LOS PESCADORES
CANARIOS SE
REBELAN
MOVIMIENTO UPC
El pescado siempre ha formado parte de la
dieta tradicional de los canarios, lo que no es ninguna sorpresa siendo
habitantes de un archipiélago que, como es de sobra conocido, se encuentra
rodeado de agua por todas partes, en lo que se diferencia, entre otras cosas,
de una península. Junto con los cereales y legumbres, para elaborar el gofio, y
los productos ganaderos, constituye la base de nuestra alimentación.
El lugar tradicional de nuestra
pesca es el denominado banco de pesca canario-sahariano, como recoje
magistralmente el escritor escocés George Glass en su libro “The history and
the discovery and conquest of the Canary Islands”, publicado en 1764:
"La
pesca tiene lugar, según la estación, sobre diferentes puntos de la costa de
Africa, desde el cabo Nun hasta mas allá del cabo Blanco. En primavera y verano
se hace la pesca a lo largo de la costa septentrional, es decir, hacia el cabo
Nun y aún más acá; en invierno y otoño al Sur, en la dirección del cabo Blanco,
porque se ha observado que las bandadas de peces suben hacia el Norte al fin
del invierno, para volver después a bajar gradualmente en dirección al Sur. Los
barcos pescadores los siguen en sus emigraciones. Cuando los buques canarios
llegan a estos parajes, principian por buscar el cebo, que pescan con liñas a
la mano, poniendo en los anzuelos una especie de mosca. Estas liñas están
hechas con seis hilos de cobre, torcidos unos con otros; los anzuelos tienen aproximadamente
cinco pulgadas de largo, pero carecen de aleta de flecha en la punta; la caña
del anzuelo está empatada de modo que quede horizontal y la cubren de pellejo de
pescado hasta donde forma la curva".
"Cuando
el barco se ha provisto suficientemente de cebos o carnada, deja en el bote cinco
o seis hombres que continúan la pesca de tasartes y aujoras, y el barco se
dirige a alta mar para continuar la gran pesca en profundidades de 20, 30, 40,
50 o 60 brazas. Todos echan sus liñas al mar con sus anzuelos bien cebados y,
muy pronto, las corbinas, bacalaos, etc., vienen a comer, pescándose con
facilidad. Las liñas que usan para esta pesca tienen plomadas, pues las clases de
peces que acabamos de nombrar permanecen cerca del fondo".
"Los
vientos alisios que reinan en esta costa obligan a los pescadores a largar el
ancla y, cuando el viento es demasiado fuerte, se acogen a las bahías, anclando
al abrigo de los promontorios de la costa, ocupándose entonces de la
preparación y salazón del pescado. De cinco a seis de la tarde suspenden el trabajo
y preparan la única comida que toman en todo el día. La cocina es de lo más
sencillo que se conoce: una piedra plana les sirve de fogón, sobre el cual suspenden
un enorme caldero que emplean para hacer el caldo de pescado que sazonan con
cebolla, pimienta y otros ingredientes de que resulta un guiso delicioso; el segundo
plato se compone de pescado frito o asado. Cada cual se tiende en un rincón del
barco hasta el día siguiente; las camas y hamacas son objetos de lujo desconocidos
por estas buenas gentes, que al despuntar la aurora están ya de nuevo
trabajando".
"Para
la conservación de los pescados proceden de la siguiente manera: después de
abrirlos y lavarlos les cortan la cabeza y las aletas y los ponen a escurrir el
agua: luego los salan y colocan en la bodega. El pescado así preparado no se
conserva sino dos meses; podría durar por lo menos medio año más si lo lavasen y
salasen por segunda vez, como hacen los franceses en Terranova”.
“Esta
pesca en la costa de África reúne grandes ventajas a causa del clima en que se
realiza,
porque
exponiendo el pescado al sol y a las brisas, según lo hacen los moros en
aquellas costas, se seca sin necesitar sol".
"Los
barcos pescadores son goletas finas de popa y proa, y con mucha manga a fin de
poder aguantar fuerte brisa. Tienen un pequeño velacho y carecen de gavia y
vela, no pudiendo largar sino un foque. He visto a algunos de estos buques que
en doce días han remontado volteando desde cabo Blanco hasta Gran Canaria. Para
recorrer esta distancia, muy cerca de 400 millas, maniobran del siguiente modo:
a las seis o siete de la mañana se largan hacia fuera con la brisa de tierra,
hasta el medio día, en que viran de bordo sobre la costa con el viento de mar;
por la noche, fondean o se sostienen voltejeando hasta el día y entonces
vuelven a largarse hacia afuera".
"Después
de haber descargado una parte de su cargamento en la ciudad de Las Palmas,
llevan el resto a Santa Cruz de Tenerife, Puerto de Orotava y Santa Cruz de la
Palma, en donde sus agentes se encargan de efectuar la venta. La venta del
pescado es de tres cuartos la libra doble, de 32 onzas; algunas veces baja a dos
cuartos, pero rara vez se eleva a cuatro. Este precio lo fijan siempre los
regidores; las autoridades municipales en vez de proteger la pesca le ponen
toda clase de trabas”.
Esto
ocurría hace más de 250 años, teniendo en cuenta la fecha de publicación del
inestimable documento de Glass, exactamente el tiempo que hemos retrocedido
desde la firma del primer acuerdo pesquero hispano-marroquí entre los ahora
difuntos Hassan II y Adolfo Suárez, que se negó a reconocer los derechos
tradicionales de pesca adquiridos por los pescadores canarios en la costa
continental africana a propuesta del rey alauita.
No son
por lo tanto las autoridades municipales como sostiene el Sr. Glass las únicas
que en vez de proteger la pesca ponen trabas a la misma, también las
autoridades estatales y las del gobierno títere de Madrid en Canarias, como
actualmente reconocen los pescadores que personalizan la queja en el
viceconsejero de pesca, lo que demuestra
la desidia con la que tratan a los pescadores y a esta parte fundamental e
imprescindible de nuestra dieta. Baste decir que el régimen monárquico y
colonial ha fijado en 29 toneladas el límite para la pesca de atún.
El
Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario (Movimiento UPC), si obtiene la
confianza de los electores, establecerá un ministerio dedicado exclusivamente a
la defensa del sector pesquero e insta a nuestros pescadores a faenar en las
aguas que sólo a Canarias corresponden, incluyendo el banco pesquero
canario-sahariano, sin necesidad de que nos vengan a autorizar los que
pretenden seguir usurpando nuestras riquezas en función de sus espurios
intereses, llevando a los tribunales internacionales, específicamente la Corte
Penal Internacional y el Tribunal Internacional del Mar, respectivamente, ambos
de las Naciones Unidas, cualquier ingerencia en nuestros asuntos tanto de
España como de Europa, que se arroga la administración de este territorio con
el escaso treinta por ciento (30 %) de participación electoral en las
elecciones de 2009, pírrica participación debido precisamente a los europeos,
incluidos los españoles, afincados en nuestra patria.
Movimiento por la Unidad
del Pueblo
Canario (Movimiento UPC)
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