LA LEY DEL IMPERIO
MOVIMIENTO
POR LA UNIDAD
DEL
PUEBLO CANARIO
La constitución a la española. Uno de los pilares fundamentales
sobre los que se mantienen los imperios, también lo que queda del español, en
forma de reino, es una arcaica legislación, cuya constitución a la española
recoge en su artículo 8 el derecho a la “soberanía e independencia” del reino,
derecho que niega a las demás naciones sometidas por el fascista régimen
monárquico y colonial, constitución hecha a imagen y semejanza de la monarquía,
a cuyo representante, con el cargo vitalicio de jefe del Estado, actualmente
Felipe VI de España y nada de Canarias, le entusiasma, por lo que públicamente
repite, como si de un mantra se tratara, aunque, probablemente, con altas dosis
de incredulidad, pero seguro que le encantaría: “La constitución prevalecerá”,
sobre todo teniendo en cuenta que le otorga poderes ilimitados, eximiendo de
cualquier responsabilidad al jefe del Estado, haga lo que haga ¿Oíste pariente?
Vergonzoso ejemplo. El Parlament de Catalunya declaró la
independencia en la mágica hora canaria de las 14:27 del día 27 de octubre del
2017, a lo que el Senado metropolitano respondió, con el apoyo del PPSOE y C’s,
mediante un golpe de Estado, que hemos denominado el 155,
dado que, torticeramente, pretende justificarse en ese artículo de la
constitución a la española, cuando la realidad es que la autonomía catalana
venía siendo intervenida desde mucho antes de celebrarse el Referéndum de
Autodeterminación del 1 de octubre de 2017, que el totalitario régimen intentó
impedir, sin conseguirlo por lo que, exhibiendo toda la soberbia de la que es capaz,
y es mucha, procedió a destituir a todo el gobierno de la Generalitat en pleno,
sustituyéndolo por el gobierno del corrupto Partido Popular (PP) (“sé fuerte,
Luis”, arengaba Rajoy al tesorero del PP con multimillonarias cuentas en el
extranjero, el “expreso” ex-preso Luis Bárcenas), apoyado en sus muletillas, el
Partido Socialista Obrero Español-es un decir-(PSOE) (“No, es no, Sr Rajoy” le
chillaba Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE, el de la famosa consigna
“OTAN, de entrada NO” y terminaron convocando un Referéndum pidiendo todo lo
contrario, a nadie sorprende por lo tanto las piruetas del partido de la
dislexia) y Ciudadanos (C’s), otro
demagógico nombre.
El cuarto poder. La intervención de la Generalitat recibió la
bienvenida del diario La Vanguardia, para deshonra de su cabecera, que llegó a
afirmar que su President, el Sr Puigdemont había sido nombrado a dedo, como si
eso fuera la excepción en vez de la regla en el reino de España, cuyos
presidentes no los elige el pueblo sino los parlamentarios y el jefe del Estado
ni siquiera eso pues, para vergüenza y oprobio de los demócratas, el cargo es
hereditario y vitalicio, procediendo el actual de un golpe de Estado del
penúltimo dictador, Franco, que dejó más de un millón de muertos y cientos de
miles de represaliados, presos políticos y exiliados, régimen que transmitió al
padre del actual monarca, que abdicó por el desprestigio del borbonato debido a
los incontables escándalos, con matanza de elefantes incluída. El Señor
Puigdemont se ha mantenido firme en su puesto, pues no es competencia de la
presidencia del gobierno metropolitano su
destitución y ha sido acusado por Rajoy, titular de dicho gobierno, de
usurpación de funciones, cuando es al revés, es Rajoy quien ha usurpado la
presidencia de la Generalitat, lo que debe ser denunciado ante los tribunales
internacionales, pues es conocido qué intereses defienden los tribunales del
colonialismo: en Canarias está privada de libertad la activista Aisha Hernández
como presa política por realizar un graffiti denunciando nuestra deplorable
tasa de paro juvenil y en la metrópoli los Jordis a instancias del fiscal Maza,
reprobado por el congreso de los diputados, así como el Vicepresident de
Catalunya y nueve consellers, mientras Urdangarin (popularmente conocido como
“mangarín”), cuñado de Felipe VI, condenado a seis (6) años de prisión,
disfruta de libertad en Suiza ¡En el borbonato no hay corrupción sino
podredumbre!
