jueves, 11 de noviembre de 2021

PÁLPITO, por José Rivero Vivas

 

PÁLPITO

Escrito

Mayo de 2019

José Rivero Vivas

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YERMO DESTELLO – NC.16 (a.101) - Novela

Ilustración de  la cubierta: Escena nocturna en la calle

Óleo sobre lienzo de Ernst Ludwig Kirchner.

(ISBN: 978-84-17764-21-0) D.L. TF 10 - 2019

Ediciones IDEA, Islas Canarias. Año 2019

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Del volumen:

DE MIS LIBROS

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Obra: E.20 (a.108)

José Rivero Vivas

Diversas fechas

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José Rivero Vivas

PÁLPITO

Mayo de 2019

YERMO DESTELLO parece nacer de la incertidumbre creada en el oyente cuando escucha la sentencia de un célebre contertulio, en su programa de televisión, lo cual es fruto de la realidad que abruma a toda persona con menor o mayor aportación a las letras. Prosigue estoico el sujeto, su búsqueda de sereno autor, aun consciente de hallarse perdido en la jungla y la crucial vorágine, sin abierta opción de conquista ni sincera aspiración a un parnaso agraciado, como compensación a su esfuerzo.

La contrariedad marca su rumbo, de índole disímil a la de quienes se apuran por asistir a ceremonia oficial y quedan postrados ante la persona de rango elevado, a quien no osan importunar con reivindicaciones acumuladas en el activo de todos y cada uno, aunque de estricta reserva para sí y sus afines de posición intocable.

Frente a sí estaba la mujer de su ilusión y él contenía su respiración, por cuanto ella pretendía conectar con la parte voluble de su organismo, ahíta de penuria y soledad, hechizada en extremo merced al ardor despertado por aquel hombre, rudo y primitivo, y, sin embargo, tierno en su virgen sensualidad. “ Fragmento: Cap. 4; pág. 69.

Suscrita por instancia superior su proba conducta, recibe tácito reconocimiento en su quehacer, y es zarandeado por los medios de comunicación, con su emisión de loa al patrocinador de su parabién. Así pues, nada hay más edificante que la firme voluntad de espera en aplicación de la máxima general: ganar baza y resistir más. Esta es en síntesis su paradigmática visión.

No quisiera, en propio detrimento, quejarse Celedonio Ruiz de su carencia de estima por parte de sus conciudadanos, puesto que su dedicación no lo compromete más allá de realizar un ejercicio escolar en el que trata de reproducir lo que Patricio Dorta le cuenta, en rota memoria, acerca de los pasos dados por Luis Mivas, a quien dice haber conocido durante su estancia y trabajo en Europa” Fragmento: Cap. 7; pág. 112.

 

El tema afecta, en parte, a este personaje, pese a su pregón de no ser escritor ni desvivirse por alcanzar mimética cima; ello suele ser premisa de muchos, emboscados tras su particular modestia, vano intento de disfrazar su acucia por destacar en el denso panorama de singular emblema.

La razón hallada radica en no pedir cuánto se precisa, ni preguntar por la equimosis revelatriz del ser encumbrado frente a la gala que supone su miseria cuando la histeria sobrecoge al ganapán de las austeras mercancías, olvidado de que es donativo y no pusilanimidad de aquella flor de un día, en que gente aficionada a la ocasión, suscitada a la inversa, huye del mastodonte que aplasta el fruto inmaduro de una época fallida.” Fragmento: Cap. 9; pág. 146.

 

Celedonio Ruiz, entretanto, recompone el cuento que, a retazos, vierte el emigrante retornado.

El hecho sucede porque Luis Mivas, hombre que emigró a Europa, entonces floreciente, dice conocer a José, El Escritor Ajeno. Se extiende el otro en su acopio y le recita el Romance de Luis Mivas, presunto heterónimo de un autor extraño, en quien presumiblemente se inspira el creador del poema. A este tenor, de raíz cierta, se observa YERMO DESTELLO profusamente colmado de cantos -futuros, presentes y pretéritos- que compendian variada epopeya en bosquejo de la enrevesada fabulación.

-Tócame aquí dentro.

Celedonio Ruiz aventuró su mano más allá de donde alcanzaba su imaginación, y quedó extasiado. Marta Suárez, excitada en sumo, trepó a horcajadas sobre él y se sirvió golosa la penetración viril anhelada. Luego del agitado, aunque cadencioso, jadeo, cesaron exhaustos, tras lograda consumación amante.

-Esto sí es un poema.

-El mejor.

