EL CARNAVAL EN DECADENCIA
ANGHEL MORALES
Ya
se que en los Carnavales han ocurrido siempre cosas raras, que nunca nada se
puede hacer a la perfección, se discuten fallos de jurados, el régimen paga a
una Afilarmonica para que ataque a la bandera de las siete estrellas verdes
porque molestaba al independentismo, un futnabulista se queda enganchado en el
cable cuando bajaba con la bandera desde la torre del Cabildo, se tuvo que
esperar a que terminara la Gala para rescatarlo y a punto esta de morir de
hipotermia, otra vez y en la plaza de toros una rueda de una carroza se quedó
enganchada en una ranura del escenario. Lo de Rafael Amargo fue el colmo del
disparate, un concejal echando los caracoles para tomar decisiones, unos
vecinos cabreados por el ruido, unos personajillos de la tele haciendo el pato
en el escenario. De ahí salió una gran novela de mi amigo Juan Ignacio Royo, UN
CARNAVAL AMARGO, lo poco decente que se ha sacado de los últimos Carnavales. Un
lamentable accidente del que salió perjudicado Saida Prieto y que creo que no
se investigó como debía y que se ocultaron muchas cosas, pero esa es una
apreciación personal. Por cierto, esta chica se volvió a presentar este año y
fue descalificada por sobre pasar el tiempo asignado para desfilar, parece que
otras también lo sobre pasaron, pero no ocurrió nada, al parecer Saida se
entera por la prensa y no por la organización. Los jurados cada vez son peores,
se elige gente para opinar sobre lo que no conoce o tienen muy poca idea, la
forma de puntuar es muy discutible, casi tan injusta como la Ley Electoral
Canaria, pero confundir un 9.50 con un 0.95 es cuestión de totufada, pero asi
se las gastan nuestros jurados. Las fiestas han sido desplazadas, unas veces
por el ruido y otras por las obras de la Plaza frente al Cabildo, donde
hicieron esa antiestética charca. Lo de el Carnaval de día parecía una buena
idea, pero a mi no0 me termina de convencer, porque el Carnaval nocturno se va
hundiendo cada vez mas y pierde protagonismo. Los ataques clericales y
puritanistas a las vestimentas y a otras facetas de las Fiestas, solo nos
resulta una aplicación de intrusismo industrial en una Fiestas que se han
caracterizado siempre por transgresoras. El museo del Carnaval es un chiringuito
mal montado, que no representa para nada la verdadera razón de ser de la
fiesta, se ha improvisado mucho, hay personas que cuenta con material muy
valioso, el Ayuntamiento lo sabe, porque se ha entrevistado con una de estas
personas, pero le han ido dando de lado, seguramente porque solamente es un
enamorado del Carnaval y se ha molestado en recopilar todo lo recopilable. El
Ventorillo que han montado no representa para nada la grandeza de estas
Fiestas. Hay también por ahí un comic sobre Los Carnavales que es una auténtica
maravilla, contacté a su autor con los representantes del Organismo Autónomo de
Fiestas, pero nos engañaron, no una sola vez, sino varias veces. Ya digo, mucho
bla bla con el Carnaval, pero su imaginación para promocionarlo es bastante
limitada.
Las
Galas de elección de la Reina son bastante repetitivas y nada innovadoras,
ultimamente se han convertido en meros programas televisivos y se pone la Gala
al servicio de la tele y no al revés que es con tendría que ser. Las murgas se
han preocupado mas de hacer parodias que del espíritu critico y humoristico de
sus letras, se empeñan en actuar como corales, olvidandose que para eso ya
están las rondallas, sus letras carecen de garra, no llegan a la gente y mucho
menos a los sectores o colectivos a los que van dirigidos. El cantante Braulio
García escribía en su Facebook sobre este tema y destacaba que se ocupan mas de
sus disfraces que de sus letras, ponía como ejemplo las chiringotas de Cádiz,
que le dan valor a lo que verdaderamente lo tiene: las letras, que con música
pegadiza llega con facilidad al oyente. El echa de menos las actuaciones de los
Fregolinos con Redondo y Muguica, que arrasaban en la Plaza El Principe. Yo
digo que los Fregolinos siguen manteniendo su calidad, como lo hacen las
rondallas a las que no se valora en su justa medida o comparsas como los
Joroperos o Cariocas que brillan sobre todo en el concurso de ritmo y armonía
en la Avenida de Anaga. Creo que no hay que mirarse al ombligo para ver lo
buenos que somos, hay que innovar pero sin perder la salsa de las Fiestas. La
realidad es que Los Carnavales están en decadencia, no se han puesto al día y
no saben hacia donde caminan, muchas plumas entendidas, porque llevan años de
Carnavales a sus espaldas ya han dado la voz de alarma. Creo que o bien nos
espabilamos y recuperamos la grandeza de Los Carnavales o estos pasarán a ser
un simple botellón gigante.
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