Canarias, un Estado Archipelágico. No somos nosotros los más
apropiados para dar consejos al pueblo español sobre la forma de gobierno
mediante el que deben administrar sus asuntos dado que mantenemos, como sano
ejercicio mental y praxis intelectual, el no inmiscuirnos en los asuntos
internos de otros estados, aunque preferimos antes que un caduco reino medieval
un moderno Estado republicano como la República Democrática Federal Canaria, en
nuestro caso en forma de Estado archipelágico, cuya declaración de independencia de 1 de enero de 2011,
coincidiendo con la finalización del Segundo Decenio de las Naciones Unidas
para la erradicación de la lacra del colonialismo según lo define dicha
organización, hemos asumido y asumiremos igualmente la
proclamación de nuestra república el próximo 12 de marzo de 2018, coincidiendo
con el 32 aniversario de nuestra gloriosa victoria, por aplastante mayoría,
rechazando nuestra integración en la Organización del Tratado del Atlántico
Norte (OTAN), organización de la que forma parte el reino de España, mediante
el Referéndum celebrado el 12 de marzo de 1986, siempre y cuando estén de
acuerdo las demás organizaciones canarias: políticas, sindicales, sociales y
culturales, así como cuantas personas a título individual se adhieran
voluntariamente a dicha proclamación.
La ley del imperio tiene la obligación de acatar el imperio de
la ley. La Resolución 1514(XV) de la Asamblea de las Naciones Unidas, de 14 de
diciembre de 1960, sobre la concesión de la independencia a los países y
pueblos coloniales, en cuya votación España, como país colonial que es,
vergonzosamente se abstuvo, obliga a los países miembros a poner los medios necesarios
para que las posesiones coloniales bajo su dominio, como es el caso de
Canarias, culminen su descolonización e independencia, Resolución que España,
sistemáticamente, se niega a acatar, bien al contrario, ha implantado un Estado
policiaco y judiciaco, transformándose en un execrable Estado forajido* en
definición del filósofo estadounidense John Rawls.
No es esta la única normativa que, lamentablemente, infringe el
reino de España pues además incumple, tozuda y también sistemáticamente, la
Carta fundacional de las Naciones Unidas, los acuerdos de Ginebra y el tratado
de Roma por el que se rige la Corte Penal Internacional, que actualmente
dispone de un amplio dossier sobre los abusos del colonialismo español
suministrado por el Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario y que ha
abierto el correspondiente expediente, motivo por el que agradecemos que nos
hagan llegar cualquier vulneración de los derechos humanos por parte del reino
de España, comprometiéndonos a hacerlo llegar a la citada Corte.
Todo este cuerpo legislativo internacional ha sido suscrito por
España a cambio de que la admitieran en los organismos internacionales y el
ordenamiento jurídico interno, por llamarlo de alguna manera, está sometido al
ordenamiento jurídico internacional, que es de rango superior, lo que el reino
de España no asume, al carecer de escasa, por no decir nula, tradición
democrática, lo que afortunadamente está reconociendo la prensa internacional,
como escribe Jon Lee Anderson en el diario The New Yorker: “A deep-seated
insecurity runs through the heart of the Spanish political and media
establishment about the depth of Spain’s democratic culture, and with good
reason”, recurriendo al método que mejor conoce, la picaresca, con la
connivencia, cuando no la complicidad, de los organismos internacionales
haciendo uso de una intolerable dejación de funciones en esta desdichada edad
de la sordera.
* El término “Estados forajidos” lo acuño John Rawls, quien
indica que los “Estados forajidos” son aquellos gobernados por grupos e
individuos que no respetan los derechos humanos, convierten el derecho en una
farsa y sustituyen las normas éticas de la convivencia social por un
comportamiento propio de bandidos, no de personas civilizadas y, mucho menos,
de estadistas, representando una peligrosa amenaza para sus vecinos. En base a
la definición de Rawls, en la práctica se identifica como “Estados forajidos” a
aquellos que en la actualidad sus gobernantes incumplen las leyes y convenios
internacionales y desafían, en vez de acatar, las decisiones de los organismos
internacionales, encargados de preservar el orden y la paz mundiales.
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