EL JALEO( OBRA EN 5 ESCENAS)
DUNIA
SÁNCHEZ
El
día. Una casa destartalada en un barrio pobre, muy pobre. Allí vive una
familia. Se abre la puerta de la casa y……………
El
marido
La
mujer
El
hijo
El
vecino
El
anciano
La
policía
La
hija
ESCENA
1º
El
marido:
(en
el salón)
Buenos
días Marta. Marta, ¡buenos días¡(gritando)
La
mujer:
(gritando,
rabiosa)
Que tal ¿cómo andas?
El
marido:
Bien
con la pesadez del trabajo en mis espaldas. Cansado
La
mujer:
¿Cómo
ha ido hoy el día querido? ¿Te pagaron?
El marido:
Siempre
lo mismo, que pesada…pero que pesada. Nada. No, no he cobrado todavía
La
mujer:
Por
qué dices que vienes de trabajar. Qué estás tan cansado si yo creo que no has
movido ningún dedo. Seguro que has andado de esquina en esquina en busca de una
copa ¡En el bar¡ ahí has estado. Encima mientes ¡mentiroso¡
El
marido:
No.
NO mujer. Te juro que lo he intentado pero nada…la nada rueda sobre mí. Estoy
agotado
La
mujer:
¡Agotado¡
¡Agotado¡ nada es verdad. No más que eres un mentiroso. Te habrás…ja, ja, ja
con tus amigotes y al bar. Si ¡Al barrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr¡ Venga que me
escuche todo el mundo. Mi marido lleva los curriculums al bar. No tienes
vergüenza. Yo , aquí, enjaulado y tu
dándotela de galán¡Chulo¡ ¡Más que chulo¡
El
marido:
Perdona
mujer. No me grites, se va enterar todo el vecindario. Ellos no tienen la
culpa.
La
mujer:
Tu
sí.
La
hija:
(en
su habitación)
Siempre
lo mismo. Los gritos bajo este techo parece que balancean en la estupidez. Ella
no trabaja. El no trabaja. Siempre lo mismo, una vida monótona de
espantapájaros o mejor diría de espantahijos coreando sus cimientos. No se ven.
No se escuchan. La voz interior solo es tempestad que los destruye cada día más
….cada día más y más.
La
mujer:
Nada.
O me das algo o te echo ¡Fuera de esta
casa¡ Me tienes harta.
El
marido:
Toma
mujer y cállate ya.
El
vecino:
Silencio.
No aguanto más. Callar ya. Abrirme la puerta, esto es lo máximo que se puede
soportar. Chillidos y más chillidos en este asqueroso edificio.
La
mujer:
¿Quién
es?
El
hijo:
Soy
yo mama.
La
mujer:
Tú
y tu padre. Tu padre y tú ¡Tendrías que estar en el instituto¡ No hables. No
hables que todo lo que dices son absurdas mentiras ¡Vete a tu cuarto¡ Ah, dónde
habrás andado. Ni quiero saberlo. Me estremezco, tiemblo al son de lo malévolo
de nuestras vidas. Y tú , sigues su mismo camino, de amigos por ahí. Cualquiera
sabe lo que estarás haciendo ¡Mira¡ ¡Miiiiiiiiiiirame a los ojos¡ No lo
soporto. Estos es desmedido, descomunal. Vete de mi vista.
La
hija:
(en
su habitación)
Lo
cierto es que son unos ineptos. Y yo, aquí…aguantando en la cuerda floja de la
vida. No saldremos nunca de esta mierda. Aunque mi madre es desquiciante,
desesperante a veces tiene razón. Razón histérica que muerde cada movimiento
dado bajo este techo ¡Qué será¡ ¡Qué será de sus existencias en el mañana¡
Tiroteados, caídos en el fango de las ideas falsas. Me voy. Salgo de esta
habitación miserable y voy al salón. Sí, al salón donde los estridentes voces
se vuelcan en incendiarse unos a otros.
