NACIONALIDAD DE
POBRES
Juan Henríquez
No es que sea masoquista por aguantar un
discurso de Paulino Rivero, sino que tengo la obligación de escucharle para después poder valorar, con conocimiento
de causa, el debate del Estado de la Nacionalidad Canaria. Sus señorias/damas
luciendo la última moda de Alberta Ferretti, y señorías/hombres exhibiendo
corbatas de Christian Dior, y, perfumados/as con pétalos del Nilo, todos más
pendientes de los focos de las cámaras, que del señor de la tribuna, nada más,
y nada menos, que el presidente Paulino Rivero.
Y los entiendo, me refiero a sus señorías,
que pasen de él tres pueblos. Reconozco que el personaje parece sacado de un
cuento de Pepe Monagas. Usted siga mi consejo: cuándo Paulino esté en la tribuna pulse la tecla de
silencio del televisor, y le garantizo que son mucho más divertidos los gestos
de ojos, labios arqueados haciendo permanentemente la ola y manos en volanderas
que parece un guardia controlando el tráfico, que el discurso, que se repite
más que el “La, la, la” de Massiel.
Lo excepcional de este debate del Estado
de la Nacionalidad Canaria es que ha sido el propio Paulino el que ha dicho que
“le sobra fuerza e ilusión para sacar a Canarias adelante”. Pero hombre, sí has
sido tú el que nos has metido en la puta miseria. Sabes que por mucho que te
esfuerces en ofrecer medidas de salidas, nadie te cree Paulino, llevas siete
años en el Gobierno canario, y no hay ni una, ni una sola de tus promesas, que
se hayan cumplido, ¿o ya te has olvidado de los 80.000 empleos prometidos?,
promesa que has reiterado hasta en tres ocasiones. ¿Y ahora vienes a descubrir
que los canarios somos pobres? ¡Menuda cara que tienes!
El discurso ha sido malo cómo mierda
gato, pero, según la diputada Dolores Padrón, se ha notado la huella del PSOE
en la prédica de Paulino. Ya el conejo me arriscó la perra. O sea, que
públicamente los socialistas comparten y asumen, todas las mentiras expresadas
por el presidente Rivero, y además, las promesas incumplidas. ¡Esto es mucho
compadre!
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