EL TIRO POR LA CULATA DE AYUSO
ANA PARDO DE
VERA
20/06/2024 La presidenta
de la Comunidad de Madrid y del PP de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a su llegada a
un almuerzo con afiliados y simpatizantes del partido en Aranjuez, a 3 de mayo
de 2023, en Aranjuez, Madrid (España). Previo al almuerzo, Ayuso ha dado un
paseo por la localidad para apoyar a la alcaldesa popular de Aranjuez,
candidata a la reelección, María José Martínez.- EUROPA PRESS
Volvemos con lo repetido aquí tantas veces, citando a Tarradellas: "En política se puede hacer de todo menos el ridículo". Esta frase, pese a lo manido de su uso (por qué será ...), es difícil de superar en puntería cuando la estrategia política lleva a un efecto Streisand (intento de censura que provoca el efecto contrario: mayor repercusión del hecho censurado) o a un tiro por la culata de toda la vida. Este jueves desayunamos con una exclusiva en El Mundo que publicaba una conversación amputada del fiscal general del Estado; es decir, una conversación en la que solo aparecían los mensajes de éste en lo que es un tira y afloja de Álvaro García Ortiz con la fiscal jefe de Madrid, Almudena Lastra, que se resistía a publicar la nota de prensa que desmentía que la Fiscalía hubiera ofrecido un pacto a la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid para evitar el proceso judicial por el delito fiscal confeso de Alberto González Amador, tal y como habían publicado varios medios. La nota aclaratoria de la Fiscalía, de tres páginas, concluía así: "El único pacto de conformidad, con reconocimiento de hechos delictivos y aceptación de una sanción penal, que ha existido hasta la fecha es el propuesto por el letrado de D. Alberto González Amador al fiscal encargado del asunto en fecha 2 de febrero de 2024".
La
filtración de los whatsapp de García Ortiz han conseguido, exactamente, el
efecto contrario a lo que pretendían: demostrar una presunta rebeldía de la
fiscal Lastra oponiéndose al criterio de su jefe, basado, como reconoce él
mismo, en que "la actuación de los compañeros y de la fiscalía es
impecable y hay que defenderlos" de la mentira filtrada desde los
despachos de la Presidencia madrileña. Eso es lo que se hizo con la citada nota
aclaratoria, que puede costar una imputación a García Ortiz por parte del
Tribunal Supremo al ser denunciado por la pareja de Ayuso por revelación de
secretos, aunque ésta no se sostenga por ninguna parte leyendo la nota y
conociendo las informaciones sobre el delito fiscal de González Amador.
Con
la publicación de los mensajes del fiscal general del Estado, apremiantes,
correctos y educados, se han conseguido dos cosas, muy lejos del encumbramiento
como heroína de la fiscal Lastra y, no digamos, del defraudador González Amador, que pretendió llevarse dinero de nuestra caja común,
haciendo negocio en y con lo peor de la pandemia y pretendiendo pagar menos
impuestos por sus abultadas ganancias. Por un lado, sabemos que el fiscal
general dice la verdad: que si publicó la nota es porque se estaba dejando de
mentiroso al equipo de la Fiscalía con quien intentó negociar González Amador
(y no al revés) a través de su abogado y, por otro y más sonrojante, que una
fiscal superior de Madrid decide no contestar al teléfono a su superior, que le
está dando una orden, para sumarse a la estrategia de protección de un
defraudador fiscal instigada desde la Presidencia de la Comunidad de
Madrid.
En
las redacciones, encima, según se leyeron los mensajes, se encendieron las
luces de la hemeroteca: Almudena Lastra es la fiscal que se negó a abrir la causa
por las miles de muertes de mayores sin asistencia ni derivación hospitalaria
durante lo peor de la pandemia de Covid en las residencias de la Comunidad de
Madrid. Obviamente, el currículo de esta fiscal y su
desobediencia al fiscal general para dar cobertura a una mentira del Gabinete
de Ayuso estuvieron circulando por redes y medios de comunicación durante
horas. Y siguen, logrando que lo que pretendía ser un ataque a García Ortiz
incluido en la estrategia general de la (ultra)derecha para tumbarlo
por meter las narices en la corrupción vinculada al PP (un manual de conducta
clásico), se haya transformado en una confirmación de las tesis del fiscal
general y en un bochorno para Ayuso y sus palmeros. Un tiro por la culata
en toda regla.
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