La
madre:
Y
tú qué, serás inepta, indiferente a todo ¿A dónde vas? ¡Aquí mando yo¡ Y digo
quien sale y quien entra. Ya…ya, te haces la sorda, la víctima entre estas
paredes. No quieres saber nada. Solo sales de tu cuarto cuando terminas algo de
escribir. Y qué carajo estás escribiendo. ¡Ay si¡ Mi hija culta, mi hija
sabionda ¡Nooooooooooo¡ No vives la realidad. Solo piensas en ti y en ti. Qué
si la poesía. Qué si estudiar……¡no¡ Se acabo. Si sales de aquí es para trabajar
y baaaaaaaaaaaaasta.
El
marido:
(Calmado)
No
tienes paciencia. No tienes compasión. Deja la muchacha que hago lo que le
venga en gana.
El
hijo:
Qué
hablas papa. Si solo es una estúpida. Una idiota balanceándose en el yo que sé.
La
hija:
Mal
¡muy mal. Estáis todos mal. Mama por qué es compinche con los demonios. Tu por
qué apesta alcohol y tu hermano….mejor
dejarlo. No necesito compasión, ni las manos de martillazos de ustedes. Yo…soy
yo. No me veis. Están todos ciegos. No sois nada y por ello no obedezco.
Necesito airearme. No sé, salir de este desastre innegable y cierto ¡Qué el
infierno os aguante¡
Escena
2º
Y
la hija sale. Cierra la puerta con un portazo. Escaleras abajo va, en su
descenso se encuentra con anciano, un vecino del edificio.
El
anciano:
Buenos
días hija ¿Cómo van por ahí arriba? Tu madre no deja de dar taponazos con su
voz. Un día de estos el bloque se cae ante tanto y tanto griterío. Dime ¿Cómo
estás hoy?
La
hija:
Aquí,
como siempre, saliendo corriendo del estruendo inaguantable de mí casa. Ahí no
más existe una atmósfera enrarecida por el aliento fétido de mi familia. No hay
cariño. No hay cordialidad , en total, no hay equilibrio.
El
anciano:
Eso
es así hija. Unos nacen bajo la lumbre de la buenaventura y otros han de sufrir
para conseguirla. Ya sé que es un
calvario, algo oscuro que se va tejiendo día a día. Tú no tienes la culpa,
créeme y no te ofendas ¿para qué estas clase de bestias quieren hijos? No sé,
no sé. El mundo anda mal, pero que muy mal. No solo bajo tu techo. Hay muchos
techos descuartizados, sonámbulos en la ira. Y por cierto, ya sé que llevas
prisa ¿ Adónde vas?
La
hija:
Pues
pensándolo bien no lo sé. En busca de un curro. Yo que sé, estoy desconcertada
con la vida. Con la nada cotidiana que deja ajada mi casa. Tal vez, a ver si
encuentro un trabajo para que sus lenguas se amarren.
El
anciano:
Si
amarrar es lo correcto. Porque callar, nunca se van a callar. Lo que deberías
hacer es pedir ayuda, esto es tiránico e insoportable.
La
hija :
Ayuda
¿a quién? Asuntos sociales se hacen los sordos, los huecos. Es como si yo
mintiera.
El
anciano:
¡La
policía ¡ A ver si se acaba todo este tema, mal tema.
La
hija:
¡La
policía….¡ no había pensado. Pero ahora que me detengo sería terrorífico. Mi
familia caería sobre mí como tempestad
en los océanos.
El
anciano:
Nunca
se sabe…seguro que viene bien un susto. Qué más te da a ti, están podridos.
La
hija:
No
sé. Tiene que haber otra manera para que en sus rostros circulo alguna sonrisa,
que aunque no sea eterna los deje mansos.
