LOS PUEBLOS DEL MUNDO EXIGEN A EE. UU
EL CESE DEL BLOQUEO A CUBA.
POR TONY LÓPEZ
Dando continuidad a la sórdida y desvergonzada historia de la política de Estados Unidos hacia Cuba, desde que se involucró, consciente y con intereses hegemónicos, en la guerra de independencia de Cuba en 1898. Por esa razón abordaré no solo el tema de cómo durante 60 años y a través de quienes, Estados Unidos ejerció el poder en Cuba, también el escenario político militar del Caribe en ese periodo.
No se trataba de una respuesta a España por la explosión del acorazado Maine. No, se trataba de iniciar el ambicioso plan hegemónico del joven imperialismo estadounidense, no solo el de la ocupación de Cuba, los intereses de poder político y económicos, tenían otros objetivos en la zona caribeña, por las riquezas de sus territorios y por sus ubicaciones geográficas.
Con gran oportunismo por la
debilidad de la monarquía española, en ese mismo año 1898 y hasta el 1904
Estados Unidos desató una ofensiva política militar en el Caribe para
apoderarse de Cuba y Puerto Rico, cercenar parte del territorio de Colombia,
con el propósito de abrir el canal interoceánico en el departamento de Panamá y
apoderarse del archipiélago filipino y la isla de Guam en Asia.
La separación de Panamá de
Colombia fue un hecho ocurrido el 3 de noviembre de 1903 después de la Guerra
de los Mil Días, que propició la separación y nacimiento de la República de
Panamá. Después de su independencia de España en 1821. El istmo de Panamá pasó
a unirse voluntariamente a la Gran Colombia. Aunque en el siglo XIX hubo
sectores liberales panameñistas que promovieron si éxito acciones separatistas.
Estas ideas solo se materializan por la debilidad en la que queda Colombia
luego de la guerra de los Mil días y por los grandes intereses de Estados
Unidos de retomar la obra del Canal de Panamá, que estaba en manos de los
franceses.
Y así fue, la guerra de los Mil
Días protagonizada entre liberales y conservadores, colombianos que se inició
el 17 de octubre del 1899 y culminó el 21 de noviembre de 1902, fue un momento
clave para que los Estados Unidos en apoyo a los independentistas panameños
impone el tratado Hay – Bunau Varilla, firmado el 18 de noviembre de 1903, por
John Milton Hay y el francés Philipe Bunau Varilla por Panamá. Este tratado
establecía que EE. UU se comprometía a garantizar la separación de Panamá de
Colombia y Panamá le cede la zona del Canal a Estados Unidos.
Esa fue la vergonzosa historia de
dominación colonial del imperio sobre el Canal de Panamá, hasta que un
pundonoroso y patriota general panameño Omar Torrijos se planteó recuperar el
Canal para sus pueblos y lo logró. Las arduas negociaciones del General
Torrijos con el Gobierno de Carter, llegó al acuerdo de la entrega del Canal y
se firmó el Tratado Torrijos-Carter, el 7 de septiembre de 1977, fue así como
el Canal de Panamá, volvió a sus verdaderos dueños: el pueblo panameño.
Al final del siglo XIX, en la
década del 90 Estado Unidos comenzó a mostrar un fuerte interés en controlar el
Golfo de México y el ismo de Panamá, territorio que enlaza a la América del Sur
con el Norte, dos territorios eran especialmente preferidos, las islas de
Puerto Rico y Cuba. Hacia ambos territorios Washington inició su ofensiva
neocolonial.
A mediados 1897 Estados Unidos
inició un deliberado conflicto con España, siendo la reina María Cristina de
Habsburgo, viuda del rey Alfonso XII, la regente del reino español y presidente
del gobierno Práxedes Mateo Sagasta y presidente de Estados Unidos William
MacKinley. Intereses económicos y la ubicación estratégica militar de la isla
de Puerto Rico, era suficiente para apoderarse de ese hermoso territorio.
Con la información proporcionada
por el agente de inteligencia Henry Whitney enviado a dicha isla por el Jefe
del Ejército de los Estados Unidos, General Nelson A Miles, el agente
consignaba que existía un clima antiespañol, y una coyuntura favorable para la
intervención, por el apoyo que recibirían de los sectores autonomistas.
Esa información fue lo suficiente
para que el gobierno de Estados Unidos decidiera, con la colaboración de dichos
sectores, intervenir militarmente en Puerto Rico. El 12 de abril de 1898 una
escuadra de 11 barcos bajo el mando del almirante William Sampson con un fuerte
bombardeo en San Juan, la conquista de Puerto Rico, duró tres semanas, luego
del desembarco de las tropas gringas por Guánica el 25 de julio de 1898.
