lunes, 12 de febrero de 2018

EL CARNAVAL EN DECADENCIA


EL CARNAVAL EN DECADENCIA
ANGHEL MORALES
Ya se que en los Carnavales han ocurrido siempre cosas raras, que nunca nada se puede hacer a la perfección, se discuten fallos de jurados, el régimen paga a una Afilarmonica para que ataque a la bandera de las siete estrellas verdes porque molestaba al independentismo, un futnabulista se queda enganchado en el cable cuando bajaba con la bandera desde la torre del Cabildo, se tuvo que esperar a que terminara la Gala para rescatarlo y a punto esta de morir de hipotermia, otra vez y en la plaza de toros una rueda de una carroza se quedó enganchada en una ranura del escenario. Lo de Rafael Amargo fue el colmo del disparate, un concejal echando los caracoles para tomar decisiones, unos vecinos cabreados por el ruido, unos personajillos de la tele haciendo el pato en el escenario. De ahí salió una gran novela de mi amigo Juan Ignacio Royo, UN CARNAVAL AMARGO, lo poco decente que se ha sacado de los últimos Carnavales. Un lamentable accidente del que salió perjudicado Saida Prieto y que creo que no se investigó como debía y que se ocultaron muchas cosas, pero esa es una apreciación personal. Por cierto, esta chica se volvió a presentar este año y fue descalificada por sobre pasar el tiempo asignado para desfilar, parece que otras también lo sobre pasaron, pero no ocurrió nada, al parecer Saida se entera por la prensa y no por la organización. Los jurados cada vez son peores, se elige gente para opinar sobre lo que no conoce o tienen muy poca idea, la forma de puntuar es muy discutible, casi tan injusta como la Ley Electoral Canaria, pero confundir un 9.50 con un 0.95 es cuestión de totufada, pero asi se las gastan nuestros jurados. Las fiestas han sido desplazadas, unas veces por el ruido y otras por las obras de la Plaza frente al Cabildo, donde hicieron esa antiestética charca. Lo de el Carnaval de día parecía una buena idea, pero a mi no0 me termina de convencer, porque el Carnaval nocturno se va hundiendo cada vez mas y pierde protagonismo. Los ataques clericales y puritanistas a las vestimentas y a otras facetas de las Fiestas, solo nos resulta una aplicación de intrusismo industrial en una Fiestas que se han caracterizado siempre por transgresoras. El museo del Carnaval es un chiringuito mal montado, que no representa para nada la verdadera razón de ser de la fiesta, se ha improvisado mucho, hay personas que cuenta con material muy valioso, el Ayuntamiento lo sabe, porque se ha entrevistado con una de estas personas, pero le han ido dando de lado, seguramente porque solamente es un enamorado del Carnaval y se ha molestado en recopilar todo lo recopilable. El Ventorillo que han montado no representa para nada la grandeza de estas Fiestas. Hay también por ahí un comic sobre Los Carnavales que es una auténtica maravilla, contacté a su autor con los representantes del Organismo Autónomo de Fiestas, pero nos engañaron, no una sola vez, sino varias veces. Ya digo, mucho bla bla con el Carnaval, pero su imaginación para promocionarlo es bastante limitada.


Las Galas de elección de la Reina son bastante repetitivas y nada innovadoras, ultimamente se han convertido en meros programas televisivos y se pone la Gala al servicio de la tele y no al revés que es con tendría que ser. Las murgas se han preocupado mas de hacer parodias que del espíritu critico y humoristico de sus letras, se empeñan en actuar como corales, olvidandose que para eso ya están las rondallas, sus letras carecen de garra, no llegan a la gente y mucho menos a los sectores o colectivos a los que van dirigidos. El cantante Braulio García escribía en su Facebook sobre este tema y destacaba que se ocupan mas de sus disfraces que de sus letras, ponía como ejemplo las chiringotas de Cádiz, que le dan valor a lo que verdaderamente lo tiene: las letras, que con música pegadiza llega con facilidad al oyente. El echa de menos las actuaciones de los Fregolinos con Redondo y Muguica, que arrasaban en la Plaza El Principe. Yo digo que los Fregolinos siguen manteniendo su calidad, como lo hacen las rondallas a las que no se valora en su justa medida o comparsas como los Joroperos o Cariocas que brillan sobre todo en el concurso de ritmo y armonía en la Avenida de Anaga. Creo que no hay que mirarse al ombligo para ver lo buenos que somos, hay que innovar pero sin perder la salsa de las Fiestas. La realidad es que Los Carnavales están en decadencia, no se han puesto al día y no saben hacia donde caminan, muchas plumas entendidas, porque llevan años de Carnavales a sus espaldas ya han dado la voz de alarma. Creo que o bien nos espabilamos y recuperamos la grandeza de Los Carnavales o estos pasarán a ser un simple botellón gigante.

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