RTVE. DAR CON LA
TECLA
Seis años y medio buscando cómo hacerlo y aún está por ver que en esta ocasión el gobierno de Pedro Sánchez haya dado con la tecla. Nada, que no hay manera de arreglar RTVE, quizás esto se deba a que quienes legislan no tienen como objetivo principal atender los intereses de los ciudadanía que los eligió. Lo primero en lo que piensan los políticos cuando ganan unas elecciones es que el medio público les pertenece y que, por tanto, se han de contar las cosas del tal modo que eso contribuya a favorecer su permanencia en el poder. No parece que esta premisa vaya a cambiar demasiado con el tiempo que se abre desde que, tras el Consejo de ministros del pasado martes, Óscar López anunciara el comienzo de una nueva época. El Consejo de Administración más plural en la historia de Televisión Española, proclamó.
Ya
veremos si esto es verdad. Que en lugar de diez personas, quienes gobiernen la
tele a partir de ahora sean quince, y así haya más partidos políticos
representados en el Consejo de Administración, no quiere decir que esto acabe
redundando en una televisión pública elaborada con mayor criterio profesional y
menor dependencia política. El Gobierno todavía llamado de coalición ha
decidido acabar de una vez con el bloqueo de la Corporación y por ello reduce
de dos tercios del total a mayoría absoluta el número de diputados necesarios
para renovar un órgano en el que muchos de sus miembros tienen ya el mandato
caducado.
Y
aspiran a conseguirlo sin depender para ello del Partido Popular. No quieren
volver a hacer el primo, como en el caso de la renovación del Consejo General
del Poder Judicial, así que se proponen desbloquear el nombramiento del órgano
de gobierno de la tele ninguneando a la oposición. Los cuatro consejeros que ha
de elegir el Senado, según el flamante decreto ley, se los dejan a Núñez
Feijóo y compañía, que en la Cámara Alta tienen mayoría absoluta. Pero como
en el Congreso los once restantes serán votados por los grupos que favorecieron
la investidura de Sánchez, eso les permite sacudirse a las derechas... y puede
que hasta aprobar los presupuestos, ¿no es maravilloso?
Que
la tele pública sea utilizada como moneda de cambio para manejos políticos es
pan para hoy y hambre para mañana. Por un lado porque eso alimenta los ánimos
de revancha y anuncia la continuidad del eterno quítate tú para ponerme yo
cada vez que haya un cambio de gobierno. Y por otro porque eso tampoco
garantiza que los profesionales puedan sacudirse por fin las presiones a la
hora de hacer su trabajo y pensar antes en los espectadores que pagamos sus
sueldos, como es su obligación, que en aquellos a quienes deben el puesto.
Que
el nuevo presidente de la Corporación de RTVE tenga mayores atribuciones
y pueda elegir sin condicionamientos al equipo directivo de confianza puede ser
bueno, es cierto, pero siempre que este actúe con criterios profesionales.
Ahora bien, ¿será esto posible? El nuevo Real Decreto no solo no lo garantiza
sino que nos hace albergar serias dudas al respecto. Suena bien que en el
Consejo haya representantes de EH Bildu, ERC o Junts, claro que sí, pero
¿serán estos elegidos por sus conocimientos sobre televisión o, como ha pasado
hasta ahora en el resto de partidos, lo serán por por su fidelidad
política? Ahora, además, estarán pagados y se les exigirá dedicación exclusiva,
¿qué significará exactamente eso?
Hay
que celebrar que algo que permanecía anquilosado desde hace tanto tiempo se
mueva por fin aunque solo sea un poquito, pero miedo me da imaginarme lo que
puede llegar a hacer la derecha con esta ley en vigor cuando recupere el poder,
algo que esperemos tarde en ocurrir, pero que acabará ocurriendo tarde o
temprano. El blindaje es por seis años, pero eso no garantiza la ausencia de
conflictos ni de impunidades. Recordemos cómo en tiempos de Rajoy quien
presidia la tele presumía públicamente de su fidelidad al Partido Popular.
Hay
que celebrar también que en el horizonte aparezca por fin la posibilidad (ya
veremos si se consigue)de gozar de unos informativos decentes donde las piezas
de la sección de Nacional dejen de parecer salidas directamente de los
laboratorios de Génova, 13; donde en las tertulias estén presentes por fin las
ideas de los partidos minoritarios y acabe la demonización sistemática de
quienes no comparten planteamientos bipartidistas. Que desaparezcan los
adjetivos de los textos informativos y que quienes dan paso a una noticia no
anticipen las mismas frases textuales que luego dirán los entrevistados, sobre
todo cuando estos vituperan a Podemos o a los partidos nacionalistas.
Si
eso se consigue estará bien, es verdad, pero la pregunta es hasta cuándo
permanecerá, y no veo yo que el Real Decreto garantice la ausencia de
enconamiento a medio plazo. En breve conoceremos los nombres de los candidatos
al Consejo de administración que propone cada partido. En breve también
comenzarán sus comparecencias en el Congreso y en el Senado para demostrar su
"idoneidad". Y en menos de un mes han de celebrarse las primeras
votaciones. La experiencia nos dice que no faltarán las piedras en el camino
durante el proceso. Y que hasta que se celebren todas las votaciones y queden
refrendados los nombramientos, tanto de los consejeros como del nuevo
presidente de la tele pública, más vale no cantar victoria. Por muy pírrica que
esta nos parezca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario