TARDE
DUNIA SÁNCHEZ
Tarde.
Es tarde.
Oscuridad imperiosa rajando los
rostros de la ausencia.
Frío.
Hace frío.
Campos con mantas de estacas
alumbrando al desahuciado
De las tierras de nadie.
Solo.
Estamos solos.
La utópica llama de la paz se vuelve cobarde
Nos arrinconamos indefensos en la
nada.
Llanto.
Un llanto.
Muchos llantos.
Precarias manos acongojadas en el sin
fin de un invierno cruel,
Rectando con su lanza gélida la
libertad inexpresiva, infértil, inhibida.
Y viene un niño, una niña
Colmada de una mirada ida, en pena,
caída
Hasta el fin de sus jornadas.
Tarde.
Es tarde.
Refugio de brumas, de murallas
impaciente exterminadoras de todo aliento.
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