Desde entonces y hasta la fecha,
la isla hermana de Puerto Rico, está bajo la dictadura colonial del gobierno de
los Estados Unidos, ultrajada y discriminada su población, como se apreció
cuando el presidente Donald Trump, visitó la isla luego del desastre que
provocó el huracán María. Allí el representante del imperio, mostró su
insultante desprecio por ese querido pueblo. Trump, lejos de plantear apoyo
para solucionar los graves daños, le distribuyó papel sanitario, era la forma
de mostrar su ruin, miserable y racista mensaje.
Bellas y sacrificadas páginas de
lucha han protagonizado los independentistas puertorriqueños, que encabezará
Pedro Albizu Campos y su esposa Laura Meneses, una patriota de origen peruano,
cuya vida junto a su esposo lo dedicó a denunciar la brutal política de los
gobiernos estadounidenses, en la Isla, como lo hicieron los patriotas Rafael
Cancel Miranda, Irving Flores, Andrés Figueroa, Oscar López Rivera que
cumplieron años de injusta prisión por el solo hecho de luchar y reclamar la
independencia de su país. Mientras que el líder independentista y patriota
revolucionario Filiberto Ojeda fue asesinado por miembros del FBI en San Juan.
Con la ocupación militar de Cuba
en 1898, la monarquía española entregaba a Estados Unidos la dominación de la
Isla, la que se hizo firme, cuando el 10 de diciembre 1898, se firmó el Tratado
de Paris y por 20 millones de dólares, además de Cuba, también entregó las
islas de Puerto Rico y Guam, y el archipiélago de Filipinas. Quiero subrayar
que de esas negociaciones y de la firma de dicho Tratado, fueron excluido los
Generales y jefes militares independentistas cubanos, cuando ellos tenían,
prácticamente ganada la guerra al ejército español.
El 1 de enero de 1899 asumió como
gobernador de la isla de Cuba el general estadounidense John L Broke en
representación del departamento de Estado, siendo sustituido en diciembre de
ese mismo año, por el tenebroso general Leonardo Wood.
Fue en ese periodo y por las
posiciones de prestigiosos generales independentistas, que Estados Unidos
realiza una maniobra política para mantener su poder sobre la isla y que no se
provocaran conflicto. Apoyados por sectores anexionista de aquella época, se
dan a la tarea de entregar el poder a los cubanos, pero con pasos muy bien
medidos.
Primero el General Wood dicta en
abril de 1900 la Orden Miliar 164 que dispone celebración de elecciones
municipales para junio de ese año y luego el 11 de agosto de 1900, sanciona la
Orden militar 316 disponiendo la celebración de la convención constituyente.
Los debates de esta primera Carta Magna duraron hasta que se aprueba en abril
de 1902.
La aprobación a la Constitución
estaba condicionada a incluir un apéndice, no un artículo dentro de ella, para
evitar debate y confrontación con los cubanos. Ese apéndice, fue propuesto por
el senador republicano Orville H Platt, aprobado por el Congreso de los Estados
Unidos y en ejercicio desde 1902 hasta 1933. Con la caída de la dictadura de
Gerardo Machado en agosto de 1933, se puso fin a la indigna Enmienda Platt, la
que establecía, que las relaciones políticas, diplomáticas, económicas y
comerciales con otros países, tenían que ser consultadas con Washington y
aprobadas por el Presidente de los Estados Unidos.
Aun así, existieron graves
problemas. Las tropas estadounidenses, que se autoproclamaron liberadoras de
Cuba, desfilaron en varias ciudades —incluyendo La Habana— y apenas se mencionó
el esfuerzo de los mambises. Esto trajo desacuerdos, como el del general
Calixto García, que hizo una fuerte carta de protesta al general William Shafter.
Era precisamente a esta situación
de descontento por parte de los más prestigiosos jefes mambises a los que
temían los Estados Unidos y de allí la maniobra de un grupo de senadores
conservadores, que encabezaba el senador Platt como presidente del Comité de
Relaciones con Cuba. Platt propulsor del apéndice que debía anexarse a la Carta
Magna, argumentaba que los cubanos eran seres inferiores, sobre los que cabía
ejercer el derecho de tutela y no introducir un artículo en la Constitución que
seguramente no sería aprobado.
