SOCIEDADES EN DECADENCIA
ILKA
OLIVA CORADO
Cada día, apresuradamente, con la urgencia de
la destrucción; característica principal de la humanidad que conformamos, nos estamos convirtiendo en el bagazo
de una sociedad en decadencia.
Nos
creemos superiores a la naturaleza que nos creó y la atacamos constantemente
buscando terminar con ella y eliminar de la faz de la tierra todo vestigio de
su existencia. Creemos, absurdamente que sobreviviremos sin ella y su inmenso
amor.
Destruimos
ecosistemas: secamos ríos, lagos, desaparecemos a especies en peligro de
extinción, (¿cómo llegaron a estar en peligro de extinción?) ecocidios que en
otros tiempos eran el horror de una imaginación macabra, hoy son la realidad de
un día a día en la vida del ser humano, tan comunes que dejaron de ser noticia;
tan importantes que la mediatización no lo pronuncia porque significan el
inicio del fin de la humanidad.
Es
común ver un río seco, árboles talados al por mayor, la contaminación ya no es
solo mental, la hicimos presente en la comida y el aire que respiramos.
Creemos, como buenos idiotas que seremos eternos, cuando somos, como humanidad
lo más fugaz que puede pasar sobre el universo, pequeñas partículas de nada,
eso somos. Somos nada comparado con la magnitud de un universo maravilloso en
el que jamás debimos aparecer.
Muchos
hablan de moralidad y valores, con la arrogancia propia de quien engaña y
estafa, de quien se cree superior a los demás, ungido por las babas de un dios
creado por atracadores, para manipular masas y oprimir mujeres. Mientras
solapan violaciones sexuales, feminicidios, corrupción, asesinatos, torturas,
desapariciones forzadas; y apoyan un no al aborto y un no al Matrimonio
Igualitario en nombre de ese dios que les dijeron que era el de ellos: mentes
colonizadas, masas decadentes que son tierra fértil para los vividores que
hacen de éstas la mejor arma para la destrucción de la sociedad.
Saben
y siguen solapando la violencia y la infelicidad de otros, con sus juicios pro
vida, pro valores, de doble moral. Cortando con esto la armonía natural del
amor.
Y
se creen dueños de la tierra y fortifican fronteras y excluyen y señalan y
violentan a los nómadas que saben que nada del mundo les pertenece y que están
de paso. Muchedumbre manipulable que ha sido infestada de homofobia, misoginia,
racismo y xenofobia que es alimentada de doble moral y falsos valores que
carecen de conciencia, integridad y solidaridad.
Masas
cada día más ineptas e intransigentes. Cada día más peligrosas, por su
inconciencia y su tibieza de carácter, masas que son además de autodestrucción
un peligro inminente para este planeta y el universo.
Masas
sedientas de consumismo valorando las cosas materiales y desechando lo que no
se puede comprar con dinero, que es lo esencial. Masas votando por corruptos,
misóginos, estafadores, violadores de derechos humanos. Masas que tienen la
incapacidad de sentir, que en lugar de crear destruyen. Masas marionetas, masas
entorpecidas, ineptas, carentes de fuerza de voluntad y sentido común. Carentes
de coraje que son incapaces de decidir por sí mismas y prefieren ser
arrastradas por las turbas de impostores que se apropiaron de su voluntad.
Porque
nada les importa, más que su burbuja de bienestar ficticio, piensan que ahí son
intocables y que están a salvo de la destrucción del planeta que ellos mismos
están solapando con su apatía y desgano.
Somos
eso y mucho más y los resultados de nuestra indiferencia están a la vista.
Quien lea entienda.
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