El
anciano:
Si
hija, tienes que llamar a la policía y que se los lleven a todos. Por
maltratadores tanto psíquicamente como físicamente, por hacer cenizas los pasos
de sus hijos. El daño…el daño. Ese daño retozará en tu existencia hasta la muerte
y entre más esfera todo será peor. Algún día la sangre correrá y entonces no
podrás hacer nada. Hazme caso. Llama ya a alguien, pide auxilio o lo que te
apetezca. Pero que esto finalice ya. Y tiene que ser ya, te lo digo de todo
corazón, del afecto que os tengo y sobre todo a ti que eres la única sana.
La
hija:
Me
quedaré sola. Sola y sola
El
anciano:
Y
qué más da. No me ves a mí, estoy solo. Hay días que la casa se me viene encima
pero luego los escucho a ustedes con los balazos sin escrúpulos y me alegro…me
alegro de este silencio cuando me siento en el sofá a ver la tele.
La
hija:
Bueno,
ya veré. Tiene usted razón. Me voy.
El
anciano:
Adiós
pequeña. Verás que el mañana será mejor para ti, solo para ti. A ellos, que les
den.
La
hija:
Adiós.
(hablando para sí misma) Sí, tiene razón….mucha razón. Ellos no son parte de
mí, estamos tan distantes. Son ajenos a
las emociones que me manejan en el pasar de las jornadas. Están imbuidos en sí
mismos. La droga, el alcohol, los
gritos. Los tres están marcados por tumbas caminantes en este espacio que muevo
y me rodean…me rodean y siento ahogarme bajo planchas de acero corroído. La
situación cada día va a peor…tanto que de un momento a otro se les pueden ir
sus manos y ser cuchillo del adiós. Entonces,
yo seré culpable. Culpable de aguantar. Culpable de ignorar. Culpable de
huir. Culpable de dejar que se asesinarán unos a otros. Aunque para mi, muertos
están.
Escena
3ª
En
la cocina. Una cocina pequeña con cortinas a cuadros, con un mantel sobre la
mesa donde se han difuminado los colores. La esposa, el marido.
El
marido:
Ahora
mismo llegará Tobías para cenar.
La
mujer:
¡Tobías¡.
Siempre Tobías. No te das cuenta…todavía apestas alcohol y nuestro hijo ¡Ay
nuestro hijo¡ Enganchado a la heroína. Cada día más y más. Cada día más y más
obsoleto, absurdo. Sabes, me da pena,
tan joven….y los diablillos aguijoneando su vida poco a poco.
El
marido:
(el
marido asiente tranquilo) Nosotros también estamos en un pozo muy hondo,
demasiado hondo mujer.
La
mujer:
Estás
loco. No es lo mismo. No es igual ser pobre qué estar delirando en la droga.
(la
puerta suena con toques calmos)
Siempre
lo mismo. Ahí está el mensajero de la muerte. Sí, el mensajero de la muerte
para tu hijo (grita, suspira) ¿Qué hemos hecho…?
El
marido:
Nada.
No hemos hecho nada. Serán las amistades. Esas amistades con piel de cordero
que lo ha llevado a remar por las tormentas de la inconsciencia.
(Sale
el hijo de su habitación. Va directo abrir la puerta)
El
hijo:
Chacho
me trajiste eso.
El
chico:
Si. Págame(pasa)
El
hijo:
Ey
no te he dado permiso para que pasas.
Mis padres están que arden
El
chico:
¡pero
qué dices¡ Tu de que vas. Voy a saludar a tus viejos.
(se
dirige a la cocina)
La
mujer:
¿Qué
quieres ¿
El
chico:
Chacho.
Chacho que me paguen
La
mujer:
La
mierda es lo que te doy ¡Sale de aquí ahora mismoooooooooo¡ Renacuajo, infeliz,
desgraciado ¡Qué eres un desgraciado¡ y has llevado a mi hijo a la perdición.
El
marido:
Deja
el chico que no tiene la culpa.
