PEDRO CON ALDAMA, FEIJÓO CON
DORADO
DIARIO
RED
El baile de máscaras que organiza el reparto del poder institucional en el
régimen español ha pasado de ser simplemente burdo a ser directamente patético.
Alberto Ortega
/ Europa Press / ContactoPhoto
Durante estos días en los que el 'caso
Errejón' ha desplazado prácticamente por completo de la parrilla televisiva al
'caso Koldo' y al 'caso Ayuso', hemos asistido, sin embargo, a un punzante
intento por parte de la derecha política y mediática de volver a poner la
corrupción del PSOE en el primer plano del debate público.
La portada del periódico El Mundo de este lunes —el día en el que da inicio lo que los estadounidenses llaman 'el ciclo de noticias'— se dedicaba prácticamente al completo a una foto que se habría hecho Pedro Sánchez con el principal imputado en el 'caso Koldo', el empresario corrupto Víctor de Aldama, en el backstage de un acto electoral en Madrid en 2019. Otros periódicos digitales de derechas, publicaron también fotos con el correspondiente círculo rojo rodeando la cara de Aldama en las primeras filas del auditorio del mismo evento o, más significativamente, en una celebración electoral en Ferraz.
Apoyándose en estas noticias, el PP, con
Alberto Núñez Feijóo a la cabeza, ha vuelto a pedir la dimisión de Pedro
Sánchez como supuesto conocedor de los manejos de la trama. En vez de razonar
que José Luis Ábalos fue, durante muchos años, la mano derecha y la persona de
máxima confianza del presidente, tanto en el partido —donde desempeñó el puesto
de secretario de organización, con acceso a todos los secretos del PSOE— como
en el gobierno —donde ostentó la cartera con más financiación territorial de
todas; la de Transportes— y que resulta inverosímil que, en estas
circunstancias, Sánchez no conociera las actividades de Ábalos (toda vez que,
además, nunca explicó los motivos de su cese fulminante en 2021), en vez de
llevar a cabo este razonamiento lógico que todo el mundo puede entender, el PP
y Feijóo han decidido apoyar ahora su petición de dimisión en un documento
gráfico que —por mucho que una imagen valga más que 1000 palabras— no deja de
suponer una evidencia mucho más anecdótica y débil que lo que acabamos de
mencionar.
Por su parte, el PSOE ha salido
completamente a la ofensiva, recordando las famosas fotos de Alberto Núñez
Feijóo veraneando con el narcotraficante Marcial Dorado (una referencia, por
cierto, que el propio PSOE tachaba de "ruido" con el ceño fruncido
cuando la hacía Podemos al principio del mandato de Feijóo al frente del PP y
toda la progresía mediática intentaba vestir al gallego con ropajes de
moderación y de 'hombre de Estado'). De esta manera, todos los portavoces del
PSOE han repetido al unísono que uno no elige las fotos casuales que se hace en
un acto, pero sí elige con quien veranea. El ministro Oscar Puente —encargado
de ser el que lleva, siempre, más lejos que nadie el argumentario
defensivo-ofensivo del PSOE— llegó a publicar en redes sociales un montón de
fotos con personas famosas en diferentes eventos, animando al resto de los
usuarios a que hicieran lo mismo.
La línea repetida por los portavoces,
así como la performance del ministro Puente pasaban por alto el hecho de que
Víctor de Aldama también había sido fotografiado en una fiesta electoral en la
sede de Ferraz, lo cual sí es indicativo de que tenía un acceso importante al
interior del PSOE. Pero mucho más que ese pequeño detalle, lo más disolvente de
la estrategia de unos y de otros es que vuelve a tomar el formato —ahora con
fotografías— del clásico "y tú más" bipartidista. Una táctica
extremadamente mediocre que consiste en optar por acusar al otro de ser más
corrupto que tú en vez de negar tu propia —e innegable— corrupción.
Con el último episodio de las fotos,
todo el mundo tiene claro que la corrupción en España es cosa del PP y del
PSOE. "Bipartidismo: unos te roban y los otros lo mismo", es una
frase que empieza a sonar cada vez más en las redes y que tiene resonancias con
alguno de los lemas que la gente repetía hace más de 13 años, el 15M de 2011
De hecho, y ahora que vuelve a haber
movimientos importantes en la izquierda, es necesario recordar que esto es
exactamente lo que intentaron hacer, con falsedades, con bulos, con lawfare
ejecutado por jueces y policías corruptos, con violencia política y mediática y
con horas y horas de difamación en la radio y en la televisión, contra Podemos.
Eso es exactamente lo que representaron las cloacas del Estado y la 'policía
patriótica' que ejecutó el PP y de cuyos efectos antidemocráticos se aprovechó
el PSOE: el intento de meter a Podemos en el cajón del "todos son
iguales". Sin embargo y con el archivo definitivo del infame 'caso
Neurona', no solamente la espuria operación política ha sido abortada y todos
los que la alentaron desde los gobiernos, desde la judicatura y desde los
medios han visto incinerada su reputación, sino que además la sociedad española
ha sido vacunada para no volver a creer los mismos bulos cada vez que la vieja
operación se vuelve a intentar tímidamente.
Con el último episodio de las fotos, todo
el mundo tiene claro que la corrupción en España es cosa del PP y del PSOE.
"Bipartidismo: unos te roban y los otros lo mismo", es una frase que
empieza a sonar cada vez más en las redes y que tiene resonancias con alguno de
los lemas que la gente repetía hace más de 13 años, el 15M de 2011. Pero no
solamente se parece la operativa de los dos partidos dinásticos del régimen del
turno del 78 en lo que respecta a la corrupción como forma sistémica de
gobierno. El PP y el PSOE también coinciden en su apoyo férreo a la monarquía,
a la OTAN, a los privilegios económicos del 1% más pudiente de la población, a
una política racista y contraria a los derechos humanos en materia migratoria,
al genocidio en la Franja de Gaza o a la gestión neoliberal de la vivienda como
un bien de mercado. Por eso es tanto más patética la táctica del "y tú
más" escenificada estos días con el intercambio de fotos: porque ya todo
el mundo sabe que no es otra cosa que un simulacro de enfrentamiento entre dos
proyectos de país que tienen muy pocas diferencias. Si para algo ha servido la
emergencia de fuerzas como Podemos durante esta última década es para que el
baile de máscaras que organiza el reparto del poder institucional en el régimen
español haya pasado de ser simplemente burdo a ser directamente patético.
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