ÁVIDO CAMINO DE SOBREVIDA
Por Eduardo Sanguinetti, especial para NOVA
"Cuándo el proceso de degradación se naturaliza, es indispensable aplicar una nueva lógica para una nueva situación y cualquier ensayo resulta pertinente, además de admirable, en los bordes del ávido camino de sobrevida. En lo sucesivo, todo se mueve en niveles cambiantes: nuestros pensamientos, nuestros sueños, nuestras acciones, nuestra vida entera. Una red en la que caemos desde una a otra plataforma de nuestro escenario. De aquí en adelante caminamos divididos en miles de fragmentos, caminamos con filamentos sensibles que se nutren ávidamente del pasado y todo se derrite en sonidos y tristezas, caminamos contra un mundo unido, tendencia porno, afirmando nuestro desacuerdo... La vida nos invita a optar, en adquirir y eliminar vínculos de todo tipo" (Fragmento de mi libro Per Se, Melpink Press, England).
Caminé calle abajo sobre tierra húmeda,
eterno retorno de lo que creía olvidado… Con un lado de la boca he sonreído,
indulgente a la soledad, al espacio y a la ruina… Y aún me mantengo de pie,
dispuesto a dar todo, por mis ideales, ideas y presentimientos válidos, en
tiempo de poesía… Siento y pienso desde mi juventud, qué debo continuar
manifestando lo que siempre he sentido, pensado y experimentado, plasmados en
mi obra escrita, filmada y performativa desde hace décadas… Nunca me he
engañado respecto a mi país y sus habitantes: Argentina, es un coloso en
recursos y enano en lo político y cultural.
La filosofía debería seguir intentando
responder a las preguntas de Kant: ¿Qué puedo saber?, ¿Qué debo
hacer?, ¿Qué me es dado esperar? y ¿Qué es el ser humano? Sin embargo, no estoy
seguro de que la filosofía, tal como la conocemos, tenga futuro. Actualmente
sigue, como todas las disciplinas, la corriente hacia una especialización cada
vez mayor. Y eso es un callejón sin salida, porque la filosofía debería tratar
de explicar la totalidad, contribuir a la explicación racional de nuestra
manera de entendernos a nosotros mismos y al mundo, donde el sionismo genocida
dicta y rige, en detrimento de una humanidad esclava.
La desigualdad en todos los sectores, ha
aumentado en nuestro país y ha erosionado la cohesión de la ciudadanía. Entre
los que consiguen adaptarse, se extiende el modelo económico de la genocida Ley
de Mercado, que orienta la acción en beneficio propio; entre los que se
encuentran en situación precaria, cunden los miedos regresivos y las reacciones
de ira irracionales y autodestructivas.
Para la figura del intelectual, tal como
la conocemos en el paradigma francés/alemán, desde Nietzsche hasta Sartre, Bourdieu o Kant,
fue determinante una esfera pública cuyas frágiles estructuras están
experimentando en este milenio un proceso acelerado de deterioro. La pregunta
nostálgica de por qué ya no hay intelectuales está mal planteada. No puede
haberlos si ya no hay lectores a los que seguir llegando con sus argumentos…
Los buitres sionistas, sobrevuelan el espacio de la cultura, reservado a
corporaciones mafiosas, y sus empleadas a sueldo, devenidas en curadoras
casuales, de operaciones por y para el lavado de activos incorpóreos,
enmascarados en exposiciones de los “nadies” del arte basura… Construcción de
trayectorias de ’tilingos’ elevados a símbolos del milenio, han asesinado al
arte y sus referentes del pasado y los pocos que aún sobreviven.
