IDEOLOGÍA RACISTA INVENTA LA DOMINICANIDAD
DE
“PURA CEPA”
Avanza el neofascismo en el mundo
actual
“Ser negro, o de cualquier otro color, no anula la única “cepa” que nos
unifica mundialmente: todos somos humanidad y como decía Martí: ¡Patria es
humanidad!!
El fantasma racista que, junto a los
antiguos espíritus de la xenofobia, el chauvinismo, el machismo patriarcal, la
homofobia y a toda suerte de discriminaciones cooptadas por el gran capital y
lo peor de los actuales dominadores del mundo, para nutrir el neofascismo en
boga… recorren el planeta a los compases de la decadencia de la civilización
burguesa y del imperialismo occidental.
En Europa el neofascismo racista ha obtenido resonantes victorias.
En su recorrido por diversos puntos de
Nuestra América, ese fantasma impresentable ha alcanzado importantes logros en
los países proclives a dejarse influir por el colonialismo supremacista blanco
remozado.
En días recientes, consumado el
despliegue continuista-reeleccionista de la fórmula preferida en República
Dominica por el Gobierno Profundo de EEUU, ese fantasma hizo escala en Santo
Domingo para saludar la cruzada ultra conservadora patrocinada por el
presidente Luis Abinader y comprometer su presencia al lado de Zelensky y junto
a la OTAN, en el mamotreto de Lucerna.
Esa cruzada ha dado un salto de nociva
calidad con la ingeniosa promoción de un spot televisivo que nos presenta ante
el país y el mundo con una identidad nacional de “pura cepa”, con lo que se
procura encubrir la realidad histórica y ocultar la verdad sobre la
conformación de la identidad dominicana, ocultando sus raíces
afrodescendientes.
Su lema principal reza así: ¡Dominicanos
de pura cepa!… ¡pa que lo sepan!
- EL
EXTERMINIO ABORIGEN Y EL ENTRELAZAMIENTO DE CEPAS.
La población aborigen fue
exterminada por sucesivos genocidios españoles. por una cruel esclavitud y
varias enfermedades traídas desde Europa. ¡Exterminada hasta que no quedó ni
uno solo de los habitantes originarios de esta isla, como aconteció en todo el
Caribe Insular!
Desde entonces comenzaron a primar un
conjunto de cepas, mezcladas o cruzadas: españolas con aborígenes, negras con
españolas y aborígenes, blancas puras, negras puras y mestizos o “mulatos”.
Más tarde llegaron árabes, italianos,
alemanes chinos, judíos, japoneses, boricuas, franceses, negros antillanos,
rusos… y también se mezclaron.
Las cepas aborígenes, que fueron varias,
solo registraron su ADN en un bajo porcentaje.
En fin, muchas cepas y muchos
entrelazamientos de las mismas. Nada de una sola cepa caracterizada por su
pureza. Más bien un arcoíris hermoso de seres humanos.
Una combinación de fenotipos diferentes
arropada por una cultura colonialista que impuso la supremacía blanca de corte
racista, en tanto negadora de la cepa negra y de toda la influencia cultural
africana,
Somos africano/a-descendientes y la
cultura racista se empeña en negarlo.
El blanqueado y auto-blanqueado artificial-imaginario
de negros y mulatos se despliega sobre todo frente a la república negra de
Haití; castigado cruelmente su pueblo insumiso por los imperios europeos y
norteamericano. ¡No le perdonan su revolución anti-esclavista y su
independencia en 1804![1]
El blanqueado mental ilusionista,
inculcado a una parte de los pueblos integrados por diferentes tipos humanos
entremezclados y combinados, Implica la alienación de creerse blanco sin
serlo…porque en la cultura racista, el blanco es superior al negro, al aborigen
y todo lo demás…
Es el producto de un racismo español
reforzado por el racismo gringo como una de las ideologías de la discriminación.
