratamente las declaraciones de Kylian Mbappé sobre la extrema derecha de su país. Los futbolistas, y más los de su nivel, son gente con capacidad para llegar a mucha ciudadanía desencantada, que de otra manera no llegaría a la política. Por ello adquieren tanta importancia sus palabras, por eso es plausible que haya sido valiente y se haya mojado. Nuestra Ana Peleteiro hacía lo mismo unos días después: "parece mentira que la gente no sea consciente de la situación que estamos viviendo en Europa; que el fascismo coja tanta fuerza da miedo. Yo veo normal, veo bien que una persona llame a votar, no está pidiendo el voto para ningún partido, solo llama a votar".

Actualmente es urgente que haya referentes como ellos que den un paso al frente y planten cara a la deriva autoritaria y fascista que se propaga como la pólvora en estos tiempos, aunque mucho me temo que es una minoría la que se atreve a hacer lo posible para frenar al fascismo. Algunos tienen miedo a represalias, otros prefieren vivir en la comodidad que te otorgan los privilegios.

Necesitamos que los influencers, los artistas, los actores y músicos, la gente que tiene millones de seguidores alcen la voz y se mojen por una causa justa, si es que creen en ella. No olvidemos que contamos con cantidad de gente con miles de seguidores que si no son machistas son racistas o fascistas, que viene a ser lo mismo, pero estoy segura de que también existe la esperanza en esas redes sociales y hay gente capaz de tener tirón e influencia y además tener unos principios y unos valores que puedan hacer de este mundo un mundo mejor.

Generalmente la lucha antifascista ha sido residual, ha partido de los movimientos sociales, los centros culturales o asociaciones vecinales. Las manifestaciones antifascistas no eran las más mayoritarias ni mucho menos. Sabíamos y éramos conscientes de que existían grupos fascistas y que había que combatirlos, pero lo hacíamos desde la marginalidad porque hace diez o veinte años no campaban a sus anchas como lo hacen ahora. El problema además es que en nuestros días el fascismo es un virus que ha infectado todas las esferas de la sociedad. Las conversaciones con algunas personas se tornan violentas porque se escuchan barbaridades que jamás imaginaríamos años atrás. Los fascistas estaban entre nosotros, solo que ahora se sienten impunes y envalentonados, gozan de impunidad, mientras que desde la izquierda parece que debemos permanecer callados. No hay más que mirar a los seis de Zaragoza para entender qué le pasa a la gente que pone el cuerpo frente al fascismo, si te manifiestas o luchas contra ellos puedes terminar mal, ese es el mensaje y queda claro.

Qué hacer ahora desde la sociedad civil es la pregunta, cómo podemos frenar este odio e intolerancia fascistas, su violencia como hemos podido ver con los ataques al cómico Jaime Caravaca o al periodista Fonsi Loaiza en la Feria del Libro de Madrid.

Parece importante y fundamental desmontar sus bulos, hacer un trabajo de pedagogía constante sin perder la paciencia, por mucho que cueste. Volver a las calles, a las redes de apoyo vecinales, hacer barrio, volver a los orígenes, germinar y desde ahí empezar a florecer.

La izquierda debe dejar de tirarse los trastos a la cabeza, somos pocos como para terminar tan mal parados. Por mucho que unas tengan más razón que otras, tengo mi propia opinión sobre el tema, por mucho que suframos aún ciertas traiciones, es momento de focalizarse contra el mismo objetivo común. La gente más vulnerable necesita que estemos centrados en las cosas del comer, en la vivienda digna, en los derechos sociales. La gente trabajadora necesita escuchar medidas que puedan hacer su vida vivible. Creo que es una idea para poder frenar al monstruo de la extrema derecha.

 

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