-Olvida entonces tu obsesión por rehacer el Romance de Luis Mivas.

-Contraje el compromiso después de oírlo, aunque mutilado.” Fragmento: Cap. 1; pág. 167.

 

Estos versos promueven distinta historia, que en parte alumbra la ya concebida. Han nacido, además, para ser mascullados, no sujetos a su impronta inmediata, escritos desde la distancia que proporciona el deseo de descarga anímica, cuando el ser se encuentra de amor henchido, y, presa de timidez, opta por ir a la deriva en jornada ociosa de placentera apatía.

De estructura personal y un tanto arbitraria, ninguno estaba perdido, sino integrando diversas obras, según su correspondencia a distinta sección. De esta forma queda, desde el primer momento, especificado el pensamiento que determina los diversos aspectos, aun solapados, que concurren en la novela.

-¿Para qué –impugna ella- desglosar el párrafo sin airear el texto?

          -Así el lector puede pasear su vista sin necesidad de fijarla en cuanto precede al sabor agreste de la substancia herbácea.

          -Antes habrá de catar el caldo de uvas montaraces rayando unos ojos perdidos por allá del horizonte.

          -Cual la sonrisa perpetuada en el rostro encantador de una bella mujer.        

-Se trata de proporción áurea en una obra literaria.

-No concibo su percepción.

-Indaga su logística, y aprovecharás terreno.

Fragmento: Cap.11; pág. 180.

 

Luego, la conclusión a que nos lleva su análisis indica que las cosas se toman según quién las exponga; de modo que, cualquier individuo, tras largo proceso, a pesar  de su genial haber, nunca será incorporado al seno de los elegidos. Huelga, por tanto, insistir en la propuesta.

El globo, no el llano, en llamas, diluyó la figura del hada de buenaventura, evitando su calcinación, que solamente el ser humano sufrirá, junto con animales y plantas, aun sin ser partícipes en el agravio a la Tierra, que es suya y nada ni nadie la dañará, aunque sea transformado su aspecto.“Frag.: Cap. 13; pág.220.

 

Sin embargo, de su avisada lectura se desprende que hace falta ágil mano para timonear la nave hasta buen puerto, aun cuando YERMO DESTELLO parezca zozobrar en mitad de la travesía. Así que, si el autor decide convertir el sueño en magnífico don, advierte la imposibilidad de asumir su costo, superior al de la gema en obstrucción aduanera; queda asimismo absorto en la mudanza a la esquina central, donde antes de amanecer habrá de afrontar la fase intermedia de cuanto aparato fusiona su ínclito paréntesis, de reiteradas horas, tiempo invertido en la composición de este frugal ensamble de frases y palabras, dispuestas en cuanto último reflejo de sentimientos y emociones, ansias y desvelos, fracasos y desencantos, tanto como ilusiones y anhelos, que en buena lid brota a lo largo de sus obras.

Supo de este autor a través de Patricio Dorta, que siempre hablaba bien de él; era hombre sin dinero, pero ayudaba a encontrar donde aplicarse y salir adelante en la dificultad económica y social. Durante un encuentro con sus lectores en un bar, de clientela española, en Bruselas, Luis Mivas se aprestó a esclarecer dudas acerca del intríngulis vertido en el argumento de sus obras, de difícil seguimiento para el recién llegado a sus páginas.

Fragmento: Cap. 14; pág. 241.

 

Patricio Dorta, en su relato, insiste en insinuarse verídico autor del Romance de Luis Mivas; luego, cuando Celedonio Ruiz muestra su versión modificada, que en absoluto parece la vertida desde su difusa recordación, balbuce y desorienta a los parroquianos en el bar de Juan Ramón.

Arropada por Otilia Ramos, entra Marta Suárez a presentar La Dama Suicida, su cuento.

En el denso silencio expectante, cuando el féretro asomó al frente de la comitiva, pareció flotar la pregunta de espontánea formulación: ¿Qué mal recibió de todos, que renunció a vivir entre los demás? Angustia a su respecto la falta de respuesta, empobrecido el vocabulario en los albores de la mañana.

 

Celedonio Ruiz sufre alteración por el rumbo del reciente acaecer de Hoyaflor, y se vuelve taciturno y casi huraño. Llegado el momento, no obstante, persevera en su mesura y amable disposición con sus semejantes. Ello induce a considerar, en su concisa elocuencia, cuánta paz y noble intención acoge en su seno, que imponderable colma de tersura su abierto espíritu.

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José Rivero Vivas

PÁLPITO

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