ME GUSTAS CUANDO CALLAS…
POR MIKEL ARIZALETA BARBERÍA
En “20 poemas de amor y una canción desesperada”
inicia Pablo Neruda el 15 con: me gustas cuando callas porque estás como
ausente.
El
jueves, 22 de febrero, se jugó en San Mamés de Bilbao un partido de fútbol:
Athletic-Spartak de Moscú. Se alertó por tierra y aire: ¡ojo, que llegan los
matones! Se suprimió en los aledaños el permiso de terrazas por unas horas.
¡Retiren sillas y mesas, que llegan los vándalos, los energúmenos, la gentuza,
lo paramilitares, guerrilleros organizados, banda de desalmados, alimañas, que
vienen los rusos…! Hubo comercios que, por la tarde y en previsión, bajaron las
persianas. Pendía en el viento un olor a azufre y cataclismo, una especie de
terremoto con día y hora marcado en el calendario. Un mal ante el que sólo
cabía aguantar, sufrir y sobrevivir como
su pueda.
Y
con el partido en juego en aledaños y entornos a San Mamés hubo bronca, algunas
carreras, reparto de golpes, lanzamientos de bengalas, enfrentamientos entre
forofos, intervención de la policía…, como esas que tantas veces venimos
observando por la tele en muchas partes con motivo de encuentros de fútbol: con
muertos, sí, muertos varios en el estado español, navajazos, golpes, roturas de
huesos y carnes, detenidos… Como digo, por desgracia nada nuevo, paisaje y
decorado internacional de muchos partidos de fútbol de acá y de allá. Una
historia que se repite.
Pero
en Bilbao ocurrió un algo nuevo, un ertzaina, Inocencio Alonso, se sintió mal
al bajarse de “la lechera”. Y sin entrar en combate se derrumbó a consecuencia,
según parte médico, de un infarto. Y con ello se fabricó un mondongo en esta
temporada de matanza y txerribodas.
Corrieron
rumores, off the record se fabricaron teorías embadurnadas de intereses, se
cubrieron responsabilidades propias subrayando las maldades de otros, el de
arriba echó culpas al de abajo y se fabricó un parte falso.
Los
rusos sí, pero Herri Norte también. Se
detuvieron a unos y otros. Se habló de barras de hierro, puños americanos,
piedras, material de guerra…, pero por lo visto ante el juez la ertzaintza fue
con las manos vacías en la acusación de guerra, porque conducidos ante el juez
éste les dejó libres, aunque no del todo, se les acusa de haber provocado incidentes.
Y en ese adobo de ajo, pimentón, orégano, sal y vinagre se metió la muerte de
Inocencio Alonso, un tanto forzada pero dentro del mondongo, achacada en un
principio y por algunos a un batacazo en la cabeza, a una pedrada, a una
bengala en el costado o vete a saber qué de hinchas de Herri Norte. Y ahí
quedo. Un tal De la Morena, periodista deportivo, quería saber que fue así
porque se lo dijo un ertzaina y, por su insistencia, parecía ser historia de su
agrado, le hubiera gustado que así fuera, encajaba en su esquema político y en
el de otros. Hubo quien desde el micrófono sugirió organizar con ellos un vuelo
de la muerte tipo argentino.
El
Alcalde y concejales de Bilbao, representantes de partidos, jefes policiales,
Diputado Foral, miembros de instituciones…, un grupo de mandamases y
responsables del gobierno de la villa y de Bizkaia manifestaron su pesar y su
condena en las escalerillas del Ayuntamiento. Y con su pesar y su condena nos
dejaron en el aire y delante del Ayuntamiento unos gruesos interrogantes ante
su postura y talante:
¿Por
qué si los rusos eran tan vándalos, tan energúmenos, tan gentuza, tan
paramilitares, tan guerrilleros organizados, tan banda de desalmados y tan
alimañas no fueron detenidos en la frontera? ¿Acaso ese día de llegada estaban de guardia en los puestos de control
los de Herri Norte? ¿O más bien se quiso que hubiera fregao en las calles de
nuestra ciudad? ¿Quién controla las fronteras? ¿Han sido acusados y llamados a
capítulo sus responsables? De esto nada se dijo en las escalinatas del
Ayuntamiento de Bilbao.
¿Por
qué cuando hace ahora seis años, en el
2012, fue abatido, también con motivo de
un partido de fútbol en San Mamés, un forofo del Athletic, Iñigo Cabacas, se
fabricó otro mondongo mendaz por parte de autoridades y ertzaina atribuyendo el
desenlace a bandas rivales con sabor
Herri Norte, tratando de ennieblar con afirmaciones falsas siendo un
caso claro, un joven, Iñigo Cabacas, que tomaba una cerveza, fue abatido por la
ertzaina de un pelotazo? Entonces el hecho fue claro, lo que no fue clara y sí
irresponsable la postura de los que ayer
se manifestaron ante las puertas del Ayuntamiento. Y, por cierto, ni
autoridades, ni policía, ni mandamases del Athletic han colaborado lo más
mínimo hasta el día de hoy al esclarecimiento del caso.
Tampoco
en este caso, como en el anterior, la ertzaintza ha sido clara, ni imparcial,
ni trigo limpio; y lo saben muchos jóvenes reivindicativos de nuestro pueblo.
No sé si Inocencio Alonso pudo haber muerto cogiendo margaritas, en la cama o
en el trabajo. Sin duda que el estrés no favorece a un corazón débil. Pero
cuando un agente muere antes de entrar en acción de un infarto hay que ser
claro desde el principio y no verter acusaciones contra otros. Que la
ertzaintza tiene entre ceja y ceja a Herri Norte es claro, lo hemos visto en
repetidas ocasiones. Y la prueba ayer mismo: “La Ertzaintza irrumpe en Ipar
Haizea, local que relacionan con Herri Norte Taldea. Antidisturbios de la
Ertzaintza, acompañados por la Policía municipal, irrumpieron anoche en Ipar
Haizea, local ubicado en Olabeaga al que relacionan con HNT. Según han
denunciado, los agentes se habrían llevado el dinero recaudado en el concierto
que se estaba celebrando y también realizaron una inspección del aforo. Según han
denunciado, los agentes identificaron a los presentes, incautaron el dinero
recaudado por el concierto del grupo Radiocrimen y justificaron la actuación
asegurando que se trataba de una inspección de aforo”.
¿Incautación
de dinero en una inspección de aforo? También lo hizo años atrás la policía
nacional en una manifestación por la paz organizada por Sare.
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