La
mujer:
¡Qué
dices¡ ¡Qué coño dicessssssssssssssss¡ Todos sois culpable, hasta yo misma
(llora en desesperación) ¡Márchate desgraciadooooooooooo¡
El
chico:
Estás
chiflada. De aquí no me voy hasta que paguen.
El
marido:
Dale
ya algo, para que este se vaya.
La
mujer:
(gritando)
¡Qué si le doy¡ ( se queda pensativa) Toma y lárgate. No vuelvas(saca un
cuchillo del cajón dela cochina) Me has entendido ¡
Desapareceeeeeeeeeeeeeeeeee¡ Estoy harta, estoy ….(rompe a llorar de nuevo)
El
chico:
Vale,
vale….
(pasa
el hijo)
El
hijo:
Quédate
a cenar.
El
chico:
Vale,
vale (pasota)
La
mujer:
(con
los ojos agrietados) A cenar, a cenar, a cenarrrrrrrrrr. Pero. Pero es que os
estáis burlando de mi. NO. No, esto es demasiado para mí. Tu, Tobías ,
enciérrate en tu habitación. Tu , vete. Déjame aquí a este asesino.
El
chico:
Pero
que pasa, qué pasa….
La
mujer:
¡Cállateeeeee¡
Tu chico , te va a salir caro. Este es mi límiteeeeeeeeeeeeee. Santísima madre
de Dios ruega por esta casa, por mi hijo, por mi marido, menos por este
despreciable(mirando desafiante y con odio al chico). Ves esto( señalando el
cuchillo en mano). Madre santísima (mirando una estampa religiosa) perdóname
pero es que no puedo más ¿Qué hago?( se le cae el cuchillo de la mano mientras
el chico estático, asustado la mira)(grita)¡Lárgaaaaaaaate¡ Desaparece bajo la
sombra de las tumbas. Sí, de un nicho que te hará biennnn.
El
chico:
(Corriendo
sale, se va) Estás loca madre de Tobías(y da un portazo)
La
mujer:
(gimoteando
, se sienta en una silla de la cocina y se lleva las manos a la cabeza)
No.
No puede ser. Un cuchillo. Sola. Todo parece estar en silencio. Ay santísima
madre de Díos ¿qué hago? No sé. Yo cuando era más joven soñaba y soñaba. Una
vida digna. Hijos correctos y me ha tocado esto. Un hijo drogadicto, un marido
borrachín y una hija….
Escena
4ª
La
escalera. Los pasillos de ese edificio que en un momento a otro parecen
derrumbar(llenos de grafitis, de suciedad). La hija sube y el chico baja.
Tropiezan
La
hija:
¡Eh,
tu, que haces aquí otra vez¡ ¡mira por donde vas¡
El
chico:
Loca
La
hija:
¿Loca?(asombrada
y enojada) ¿No vendrás de mi casa verdad?
El
chico:
Loca
La
hija:
¡Siempre
lo mismo¡ Deja en paz a mi hermano y a mi familia también. Estorbas o ¿es qué
no lo sabes? Andas por ahí como un mandado engatusando almas débiles. Esfumate
¡muérete¡ Todo esto es una basura, una basura incontenible. Si te quieres
matar, mátate pero deja tranquilo a mi hermano
El
chico:
Loca
La
hija:
¡Cállate
renacuajo¡
El
chico:
Loca
La
hija:
No
sabes lo que haces matador. Ojalá te
trinque la poli y no salgas entre rejas.
El
chico:
(Alzando
la mano pero sin llegar a pegarle)
¡loca¡
La
hija:
Anda,
tócame a mí y verás ¿A qué no te atreves? No tienes fuerzas ¿Es que no te vez?
Estás enfermo, moribundo. Anda, vete a pincharte.
El
chico :
A
que te doy
(escaleras
arriba se oye una voz, están escuchando los gritos , escalera abajo va el hijo)
El
hijo:
¿Qué
haces? Estás tonto, deja a mi hermana.
