EL TENERIFE DE MAL
EN PEOR
Esta
claro que este Tenerife no funciona, tampoco funcionaba el año pasado y por
alargarlo en el tiempo, poco es lo que ha funcionado en los doce años de Miguel
Concepción, si bien es cierto que un año de su mandato sirvió para ascender a
Primera División, no es menos cierto que caímos en picado hacia la Segunda B,
de la que solo nos sacaron los oportunos goles de Aridane, 29 creo que marcó la
temporada del ascenso.
Este
Tenerife no funciona ni dentro, ni fuera de casa, en la isla se van sacando
algunos puntos a trancas y barrancas, pero fuera de las islas este Tenerife es
patético y no me sirven las escusas de la mala suerte, de los malos arbitrajes
ni nada que se le parezca. Este equipo esta dirigido por un novato, que no
tiene ninguna experiencia, que se encontró con un chollo cuando le ofrecieron
el cargo y que cuenta con el visto bueno de una prensa, que escribe lo que le
mandan desde las oficinas del Club, porque los que cubren las crónicas del
Tenerife, bien sean los entrenamientos o bien sea los partidos, tiene el mismo
conocimiento que el entrenador: Ninguno.
Esta
claro que el Tenerife tiene buenos jugadores, algunas individualidades bastante
interesantes, pero como conjunto no funciona, ni funcionaba la temporada
pasada, ni lo está haciendo esta, pero pese a todo siguen los elogios a Martí
como si estuviera haciendo un campañón, la única critica que hemos escuchado
esta temporada ha sido de un socio, quizá un poco discolo, pero que seguro está
cansado de ver como se apuesta por proyectos fallidos.
Cada
semana nos alejamos mas de los puestos de cabeza, ya no solo del ascenso
directo, sino de estar entre los cuatro siguientes para jugar la liguilla de
ascenso. Martí nos decía que habían entrenado dos días a puerta cerrada y que
iba a cambiar su sistema, con menos toque y fútbol mas directo, pero por lo que
vimos en la tarde de hoy, otro fracaso mas. Se renueva a Vitolo, Suso y al
portero como si fueran elementos imprescindibles para un proyecto de futuro,
cuando si lo vemos con la cabeza y no con el corazón, los tres están en sus
horas bajas y con el paso de los años irán lógicamente a menos. La afición
dócil, nunca protesta están de acuerdo con lo que le echen, recuerdo a
principio de temporada cuando celebraban una posible vuelta de Nino, lo
celebraban en las redes como si se fuera a fichar a Neymar, hasta ahí llega su
conocimiento, menos mal que al final a alguno se le encendió una bombilla y el
fichaje no fructificó. Aquí estamos acostumbrados a hacer las cosas con el culo
y así nos va. En el centro del campo no hay un elemento creativo, todos son
jugadores destructivos, no hay conexión entre las líneas, no se ensayan
jugadas, no hay diagonales, las coberturas no funcionan y realmente se nota a
lo lejos que este equipo está poco trabajado, se pierde la concentración con
facilidad y eso lo aprovechan los rivales, pero seguimos semana tras semana con
la misma cantinela. Los méritos del Tenerife no se miden por el espacio que le
dedican los medios a Martí cada semana, se miden únicamente por el buen juego
del Tenerife y por los puntos que se suman. Después sale uno de los jugadores
con una de las muchas paridas, soltando sin pensar lo que dice, que si no
subimos esta temporada subiremos dentro de dos o tres temporadas, pero será
capullo, o subimos en el siglo treinta, puesto a alargar el objetivo a esta
afición no le importa esperar, quizá porque es una afición de Segunda o de
Segunda B. Mira que hay equipos malos en esta categoría, sino somos capaces de
superarlos mal anda la cosa. Eso, mal anda la cosa.
Llegará
el mercado de invierno y haremos como todos los años, nuevos fichajes, nuevos
gastos, que pagamos todos y si estos se los encargamos a Serrano, ya nos
podemos imaginar el bajo nivel y así llevamos año tras año, navegando en la
mediocridad, sin nadie que tenga la lucidez suficiente para darle un cambio a
esto. Hace unos días escribí en este Blog, que jugando así no subiríamos,
después de lo visto esta tarde, solo me queda dar otro toque de atención. el
Tenerife va de mal en peor y no es a mi al que le toca arreglar el problema,
aunque por ver el comportamiento de la prensa y la afición, parece que a nadie
le importa.
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