UNA PARED...
DUNIA SÁNCHEZ
Una pared. Arboles que
recorren con sus raíces desprendidas ya de la tierra por su cuerpo. Un ser
mirando. Un ser hablando. La tarde golpea con las últimas filigranas solares en
la espalda de esta. Más allá el rumiar de las olas. Una aventura, un quehacer,
solo una tarde.
XX: Qué hago aquí.
Frente a este muro infinito que da sombra a mis ojos cuando intento escalarlo
para ver ese viejo árbol tras de él. Quiero beber de su savia. Recostarme en
sus raíces como ventura del mañana.
Pared: Me miras.
Quieres subir para de nuevo bajar y beber de este árbol cual soy escudo. Lo
protejo. Lo admiro por su templanza a lo largo de los años. No sé cuanto tiene
pero seguro que es más anciano que tu, que yo. No. No te dejaré la vida del más
allá de estas paredes lo separa de la muerte. Quieres beber de él pero no puede
ser. El, formidable, robusto, bello. Sí, muy bello.
XX: ¡La belleza¡ Su
belleza me conduce a él. Siempre que paso por aquí lo observo. Tan solo, tan
melancólico que me gustaría abrazarlo. Sí, abrazarlo para saber de las sensaciones
que corren en su interior.
Pared: No. Muchos lo
han intentado. Han venido como tú por lo mismo pero solo le han dejado
cicatrices de dolor. No cometeré más ese fallo. Es mejor que este así. Aislado,
vigilando todo lo que pasa tras mi.
Árbol: Déjala que me
abrace. Hace tanto tiempo…Veo una persona noble, sincera. No me hará daño.
Pared: Qué es lo que
escucho. Es la primera vez que oigo su voz. Me estremezco y parece que quiero
caer. Qué te pasa querido amigo.
Árbol: Déjala que me
abrace. La estaba esperando. Ella y yo. Yo y ella.
Una fuerza invisible
hace que la pared se derrumbe. Frente a frente el árbol y ella. Ella y el
árbol. Se miran, comprende que el vacío del hoy puede ser viento del mañana que
viene y que va para consagración en vertical de ambos. Naturaleza destruida.
Seres derruidos. Todo cambiará. Nacerá un arco iris que será puente de los
corazones benevolentes y sobrevolaran sobre la madre tierra.
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