El
chico:
(burlón)
Deja a mi hermana, deja a mi hermana…loca
El
vecino:
¡basta
ya¡(grita de donde no se sabe)
El
chico:
Adiós
pibe. Adiós, ya nos veremos(sale corriendo, tropezando)
La
hija:
Hermano
compréndeme, no puede ser esta vida. Te está ahogando lentamente y cuando
quieras danzar en la existencia ya no podrás.
El
chico:
(subiendo)
Bah, déjame.
Escena
5º
La
casa y los siguientes sucesos
La
mujer:
Anda
Tobías abre que están tocando, será otros de tus amiguetes. A ver, a ver quién
es ahora. Deja voy yo .
El
chico:
¿pero
a dónde vas con ese cuchillo?
La
mujer:
(dirigiéndose
a la puerta)
A
donde me de la gana. (para dentro, mirando el techo) A virgen mía perdóname,
perdónalos…(Abre la puerta, un color pálido se le sube al rostro, sus ojos
desorbitados)
Policia
1:
Dónde
está su hijo señora. (silencio mortal)(ella suelta el cuchillo) Se encuentra
bien señora. Nos han venido queja de los vecinos que aquí hay un cierto jaleo,
un jaleo molesto, demasiado… y aparte que se consumen drogas. Ande señora,
responda, ¿dónde está su hijo?
Policia2:
Con
su permiso paso(olisquea la casa)
La
mujer:
(amable)
Buenos días caballeros pero mi hijo no ha hecho nada. Qué va a ser el pobre ,
es mudo, es sordo, es como si no existiera.
Policia1:
Ya,
comprendo. Déjese de pavadas y dígame donde está su hijo. Según hemos
investigado y nos han comentado consume sustancias ilícitas. Déjese de rodeos
¿Cuál es su habitación?
La
mujer:
(se
agacha y recoge el cuchillo) O, perdón es que se me ha caído estaba preparando
la comida. (cambia a su histeria). O se marchan o dejo títeres sin cabeza.
Policía
1:
Está
usted bien señora. Deje ese arma y deje de hacer tonterías.
Policía
2:
No
puedo abrir ninguna puerta.
La
mujer:
(asintiendo)
Deje de hacer tonterías. ( suplicante, desesperada, ida) Míreme, creo que hago
tonterías. Ay madre santa, socórreme. Míreme, que quien cree que soy yo. Ay
santísima de las santísimas, perdóname. Míreme, soy el pilar de esta casa tambaleante y de aquí
nadie sale, menos mi hijo. A pero usted quiere llevárselo, ¿no es cierto? Pues
míreme, primero mi cadáver , segundo su cadáver y tercero el cadáver de su
compañero. Ay madre santa, qué hago. Todo perdido, mis sueños, mis deseos.
Estoy aquí con cuchillo en mano a punto…a punto(en ese instante el policía 2
por detrás la agarra y le arrebata el cuchillo, ella cae de rodillas)(sollozos
y gritos) ¡No¡ ¡Nooooooooooooooo¡
El
policía 1:
Usted
y toda su familia viene con nosotros. Esta casa no es normal. Usted necesita
ayuda y además nos ha amenazado(le ponen las esposas)(sale el marido, la hija,
el hijo)
El
vecino:
(grita
de no se sabe dónde)
Llévenselos
a todos. Menos a la hija que es corrientita, normalita.
Policía
2:
¿Quién
habla ahora? Esto es un atropello a la autoridad. Todos a comisaría ¡Basta ya¡
(viene
el anciano)
El
anciano:
Buenas
noches señores. Se los puede llevar a todos. Soy sincero. La hija no ha hecho
nada, es tranquila. Por favor, hacerlo por mí, la conozco bien.
Policía
1:
(enfadado)Ya
está bien. Nos lo llevamos a todos
incluyéndolo a usted y después veremos. Esto será breve ¿Está de acuerdo? (la
hija y el anciano asienten)
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