Según él senador Platt, frente a
conatos e insubordinación de los cubanos, Estados Unidos estaba en el deber de
intervenir y tener esa potestad, como lo sucedido en 1906 a pedido del
presidente Estrada Palma, quien entregó el poder al general William H Taft
secretario de Guerra y este designo al general Charles E Magoon como
gobernador, quien ostento este cargo hasta enero de 1909.
El 28 de enero de ese año 1909,
tomó posición como presidente el general José Miguel Gómez, luego de ganar las
elecciones celebradas en noviembre del año anterior. Gómez recibió un país
empobrecido. El gobierno de míster Magoon, se caracterizó por el derroche de
los fondos públicos, la corrupción política y administrativa. En 1912 estalló
una breve guerra, liderada por el Partido Independiente de Color, cuya
militancia de negros y mestizos exigían igualdad, luego de una fuerte represión
y masacres, Gómez amenazado con una intervención de Estados Unidos, pudo
controlar la situación y en 1913 culminó su mandato y asumió el candidato del
Partido Conservador, el General Mario García Menocal, hasta 1921.
Acusado de fraude electoral,
Menocal se reeligió en el año 17 lo que provocó el estallido de una corta
guerra civil, iniciada por el Partido Liberal, conocida como la “Guerrita de la
Chambelona”, argumentando que se había cometido trampa electoral. Estados
Unidos amenazó con intervenir, pero una muy brutal represión logró aplastar a
los sublevados y se logró tranquilizar la situación. En el año 1921, asumió la
presidencia Alfredo Zayas hasta 1925, tras él, asumió la presidencia el General
Gerardo Machado, quien se convirtió en un brutal dictador, cuando en 1927 en un
acto dictatorial prorrogó los poderes ejecutivos y legislativos, apoyado por
Estados Unidos, hasta su derrocamiento el 12 de agosto de 1933.
Con la caída del dictador Gerardo
Machado, también entra en crisis la Enmienda Platt, y este indigno apéndice, es
eliminado. Impuesta a la fuerza, como apéndice a la Constitución cubana del
propio año 1901, sus ocho artículos cercenaban la soberanía al gobierno
insular, que nacería el 20 de mayo de 1902, con Tomás Estrada Palma como
presidente, conocido anexionista y cómplice de incluir la denominada Enmienda
Platt.
El propio gobernador militar
general Leonardo Wood así lo reconocía: “…”Por supuesto, que a Cuba se le ha
dejado poca o ninguna independencia con la Enmienda Platt y lo único indicado
ahora es buscar la anexión”. Tenía razón este general Wood. La Anexión,
ténganlo claro amigo lector, ese es el centro y objetivo de Estados Unidos en
relación a Cuba hoy en pleno siglo XXI, objetivo que no podrán lograr jamás.
Traicionada la llamada Revolución
del 30, la mafia estadounidense inicia relaciones, con el entonces coronel
Fulgencio Batista, a través de Meyer Lansky, quien por órdenes del capo Lucky
Luciano, viaja a Cuba en 1933, en el momento y justo cuando se produce la caída
del dictador Gerardo Machado y el sargento Fulgencio Batista, con un grupo de
sargentos ejecutan el golpe de Estado del 4 de septiembre, al presidente
provisional Carlos Manuel de Céspedes.
En sustitución de Céspedes, se
conforma un gobierno provisional que conformaban cinco personalidades y por esa
razón pasó a llamarse el gobierno de la Pentarquía, presidida por el Dr. Ramón
Grau San Martin, e integraban hombres como Antonio Guiteras, un líder de la
generación del 30, cuyas posiciones antimperialistas, era inaceptable para
Estados Unidos y este gobierno provisional dura 120 días, porque Fulgencio
Batista, apoyado por el embajador estadounidense Jefferson Caffery y el coronel
Carlos Mendieta, ejecutan un golpe de Estado el 15 de enero de 1934.
Desde el golpe militar de enero
del 34, ordenado y dirigido por el embajador Caffery, tenia el objetivo de
tejer una política, que sustituyera la eliminada Enmienda Platt y que
Washington continuaran manejando las riendas del poder, pero en esta ocasión
con un poder oculto, manejado por la mafia norteamericana, para cuya tarea
quedó designado el capo mafioso Meyer Lansky. En el próximo articulo y quinta parte,
de este serial, daré a conocer, los hilos que siguieron el gobierno de EE. UU,
la mafia italo-americana y los gobiernos de Cuba en las décadas del 40 y 50 del
pasado siglo XX.
* Tony López R. Periodista, politólogo y
analista internacional.
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