'SUCESSION', EN
FRANCIA
ANA PARDO DE
VERA
Le pen, durante un acto de campaña.- Christophe Simon
/ AFP / dpa
Es difícil abstraerse a la noticia que daba Le Monde hace diez días, exactamente, el día después del día de las elecciones europeas, que machacó a la Francia democrática, a la referencia ilustrada de los valores republicanos, con la victoria de Rassemblement National (RN), la ultraderecha de Marine Le Pen. Ese mismo 10 de junio, el presidente Macron disolvió la Asamblea Nacional y convocó elecciones legislativas.
Según
Le Monde, también ese día de luto francés -y europeo-, el magnate de los medios Vicent Bolloré (grupo
Vivendi), católico, ultraconservador e íntimo de Nicolas Sarkozy,
convocó en su casa a Eric Ciotti, presidente del partido Républicains
(LR) que fundó Sarkozy, para lanzar la operación ultraderecha unida que
incluiría a RN y LR. A Ciotti, ahora investigado por la Fiscalía
francesa por un presunto desvío de fondos públicos en la
campaña de las legislativas de 2022, el anuncio de esta alianza bien impulsada
y armada por los medios de Bolloré (CNews, Paris Match, Europe 1 y
Le Journal du dimanche) no le salió gratis, sino con una fuerte
contestación interna que él ha querido ignorar de momento. Al fin y
al cabo, no sé si les suena de algo, para Ciotti, la formación de Le Pen es
"derecha", como la suya, y hay que salvarla del diablo rojo.
Se
habla de Bolloré como el Murdoch francés, y salvando distancias
formales, el fondo es más que identificable. Gracias a Fox News y al magnate y
acosador sexual Robert Ailes, que pudrió la forma de informar (un decir)
sobre política en la cadena estadounidense, podemos disfrutar a un porno-expresidente
que amenaza con volver a la Casa Blanca en noviembre, aunque
la incomparecencia del rival demócrata sea también parte muy responsable
del deceso democrático en USA. Recomiento la breve serie The loudest voice
(2019) sobre Ailes para visualizar y entender a qué nos estamos refiriendo en la
creación de los monstruos antidemocráticos, pues aunque las agresiones a
mujeres del fundador de Fox News acabaron con él desahuciado, siempre hubo
gente dispuesta a tomar el relevo. En la existosa Sucession (2018),
dicen que inspirada asimismo en los Murdoch, nos enseñan, además, cómo funciona
este clan del poder mediático, que también es político, desde dentro; despiadados
en lo personal y en lo profesional (otro decir).
Pero
mirar a Francia, como si fuera una serie, con distancia, no tiene sentido
alguno. Para bien y para mal, no hay guionistas de esta realidad. El
"En España no pasarán" ya se ha demostrado una falacia y la sumisión
del Partido Popular a Vox -un PP hermano de Los Republicanos de Sarkozy- nos
está mostrando, seguramente, mucho más de lo que queremos ver; por ejemplo,
en Illes Balears, donde el presidente del Parlament se dedica a romper fotos de
víctimas del franquismo y expulsar de la Cámara a diputadas socialistas por
mostrarlas. No hay respeto a las ideas democráticas ni a las personas que las
representan ni a quienes fueron torturadas y asesinadas por ellas, al revés:
hay que silenciarlas, como antaño. Gabriel Le Senne es un tuitero compulsivo de ideas negacionistas de la ciencia o
de la violencia machista, pero al PP solo le parece que no
estuvo "fino" en el Parlament, no que deba irse por pura salud
democrática.
Es
ahora cuando hay que vigilar más que nunca los límites en los que termina la
tibieza y empieza la responsabilidad con el crecimiento de la ultraderecha, esa
línea difusa que cada vez se hace más nítida y fácilmente divisoria. También
entre medios de comunicación; sobre todo, en los medios de comunicación.
Los murdoch y bolloré de todos los Estados, así como las derechas
que se demuestren cómplices con ellos y con los radicales a los que alimentan
para controlar el mundo, serán culpables.
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