Argentina, tierra promisoria en recursos
naturales de todo tipo, administrada por incompetentes, ignorantes, mentirosos,
resentidos y simuladores, que se asignan la responsabilidad de gobernar,
ridículos muñecos de cabaret… Precisan negociar candidaturas y otras cosas,
para sellar pactos efectivizados en las sombras con sus socios espectrales, con
la prioridad de pagar deuda delictiva y criminal con el FMI, las prisas del
pueblo fuera de la agenda de gobernantes de toda orientación pseudo-ideológica…
Trascendente dejar la impronta en la pobre historia de este tiempo «el canto de
cisne» de la libertad en tiempo de brutalidad y de ignorancia: «La mediocridad
no tiene secretos» diría Jorge Luis Borges.
En el escenario de la sociedad del
espectáculo de la Argentina (Guy Debord dixit), en que se debaten las
diferentes representaciones de la “realidad”, ya es poco probable reconocerse
en la misma como actor pues uno se convirtió en espectador del drama de esta tierra,
que presenta la apertura de un abismo entre quienes piensan que viven,
sobreviven y quienes dictan sobre el mundo, o piensan actuar sobre él. Todo lo
que deba ser hecho será efectivizado, sin espacio para la comprobación cierta
de nada… A menos que esperemos cinco siglos, para comprobar que nada ha
cambiado.
Abismo donde se precipitan, con el éxito
que es conocido, todos los funcionarios políticos corporacionistas, que
manipulan sobre la geografía argentina, destilando en sus discursos reciclados,
un tufillo de intolerancia, odio y resentimiento hacia quienes intentan poner
en juego valores fuera de los que ellos protegen en nombre ¿de las buenas
costumbres fascistas de la pudibunda burguesía?, ante la mirada mansa de una
comunidad, que asiste masivamente a su exterminio, como seres en acto de elegir
y expresarse en libertad… Con modestia indisimulable, todo llama a la
carcajada, pues la vida es breve para dejar de celebrarla, en alegría, ocio,
armonía, belleza y paz.
El pueblo, convocado desde los medios
todopoderosos, los inimputables medios de desinformación del sistema, acude
sintomáticamente por miles a la cita a ciegas de cualquier cosa que les ofrece
la “caja boba”… Difamar, mentir, insultar es la consigna de este tiempo, en un
mundo violentamente lobotomizado, en el que me niego a permanecer, salvo
resistiendo en dignidad y libertad, muy inspirado y con ánimo de modificar las
reglas de este vetusto sistema…
Los mercenarios medios de comunicación
practican una modalidad mucho más insidiosa de mercantilización, pues en ella,
el objetivo no es directamente la atención de los consumidores, sino la
explotación económica del perfil privado de los usuarios.
Se roban los datos de los clientes sin
su conocimiento para poder manipularlos mejor, a veces incluso con fines
políticos perversos, como apreciamos a diario en la exclusión de millones que
creen en el proceso de degradación de la salud mental en un apocalipsis
anunciado que ya avanza a toda marcha.
Lo que irrita es el hecho de que se
trata de la primera revolución de los medios en la historia de la humanidad que
sirve ante todo a fines económicos, y no culturales.
No me agrada convertirme en un profeta
del desencanto, pero no puedo dejar de manifestar lo que conozco y sé, lo que
me ha costado en vida y relación, por no negociar y denunciar, ser censurado y
amenazado, hasta hoy, en año de elecciones inciertas, que marca un punto de
inflexión en una Argentina fracturada, donde la incertidumbre creció y la
impostura se ha enriquecido… Situación de bajas defensas, perfecta, para que
termine de instalarse el autoritarismo, la obsesión de diferencia… La puerta
abierta a fundamentalismos, racismos y mesianismos, cual rutina en una
existencia degradada de un ejército de sonámbulos.
La ausencia de aptitud de funcionarios
de todo tipo en Argentina, generosos entregadores de soberanía, es la esencial
y puntual razón para que el colonialismo siga existiendo en estas tierras,
devastando nuestras tradiciones, nuestras culturas en franca desaparición e
imponiendo su política de vasallaje y esclavitud, implementada por
multinacionales tóxicas, con sitial de honor en nuestros territorios…
Implementada por gobernantes y candidatos “pintados a mano”, jamás han
legitimado lo manifestado en sus millonarias campañas, que desde una retórica
simulada conforman un “vacío perfecto” para una comunidad complaciente,
indiferente y temerosa.