De ahí viene la profusa y costosa
promoción oficial, sellada y financiada por la presidencia de la república, con
eso de “dominicanos de pura cepa”; plasmado en el referido spot
cinematográfico, técnicamente muy bien concebido y artísticamente elaborado,
que nos presenta como una identidad nacional cepa pura, que realmente nada
tiene que ver con el ser dominicano.
Ese spot niega lo que somos, oculta el
componente negro en nuestra identidad, tiene un fondo racista y se despliega de
cara al conflicto dominico-haitiano; fabricado desde un racismo anti haitiano,
con ayuda de los seudo-nacionalismos de ambas partes.
En él los símbolos patrios, bandera,
escudo, próceres y heroínas, son manipulados en la lógica de esa falsa
identidad dominicana de “pura cepa”; esto es, de una cepa despojada
de la negritud, que es parte inseparable de lo que somos y fuente de un hermoso
sincretismo cultural.
Ese spot está inspirado en las mismas
ideas todas las expresiones folclóricas procedentes de la cultura negra
africana; no pocos de ellos blancos de mente y corazón, y negros y marrones de
piel.
A ese crimen cultural se ha prestado el
presidente de la república, en el marco de su empecinada competencia ultra
conservadora con la mal llamada oposición, en la que cada quien quiere
mostrarse como el campeón de los odios contra Haití, en tanto república negra,
especie de un pedazo de África en Nuestra América. Odios, en fin, pro
colonialistas y profundamente racistas.
Esa promoción racista es un componente
de un crimen cultural de alto costo y gran perversidad, intensamente asumido
por la clase dominante-gobernante dominicana.
Hay que decir que si existe en el
subcontinente latino-caribeño. una sociedad que cuenta con una población
mayoritaria de diversas cepas negras, con apariencia de ser una sola,
culturalmente muy africana, con idioma propio, es la haitiana; aunque también
parcialmente y limitadamente mezclada. Ni en ese caso es válido hablar de
pureza.
En otros países del continente existen
sociedades donde predominan los blancos y no precisamente de pura cepa, y los
hay con mayoría aborigen, que no son de varias cepas.
Ser negro, o de cualquier otro color, no
anula la única “cepa” que nos unifica mundialmente: todos somos humanidad y
como decía Martí: ¡Patria es humanidad!
Todo eso se quiere desconocer desde la
ignorancia y la torpeza superflua que genera un racismo supremamente blanco,
inyectado a la clase gobernante-dominante dominicana por la cultura neocolonial
de las potencias imperialistas blancas, que no cesan de despreciar a las
poblaciones de sus dependencias neocoloniales con poblaciones de diversos
colores y otras culturas.[2]
Es una vergüenza para nuestro país que
las organizaciones que integran el sistema de partidos del régimen electoral
(salvo pequeñas organizaciones progresistas o de izquierda) y muchas otras
entidades, asuman apasionadamente la ideología racista anti-haitiana e
impregnan la competencia política de esas nocivas ideas y de un falso
ultranacionalismo empapado de xenofobia ; sin reparar en sus funestas
consecuencias para la preservación de nuestra identidad como pueblo y la vital
recuperación de la soberanía como nación frente a las potencias imperialistas.
Vale decirlo con fuerza: somos
dominicanos/as de varias cepas y procede reivindicarse todas en sus justos
valores, para que lo sepan.
- ROL
RACISTA-CRIMINAL DE LA TIRANÍA TRUJILLISTA Y SUS HEREDEROS.
El fantasma del tirano Trujillo no ha
salido del Palacio de Gobierno de la República Dominicano, salvo cuando fue
echado efímeramente por iniciativa de Juan Bosch (1963) y por la Revolución
Democrática y Popular de 1965.[3]
Trujillo era
“mulato” [4] como sus hermanos
Negro Trujillo, Petán Trujillo, Pipí Trujillo…Su madre, Julia Molina Chevalier,
era descendiente de haitianos, por los Chevalier.
Pero Trujillo, “El Jefe”, el “Generalísimo”, se blanqueaba la cara con
crema perlina y se enrojecía las mejillas, no se sabe con qué.
Vestía elegantemente, en abierta competencia con los blanquitos y riquitos
de la Capital.
