martes, 15 de abril de 2014

¡Vamos de guachinches! del periodista RAFAEL LUTZARDO



RAFAEL LUTZARDO RINDE HOMENAJE EN UN LIBRO A LA CULTURA ISLEÑA DEL VINO


Rafael LutzardoRafael Lutzardo ha querido acompañarse en su libro de diversas colaboraciones. / SERGIO MÉNDEZ
SANTIAGO TOSTE | DIARIO DE AVISOS

Cuenta Rafael Lutzardo (Santa Cruz de Tenerife, 1953) que un día, hace algo así como nueve años, decidió ir anotando en una libreta los guachinches que visitaba los fines de semana junto a sus amigos. Lo que en principio no era más que un recuento de sus andanzas por el Norte de la Isla, de las buenas conversaciones y los momentos inolvidables vividos en torno a un vaso de vino y algún que otro plato de la gastronomía popular, poco a poco se fue convirtiendo en el proyecto de un libro, en una promesa que ahora se ha cumplido.

El periodista tinerfeño acaba de publicar ¡Vamos de guachinches! …y otras casas de comida (Ediciones Aguere y Ediciones Idea), un volumen donde la voluntad de crear una herramienta de divulgación se combina con el deseo de celebrar muchas de esas cosas tan sencillas que, quizás justo por eso, enriquecen nuestra vida. “En suma, lo que me he propuesto ha sido rendir homenaje a la gente del mundo rural -subraya Lutzardo en una charla con este periódico-, a todas esas personas que no suelen tener protagonismo, que siempre están entre bastidores, pero que gracias a ellas tenemos, por ejemplo, unos vinos de calidad exquisita”.

El libro incluye artículos del presidente del Cabildo y de su antecesor, Carlos Alonso y Ricardo Melchior, respectivamente; del consejero insular de Agricultura, José Joaquín Bethencourt, y del alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo. A estas colaboraciones institucionales se unen las de un conjunto de personas, donde no faltan periodistas, escritores o enólogos, que relatan sus vivencias vinculadas a los guachinches.

CONTENIDOS

La obra se completa con fichas técnicas, así como con una breve guía donde, además de este tipo de establecimientos, el autor también recoge algunas tascas, casas de comida, bodegones, bares y restaurantes. Un glosario del habla canaria relacionada con esta actividad y el ya famoso acuerdo del Consejo de Gobierno insular para regular los guachinches cierran el volumen.

“Incluyo algo más de un centenar de establecimientos que pueden servir de orientación para quien se anime a visitarlos -apunta el autor-, pues si fuera a dar cuenta de todos, me hubiera quedado un libro enorme”. A este respecto, Lutzardo indica que se calcula que en la actualidad la cifra de guachinches se sitúa entre 650 y 700.

Rafael Lutzardo, que comenzó a frecuentar estos negocios familiares cuando apenas contaba 17 años, explica que su origen hay que buscarlo a finales de los años 60 del pasado siglo en respuesta a la compleja situación económica que se vivía en aquel tiempo. Precisamente, otro contexto desfavorable es el que ha propiciado que su número se haya incrementado de forma notable en los últimos años. “Frente a la brutal crisis que padecemos -argumenta-, muchas familias se han dedicado a abrir un guachinche que les aporte una fuente de ingresos, de tal manera que los que existían hace diez o doce años no suponen ni la mitad de los que hay en estos momentos”.

Del mismo modo, el periodista tinerfeño alude a la evolución que han tenido estos locales, que sobre todo se ubicaban en cuartos de aperos, patios, garajes o cualquier estancia más o menos modesta de una vivienda.

“Ahora, con la nueva regulación, se han de cumplir unas normas sanitarias y pagar determinados impuestos. También se concreta qué es lo que se puede vender en ellos y qué no”, detalla. “Estoy de acuerdo con que se haya establecido este conjunto de reglas -afirma Lutzardo-, porque el guachinche que verdaderamente lo es no ha de tener miedo a nada de esto, al tiempo que se consigue que no se desvirtúe su razón de ser”.

No obstante, el autor del libro precisa que aún no resulta significativo el número de guachinches que han optado por regularizarse. “El proceso todavía va lento, al margen de que los responsables de algunos de estos negocios optan por cerrarlos, pues entienden que no pueden asumir todos esos condicionantes que se les plantean”.

Otro aspecto que subraya Rafael Lutzardo es que ¡Vamos de guachinches! …y otras casas de comida no ha sido concebido únicamente para los lectores de las Islas. “He hecho este libro con el deseo de aportar mi grano de arena a la puesta en valor, al conocimiento, de un elemento que forma parte de nuestra entidad, de nuestra cultura del vino, y por eso buscamos que pueda salir fuera de las Islas”. Desde esa pretensión, la obra, que tendrá varias presentaciones públicas tras Semana Santa, incluso ya se encuentra, por ejemplo, en Venezuela y Alemania, y existe el proyecto de que posea además ediciones en inglés y alemán.

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