Invito a transparentar y accionar,
además de la ‘boutade’ de cómo hacer la historia, sobre urgencias reales:
Argentina hoy sólo es paisaje, un destino exótico para turistas depredadores de
todas las latitudes, para invertir y consumir, con índices de mortalidad
infantil enormes, enfermedades endémicas, millones de hectáreas de soja
fumigadas con veneno en desmedro de la salud de los habitantes de la tierra,
junto con una densidad de un habitante y medio por kilómetro cuadrado, en todo
el territorio nacional; nada ha cambiado desde hace dos siglos… El desparpajo,
la simulación, la cobardía, la mezquindad, la brutalidad, la indiferencia, el
fraude y el autoritarismo, pareciera ser la norma de los personajes ávidos que
pretenden administrar Argentina.
No dudo que la espontaneidad y el coraje
ejercido por cada “ser”, haría de esta existencia ‘algo’ muy agradable,
sintiendo, razonando y pensando libremente, interpelando lo real como lo
imaginario, asumiendo las responsabilidades teóricas y prácticas de vivir entre
los hombres, existir en un Estado de derecho, cuidando a la comunidad en
educación, salud, medio ambiente equitativamente en los límites de lo necesario
y verdadero, para hacer de esta vida algo digno de ser experimentado.
Este planteo inicial, que representaba
un horizonte de millones de destinos, hoy destruidos, fue aniquilado por
prácticas de un sistema simulador, instalado en aquel pequeño mundo en el que
aún era posible formular por y para la humanidad un destino de plenitud en
ética, en prácticas de sexualidad plena.
Pequeño mundo en el cual sus términos
estaban basados en una realidad para todos en poesía. Más aún eran la base de
esa realidad en poesía. Pequeño mundo, cuyos vestigios fueron archivados por un
sistema genocida global, puesto en acto sin piedad para los que disienten,
resisten y cometen el pecado de vivir acorde a sus ideas e ideales.
Hoy, todo cuanto afecta a los dueños del
mundo el ‘homo consumus’ y sus riquezas es criminal, devenido por la
inseguridad en personalidad, que se asimila a la manera sin modo de la
humanidad. Tienen que conservarlas a toda costa, incluso creando crisis de
activos incorpóreos y jamás poniendo en tela de juicio su legitimidad.
Fingir que se olvida que siempre los
beneficiados son las mismas corporaciones mafiosas sionistas y sus jefes,
serviles al poder central planetario, cuyo blindaje les permite accionar a
destajo, sin ley que los limite se acrecienta con la sangre derramada de miles
de hombres, mujeres y niños en guerras fabricadas, en hambrunas evitables y en
desapariciones en serie de sujetos-objetos traficados para el turismo sexual,
del grupo de delincuentes y hampones de ‘cuarta’ en acto de destruir la vida,
de millones de seres humanos que caminan felices a su exterminio.
Al ciudadano argentino, sojuzgado, hambreado y con la
libertad de expresión acotada, sólo puedo decirle, que se levante encima de la
media y haga valer todos sus derechos de los que debe gozar, no sufrir, y los
ponga en acto, marcando el trayecto de una historia, la de nuestro tiempo, que
se debate entre utopías y derrotas, entre voces, silencio y bronca… Finalizo
este editorial, parafraseando al amigo Manu Chao: «Y ahora qué vamos
hacer, y ahora qué… Soñé otro mundo…» creando crisis de activos incorpóreos y
jamás poniendo en tela de juicio su legitimidad.... Llegamos a un punto de
inflexión, el punto de un nuevo ciclo de aprendizaje.
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