El llamado Jefe se creía de “pura cepa”, sin serlo.
Claro, para que lo sepan, se creía de blanca cepa.
Como racista hispanófilo, negaba su origen y se preciaba de blanco de
“primera clase”, siendo un “mulato presumido y “comparón” de varias cepas,
tenido a menos por la “clase encopetada, aristocrática”.
Seleccionado por los gringos (intervención 1916-24) jefe militar, resultó
un tirano muy cruel, de mentalidad conservadora-colonialista[3].
Aferrado a la
supremacía blanca, odiaba a los negros/as, especialmente haitianos/as o de
origen haitiano. Recordemos la matanza del 37 y aquel emplazamiento imperativo
para identificarlos y matarlos: ¡“diga perejil”! , frase que los haitianos/as
pronuncian mal.
Unos de sus empeños
fue borrar el fenotipo negro/a de la cédula de identidad, para reforzar la idea
de una dominicanidad ajena a nuestra valiosa afro descendencia.
Entonces, el tirano
ordenó o dictó incluir en los datos de la cédula de identidad la posibilidad de
declararse “indio/a” **, “indio claro” e “indio oscuro”, para desplazar
progresivamente del documento oficial lo de negro o “mulato”; instruyendo de
paso a los funcionarios de las oficialías civiles, persuadir a la gente de tez
oscura a asumir una de las tres variantes del “indio”.
A diferencia de
los gobernantes racistas de países con poblaciones aborígenes, a Trujillo no le
molestó atribuirle al dominicano o a la dominicana de “color”[4], la condición de
“indio/a, puesto que todos los aborígenes habían pagado con la muerte sus
culpas de ser “indios/as”, sin portar apellidos “claro” u “oscuro”.
Recordemos también que los
conquistadores y colonizadores pretendieron llegar a la Indias Orientales y se
toparon con lo que después bautizaron América y, antes, “Indias Occidentales”;
conformándose con exterminar a todos los caribeños y matar 70 millones de
“indios” suramericanos y centroamericanos, al verse impedido de exterminarlos
totalmente por el heroísmo y la resistencia de los aztecas, mayas, incas,
mapuches, quechuas, aimaras, chapini, misquitos, cunas y catrachos…
Trujillo mató 20 mil haitianos, como
sub-producto de la influencia del nazi-fascismo y sobre todo del racismo
imperial europeo, que desde el inicio de la colonización esclavizó a centenares
de miles de negros/as traídos/as de África y los mató por montones, sin poderlo
exterminar; y no por la Gracia del Dios del Vaticano, sino por la heroica
resistencia de la negritud haitiana y latino-caribeña.
Trujillo fue además un depredador sexual
poseído de un machismo aberrante.
En nuestro país sigue viva, cometiendo
nuevos desafueros, la pretensión colonialista de prologar la supremacía blanca
y su persistente despliegue de racismo, a nombre de la defensa de una falsa
dominicanidad neo-anexionista, muy parecida a la de Pedro Santana y
Buenaventura Báez.
Junto a ella el fundamentalismo
religioso y la clase dominante gobernante retoma con nuevos bríos la ideología
patriarcal machista, con fuerte influencia a lo largo de nuestra historia
La ideología racista fue potenciada por
Trujillo y su heredero Balaguer[5];
mientras en este presente crítico para la dominación imperialista
estadounidense, sus relevos en el sistema de partidos (PRM, PLD, PRSC, PRD, FP,
FNP, PQD, BIS…), y en toda la órbita política corrompida, se abrazan al racismo
anti haitiano con renovada pasión: contando con el valioso respaldo de la elite
empresarial criolla y extranjera, y de su enorme poder mediático.
Abinader encabeza desde el estado
dominicano esa cruzada, y entre sus maliciosos y sofisticados aportes a la
cuantiosa siembra de una falsa dominicanidad, figura ese recurso publicitario
de alta calidad profesional y demasiada perversidad encubierta: el spot
“DOMINICANOS DE PURA CEPA”, ¡ pa que lo sepan!
Antes en el siglo pasado y lo que va de
este siglo la lideraron los presidentes Trujillo, Balaguer, Leonel Fernández y
Danilo Medina.
- UNA
SOLA HUMANIDAD DE MUCHOS COLORES Y COMBINACIONES DE TONALIDADES Y
CULTURAS.
Para que se sepa bien, ahora le digo: de
“pura cepa” no son ni los aborígenes, ni los esclavos negros, ni los
conquistadores blancos, ni los gringos rubios.
Eso de ¨pura cepa” … es una pérfida y
peligrosa invención “vagabundona” de talentosos publicistas y mercadólogos
simpatizantes del anti haitianismo, o simplemente ofertantes de su producción
creativa mercantilizada a interlocutores comprometidos con la actual cruzada
contra Haití; todos ellos de varias cepas y de la misma inspiración neonazis.
Sí, para que se sepa: los aborígenes
caribeños y de esta isla eran de varias cepas: siboneyes, igneries, taínos
y caribes. De varias cepas y fenotipos parecidos, muy distantes de los
blancos europeos.
Todos ellos –repito- exterminados por
conquistadores y colonizadores españoles, ingleses y franceses; todos europeos
blancos, pero de cepas diferentes y de la misma crueldad.
Al holocausto aborigen del resto de
Nuestra América, con un balance de 70 millones de muertos, se sumaron los
colonialistas portugueses.
Algo similar hicieron –y hacen-
europeos y estadounidenses en África y en USA. Conquistas y colonizaciones
sangrientas. Todo para garantizar una supremacía blanca de muchas cepas y una
apropiación criminal de enormes riquezas.
Los/as negros/as cazados/as en África,
traídos encadenados a las tres Américas y al Caribe insular, esclavizados/as y
sobre-explotados en estas “indias occidentales”, tampoco eran de pura
cepa. Eran de múltiples cepas, radicadas en numerosas tribus africanas, con
fenotipos parecidos, pero no iguales. Todos/as tratados/as con la misma
crueldad por los diferentes imperios blancos.
Dos holocaustos negros en dos
continentes, ambos ejecutados por blancos de diversas cepas.
Otro tanto ha sucedido en Asia,
Australia y Oceanía, por lo que se ha conformado un planeta poblado por
innumerables cepas; fruto de esas realidades y de múltiples y constantes
migraciones.
Existe, pues, una población planetaria
procedente de numerosas mezclas “raciales” y numerosos cruces entre
blancos, negros, aborígenes diversos, indios de las indias orientales,
asiáticos (chinos, coreanos, vietnamitas, tailandeses, camboyanos, tibetanos…),
mongoles, esquimales y aborígenes australianos.
Pero resulta que los blancos que nos
“descubrieron” cuando ya existíamos, por tener más poder destructivo, mejores
armas y más capacidad para explotar y acaparar riquezas, se consideraron
una “raza superior” [6]
a todos los demás seres humanos; y se creyeron de “pura cepa”;
considerando inferiores a negros/as, “indios/as”, amarillos/as y
mulatos/as; aptos/as –según su criterio colonizador- solo para ser
dominados/as, oprimidos/as y abusados/as.
Así se ha conformado la humanidad a
través de los siglos.
Una humanidad sin cepa pura y sin
naciones ni nacionalidades, ni identidades con cepas únicas.
Una humanidad con un arcoíris de
cepas “entremiliadas”, azotada por la voracidad capitalista.
Quisqueya[7]
es una muestra fehaciente de esa diversidad mundial, muy intensa en el llamado
tercer mundo.
Quisqueya es una muestra puntual de esa
diversidad mundial. Pero entonces, no han faltado quienes bajo el manto protector
presidencial, nutrido de mucho anti haitianismo y abundante dinero, decidieron
inventarse una dominicanidad de “pura cepa” y usarla como publicidad de alto
calibre, de profusa divulgación y subliminalmente racista, contra Haití y su
estigmatizada negritud.
- ALGUNAS
CONCLUSIONES:
La reconfiguración del fascismo en el
Siglo XXI avanza peligrosamente, apoyado fundamentalmente en las ideologías
racista, en la ideología patriarcal machista con todas sus derivadas, en la
intensificación de la xenofobia y del odio contra las avalanchas de migrante
provocadas por el saqueo imperialista, en el ultranacionalismo y en todo tipo
de conservadurismo.
Los procesos de empobrecimiento de los
pueblos de los países centrales, incluida sus fuerzas laborales blancas y otros
sectores ganados para las ideas ultra conservadoras, la gansterización
creciente de las partidocracias y las elites capitalistas en el marco de un
neoliberalismo de diversas intensidades en el centro y la periferia, facilitan
en ambos escenarios el auge del ultra nacionalismo con un fuerte componente
populista.
A su vez, la multicrisis de decadencia
del sistema capitalista-imperialista, cada vez más aguda en la súper-potencia
estadounidense y en las potencias occidentales, embarcadas en guerras de
conquista y reconquista, en guerras y prácticas ecocidas, y en el empleo de la
fuerza militar para tratar inútilmente de recuperar hegemonías debilitadas., ha
empantanado su situación y agravado su declinación y su crisis sistémica.
Esa estrategia de supervivencia y
perpetuación, a cargo del PENTÁGONO, la OTAN e Israel… ha agravado su
descrédito a niveles sin precedentes y potenciado las contrapartidas en
gestación (potencias emergentes enfrentadas a EEUU y fuerzas subordinadas,
estados y pueblos en lucha por la autodeterminación y la paz, movimientos
sociales y político-sociales en combate contra el neoliberalismo, rebeldías
crecientes de las migraciones maltratadas y de los pueblos agredidos por la
supremacía blanca, organizaciones antiimperialistas y anticapitalistas.
Esto indica que esa agresividad
destructiva es más fruto de su debilidad, que de su menguada fortaleza.
Está en marcha de todas maneras, un
abanico de luchas diversas contra un sistema enfermo y agresivo en grado
extremo, pero con poderosas energías para resistir, potenciadas en medio de sus
violentos estertores y de los intensos los miedos cargados de crueldad por su
temor a ser definitivamente desplazado.
Esto es lo promisorio y favorable para
seguir creciendo en calidad y cantidad
Un torrente mundial difícil de unir,
todavía con fuertes déficits para ejercer un internacionalismo con los diversos
niveles de unidad necesarios para derrotar la cultura de la muerte; y mayores
aún, para lograr una especie de insurgencia global que desbroce esa gran meta.
Además, con serias debilidades en la construcción sus componentes
imprescindibles que están llamados a alcanzar los niveles de conciencia y
organización anti sistémica que posibilite las nuevas democracias y los nuevos
socialismos.
Esos son los grandes desafíos en este
mundo convulsionado un lumpen capitalismo imperialista que recurre sin el menor
rubor al neofascismo, al caos bajo su control y al exterminio de pueblos y
naciones.
NOTAS:
[1] La primera independencia en Nuestra América y la
única revolución anti esclavista negra triunfante.
[2] El racismo dominicano es hispanófilo, de matriz
monárquica-colonialista.
[3] Mulato/a” es un término despectivo de corte racista,
inspirado en el producto de la unión de yegua y burro, por eso lo pongo entre
entrecomillas.
[4] “Indios/as” son realmente los/as nativos/as de la
India, algo diferente a los pueblos originarios de América. Todo lo demás es
producto del extravío de Colón y los conquistadores.
[5] Personas de “color”, le dicen los gringos a los
negros y mestizos.
[6] Si raza, Día de la Raza, son inventos para segregar,
“raza superior” es para justificar opresiones ominosas.
[7] Quisqueya es un sobrenombre, dicen que inspirado en
la lengua taína puesto a la República Dominicana para exaltar los valores de
esta isla: “tierra fascinante…”la mejor del mundo”.
NOTA
ADICIONAL: este trabajo se basa, articula y enriquece varios de mis artículos
sobre el tema.
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